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Identidad

'RuPaul: Reinas del drag' tiene por fin su primera trans queen

RuPaul me bloqueó por denunciar la transfobia, pero sigo siendo su mayor fan. Aquí explico por qué puede resultar especialmente difícil criticar a la comunidad drag y a la mismísima Supermodelo del Mundo y por qué debemos hacerlo de todas formas.
Photo by Mark Boster via Getty Images

El imperio de los concursos drag de RuPaul arrancó hace ocho años. Desde entonces, este icono ha desarrollado un programa televisivo inicialmente minoritario hasta convertirlo en una industria comercial que ha reimpulsado su carrera musical con ocho álbumes en otros tantos años, una conferencia drag internacional que está a punto de cumplir su tercer año y un listado creciente de más de 100 participantes en su concurso de drag queens. El pasado 24 de marzo, el estreno de la novena temporada del programa RuPaul: Reinas del drag (RuPaul: Carrera de Drags en Latinoamérica) y el concurso que incluye para encontrar la "nueva superestrella drag" de Norteamérica contó con su primera participante transgénero.

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RuPaul ha abierto un espacio peligrosamente importante para la visibilización de las personas queer negras, sin embargo su marca de glamurosa y alegre autodeterminación puede aventurarse en un territorio que da igual importancia a todas las personas queer y que precisa de un necesario progreso. Y dado que el programa a menudo está relegado a la esfera cultural del "placer culpable", las críticas apenas han tenido repercusión entre los numerosísimos fans del programa.

Como sucede con la mayoría de realities, Drag Race ha contado con su dosis de controversia, sobre todo consistente en acusaciones de transfobia. Este año, conforme Drag Race se acerca a un público más mainstream y los ataques legislativos y físicos contra las personas trans están en el punto de mira nacional, tanto el programa como RuPaul tienen la responsabilidad de apoyar más que nunca los derechos de los y las trans.

RuPaul tiene el alcance y la capacidad de enaltecer a los artistas trans, luchar contra la misoginia y ayudar a acabar con el racismo dentro de la comunidad LGBTQ

En 2011, el miembro de 'N Sync Lance Bass se disculpó por usar la palabra "trannies" para describir a las drag queens, mencionando a Drag Race y otros reality shows como fuente donde había escuchado el término con frecuencia. En una entrevista radiofónica, RuPaul se burló de la disculpa, afirmando (incorrectamente): "Nadie ha dicho jamás la palabra 'tranny' en sentido despectivo". Tres años más tarde, Drag Race de nuevo atrajo las críticas por una sección del concurso titulada "Female or She-male" (que podría traducirse más o menos como "mujer o ella-él") en la que los participantes tenían que adivinar el género de una persona basándose en fotos de un primer plano de su cara. En la tercera temporada, la concursante, modelo y defensora de los derechos de las personas trans Carmen Carrera escribió un post en Facebook sobre la controversia, diciendo: "Drag Race debería ser un poquito más inteligente con respecto a los términos que emplean y comprender la lucha por obtener respeto a la que se enfrentan las personas trans cada minuto de sus vidas".

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Drag Race tardó más de un mes en disculparse por el segmento transfóbico. Los productores ejecutivos, incluido RuPaul, dijeron en un comunicado que sentían "una nueva sensibilidad" hacia el movimiento a favor de los derechos de las personas trans, pero que también "estaban encantados de celebrar todos los colores del arcoíris LGBT".

¿La nueva temporada de Drag Race está realmente más "sensibilizada" con los derechos de las personas trans? Aunque los fans y las noticias se horrorizaron con el fichaje "progresista" de Peppermint, procedente de la Ciudad de Nueva York, la primera queen abiertamente trans del programa, el primer episodio omitió completamente su realidad y no le brindó tiempo en pantalla para hablar. Y la decisión de mantener la frase del programa, "Caballeros, arranquen motores ¡y que gane la mejor mujer!" sonó especialmente mal entre los concursantes ya que no todos se identifican como hombres.

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El mundo drag tiene una historia muy compleja en lo referente al género y la identidad, ya que muchas personas trans y no binarias emplean este medio como punto de partida para explorar y expresar sus identidades personales. Además, muchos estilos populares de drag incluyen despiadadas mezclas de identidades que pueden suscitar conversaciones sobre opresión, prejuicios y apropiación (tomemos como ejemplo las reacciones negativas contra el estilo afectado de hablar de la concursante de la sexta temporada Laganja Estranja, que aunque era fuertemente apropiativo, fue sencillamente despreciado por considerarse la "elección de un personaje"). Aunque estas microagresiones pueden parecer fáciles de ignorar en un paisaje cultural en el que los concursantes comprenden los peligros de los prejuicios, no están dentro del contexto nacional de abrumadora violencia contra las mujeres trans de color.

En 2014, quise conversar en Twitter con RuPaul acerca de cómo la palabra "tranny" expone los cuerpos queer a este tipo de violencia, apelando a nuestra posición como creativos queer negros. Pero en lugar de recibir respuesta, fui bloqueada sin más. Aun así, sigo siendo la fan número uno de Ru.

Desde los dramas adolescentes hasta las noticias de la noche, la Norteamérica mainstream está recibiendo un curso acelerado de terminología trans. E iconos mediáticos LGBTQ como RuPaul desempeñan un papel de vital importancia a la hora de proteger a nuestra comunidad mientras fortalecen su historia. Millones de telespectadores ven Drag Race, de modo que RuPaul tiene el alcance y la capacidad de enaltecer a los artistas trans, luchar contra la misoginia y ayudar a acabar con el racismo dentro de la comunidad LGBTQ.

Debido al sorprendente final, el primer programa de la actual temporada de Drag Race no recibió la bendición habitual de RuPaul: "Si no puedes amarte a ti mismo, ¿cómo coño vas a amar a otra persona?". Esta máxima, aunque es enormemente alentadora, elude la cuestión real a la que nos enfrentamos: si no protegemos a nuestra comunidad trans, ¿cómo coño vamos a sobrevivir?