sapiosexuales
Ilustración de Vivian Shih

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Identidad

Los sapiosexuales: personas que solo quieren follar con gente inteligente

Quienes se identifican a sí mismos como sapiosexuales están viviendo su momento de gloria.

En noviembre de 2014, la web de citas OKCupid amplió su lista preexistente de orientaciones sexuales y añadió las opciones andrógino, asexual, dudoso y genderqueer . El sitio web también tomó la curiosa decisión de añadir una nueva orientación sexual relativamente desconocida a esa lista: sapiosexual.

Dicho en palabras sencillas, un sapiosexual es alguien que considera que la inteligencia es el rasgo sexual más importante, el tipo de persona que cita a Sylvia Plath en la cama o, en el otro extremo del espectro, debate sobre microeconomía en la primera cita. El término fue supuestamente acuñado por un usuario de LiveJournal de primer nivel llamado wolfieboy "mientras conducía desde San Francisco, después de haber dormido demasiado poco, en el verano del 98". Pero desde su inclusión en OkCupid, esta nueva identidad cada vez es más mainstream. Por ejemplo, una nueva app de citas llamada Sapio te ayuda a descartar posibles pretendientes que no sean capaces de citar a Sartre cuando se les ordena.

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Según Bernadette Libonate, portavoz de OkCupid, la plataforma para citas creyó que incluir la sapiosexualidad "sería una forma interesante de que nuestros usuarios ―aquellos más intelectuales― navegaran por el resto del sitio web y se presentaran ante él". También aclaró a Broadly que la adición de esa opción tenía como finalidad mejorar la experiencia de los usuarios y no ser "una declaración definitiva de lo que reconocemos como orientaciones 'oficiales'".

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Sin embargo, fuera cual fuera la intención el término sin duda ha calado entre el público. En OKCupid, 9.000 usuarios se identifican como sapiosexuales. Esta "identidad" sexual también posee una página en Facebook y numerosas fotos en Tumblr que parecen vincular el placer sexual y el intelectual: una imagen con el hashtag #sapiosexual muestra un cerebro penetrado por un dedo; otra representa a un hombre leyendo un libro mientras folla en la postura del perrito. Otros usuarios publican citas como, "Es bonito cuando encuentras a alguien que quiere desnudar tu conciencia y hacer el amor a tus pensamientos".

Ampliar el espectro de las orientaciones sexuales para incluir la sapiosexualidad podría hacer que aquellos que se corren en los pantalones leyendo a Houellebecq se sientan reafirmados, pero desear tener parejas inteligentes no es una preferencia tan excepcional o no-normativa. Según Lora Adair, profesora de psicología evolutiva en la Universidad de Lyon, los hombres y las mujeres siempre han deseado la inteligencia en sus compañeros, tanto si llegan a identificarse como sapiosexuales como si no.

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"En lo relativo a identificar rasgos que percibimos como 'necesidades' a la hora de buscar compañeros en una relación duradera, los hombres y las mujeres de diferentes orientaciones sexuales tienden a situar la inteligencia y la bondad por encima de otros atributos sexualmente atractivos, como la belleza física", afirmó Adair.

Esto sucede en todas las especies, aunque en los animales no humanos la "inteligencia" o capacidad cognitiva se "mide morfológicamente", indicó.

No te sientes atraído por la inteligencia, sientes repulsión por la discapacidad

"Tomemos como ejemplo el macho del ave de emparrado, que construye elaboradas 'viviendas' adornándolas con objetos excepcionales de brillantes colores que encuentra en su entorno para atraer a las hembras más 'selectivas'", indicó Adair. "La capacidad de encontrar esos objetos excepcionales y de protegerlos del robo o el sabotaje de otros machos puede servir como indicador de una capacidad cognitiva y de una idoneidad genética general".

Adair cree que el auge de la sapiosexualidad puede explicarse, al menos en parte, por el modo en que se han desdibujado las fronteras entre la "cultura nerd" y la cultura mainstream. "Lo que una vez fueron intereses marginales reservados para los estereotipadamente introvertidos e intelectuales 'nerds' del mundo ―cómics, películas y series de TV inspiradas en personajes o en cómics, ciencia-ficción y fantasía como las reposiciones de Star Trek y Juego de Tronos― son ahora características esenciales de la cultura norteamericana del siglo XXI", afirma.

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Pero esta identidad de género también ha provocado reacciones negativas entre quienes la ven como una forma de discriminar a posibles pretendientes basándose en sus capacidades y su clase social. Tal y como explicó un usuario de Tumblr, "la sapiosexualidad y el romanticismo son un puñado de mierda discriminatoria. No te sientes atraído por la inteligencia, sientes repulsión por la discapacidad".

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Otros ven la etiqueta como algo que limita la conversación en torno a la inteligencia. En un test publicado por Buzzfeed que se titulaba "¿Eres realmente un sapiosexual?", una de las preguntas pedía a los lectores literalmente que indicaran si se sentían "asqueados ante la idea de tener sexo con alguien que nunca hubiera ido a la universidad o que no tuviera interés en los estudios superiores", al parecer normalizando la idea de que está bien discriminar a quienes no tienen títulos universitarios o aspiraciones académicas.

Esto resulta constrictivo por obvias razones de corte clasista, pero también porque la inteligencia se muestra de diferentes formas. Además, discriminar a un pretendiente porque no ha pasado cuatro años acumulando deudas con el banco para pagar sus estudios no es una identidad o una orientación sexual, es una preferencia limitadora que merece cierto análisis.

Y tampoco es preciso codificar este prejuicio, porque es algo innato. En cierto momento, la inteligencia era una cualidad que "ayudó a nuestros antepasados a forjar vínculos y alianzas sociales y reforzó su capacidad para buscar alimentos, cobijo y seguridad, así como su capacidad para utilizar herramientas o solucionar problemas en su entorno ancestral", según Adair. Y nosotros la seguimos considerando como algo capaz de reportar beneficios a corto plazo, como por ejemplo un mayor potencial de ganancias financieras, y beneficios a largo plazo, incluyendo engendrar una progenie más genéticamente "adecuada".

Convertir este prejuicio natural en nuestra identidad a la hora de tener citas es superfluo. Y, por supuesto, es muy probable que te haga parecer un gilipollas pretencioso.