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Identidad

'Ser putas no significa que tengas permiso para ser un gilipollas'

En esta edición de "Pregúntale a una puta", Natalia Ferrari contesta a tres preguntas relacionadas con sus clientes.
Fotografía de Mai Oltra

Hace casi cinco años que soy prostituta. Di el paso porque me atraían las condiciones y las experiencias que podía aportarme este trabajo. Hoy en día ofrezco un modelo de cita llamado "girlfriend experience" en donde busco conectar con mis clientes y que disfrutemos juntos. Mucha gente se pregunta cómo debe ser trabajar como puta, creo que la mejor forma de averiguarlo es preguntarle directamente a una.

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Este mes he decidido seleccionar algunas preguntas relacionadas con mis clientes.


Hola Natalia, ¿no te da cierta inseguridad recibir clientes (más que nada por ser personas desconocidas) en tu domicilio? ¿Alguna vez tuviste algún problema con eso?

Me he sentido más insegura cuando han venido desconocidos a mi casa para comprar los muebles que estaba vendiendo por Wallapop. Cuando estoy trabajando tengo medidas de seguridad, pero cuando viene alguien a ver sillas usadas de IKEA no hago filtros de personalidad y me relajo. Al menos hasta que suena el timbre y entonces me preocupo porque me doy cuenta que no avisé a nadie que iba a venir un señor a mi casa.

No es recomendable trabajar en el domicilio en el que vives y tampoco hacerlo sola, pero si no queda otra opción, lo ideal es crear la ilusión de que estás en un lugar exclusivo para el trabajo y que hay más gente contigo.

Cuando aún trabajaba en un piso, tuve un pequeño conflicto con un cliente. Después de haberme pagado, me preguntó si estaba sola y le contesté que no. Esto pareció incomodarle terriblemente. Se puso nervioso y me dijo que esperaba otra cosa. Todo un drama que yo no llegué a comprender y que me puso en modo paranoia porque no era su primera vez con una prostituta. Me pareció una reacción exagerada. La existencia de una persona en la habitación de al lado no es diferente a la existencia de vecinos al otro lado de la pared. Ni los vecinos ni mi compañero de piso van a entrar en mi habitación mientras estoy con un cliente.

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"Aunque al igual que cuando quedas con un desconocido de Tinder, nada te garantiza total seguridad, siempre estarás más protegida si vas con cuidado y tomas precauciones"

Por lo general, cuando me preguntan si estoy sola es por crear conversación y mi respuesta suele ser que en la habitación de al lado hay una guerrera amazona a modo de guardaespaldas por si sucede algún inconveniente. Nadie suele incomodarse. Sea verdad o no, entienden que están en mi espacio personal y que tengo derecho a lo que haga falta para sentirme segura. La cuestión es que ese día no había nadie en el piso. Con la intención de conseguir que se calmara y no perder un cliente, podría haberle explicado que en realidad sí estaba sola y que todo era una ilusión de seguridad. Pero no, decidí animarlo a que se fuera. ¿Por qué esa necesidad tan fuerte de estar a solas con una puta en un piso?

Quedar con desconocidos en mi trabajo no es una situación que me asuste porque hago todo lo posible para evitar problemas. No contesto números ocultos, aviso a una amiga para que esté pendiente de que la llame a la hora que acabo de currar, hablo antes con los clientes y si alguno me da mal rollo (y siempre que me sea posible económicamente) no quedo con él, pido una copia de la reserva del hotel con los datos del cliente y cobro al inicio de la cita. Todo estos son detalles importantes que marcan una diferencia. Aunque al igual que cuando quedas con un desconocido de Tinder, nada te garantiza total seguridad, siempre estarás más protegida si vas con cuidado y tomas precauciones.

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Seguramente te lo han preguntado muchas veces. ¿Qué consejos le darías a una persona en su primera experiencia con una escort?

Hace unos años escribí en Orgasmatrix un artículo titulado "10 consejos para ser un buen cliente". El objetivo del texto era fomentar las relaciones sanas en la prostitución y ayudar a los consumidores a tener en cuenta cosas importantes para antes, durante y después de la cita. Leyéndolo hoy, sigo apoyando lo que escribí pero hay algunas cosillas a remarcar.

Algo que no soportamos las putas es que nos hagan perder el tiempo y que nos falten el respeto. Sorprendente, ¿eh? ¡A las putas también nos gusta que nos traten como personas! No seas de esos señores que no leen el anuncio completo y nos hacen recitar todo lo que está escrito y que se podrían haber leído ellos en casa sin molestarnos. ¡Sé mejor!

"Ser putas no significa que tengas permiso para ser un gilipollas"

No es agradable que nos traten como máquinas expendedoras de sexo, ni que den por hecho que vamos a quedar con cualquiera que pueda pagarnos. Ten en cuenta comportarte como un ser humano respetuoso porque, de lo contrario, no solo te quedarás sin follar, sino que es muy probable que tu número de teléfono rule entre putas en listas de clientes no deseados. Todas las putas tenemos filtros y tu comportamiento es muy relevante a la hora de decidir si quedamos o no contigo. Y ya no solo por las consecuencias que tenga en ti, ser putas no significa que tengas permiso para ser un gilipollas. Llama solo cuando estés seguro o si tienes una duda que no te resuelve el anuncio. Y, por lo que más quieras, no empieces una llamada de teléfono diciendo "Hola, ¿haces anal?".

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Otra cosa que no incluí en los consejos de Orgasmatrix es el tema de la protección. Básicamente porque no me parecía necesario tener que señalar que el uso del condón no se negocia. Todas las personas sexualmente activas asumimos riesgos porque no existe el sexo seguro. Los límites de cada una son variados, acepta las condiciones de cada compañera y si no ofrecen lo que quieres, en lugar de insistir cual cavernícola, busca a otra. Esto es válido para todo: horarios, lugar de encuentro, prácticas sexuales, fantasías, fetiches y tarifas. Tienes que asumir desde el primer momento que las normas las pone ella. También es muy importante que dejes claro lo que esperas antes de llegar a la cita. Hace tiempo tuve un cliente que quería chuparme los pies, algo que yo no hago. No me dijo nada y dio por hecho que iba a suceder. Pues se pasó 15 minutos insistiendo en medio del polvo. Esto es molesto para ambos, rompe completamente la química y nos lo ahorramos si lo preguntas antes.

Sobre todo, intenta tener en mente que vas a quedar con una amiga. Alguien que empatiza contigo y que quiere construir una experiencia agradable para ambos. Nosotras estamos dispuestas a poner todo de nuestra parte. No vamos a presionarte ni juzgarte. De la misma forma que aconsejo a una puta que si no siente comodidad con un cliente (y pueda permitírselo) no lo atienda, si no te sientes comprendido y cercano con una puta, sigue buscando.

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Buenas Natalia,

¿Qué han tenido en común los clientes que te han hecho sentir más cómoda?

Me siento cómoda con los clientes que tienen las cosas claras, se muestran vulnerables y no esperan de mí que me comporte como un juguete sexual. Decidí ofrecer una girlfriend experience porque quería tener relaciones naturales y fluidas. Algunos consumidores de prostitución tienen la expectativa de encontrar lo que ven en el porno: una mujer físicamente "perfecta", que se excita y se corre prácticamente sola sin que él tenga que hacer muchos esfuerzos y que disfruta con posiciones acrobáticas pensadas para la penetración. Yo no soy así. Tener un trabajo a largo plazo en donde tienes que representar algo que no te gusta, puede volverse perjudicial.

He tenido clientes con quienes he conectado muchísimo a nivel personal pero sin llegar a convertirse en una relación invasiva. Personas que he visto durante varios meses o incluso años, con quienes he aprendido a follarnos como si fuéramos amigos de toda la vida pero siempre respetando que es un acuerdo laboral. Ni ellos ni yo hemos tenido la osadía de pretender involucrarnos en la vida personal del otro ni pedir explicaciones. Nuestra relación funciona justamente por eso. Incluso con clientes que solo he visto una única vez y no he vuelto a saber nada de ellos, he llegado a sentirme genial porque no venían con un papel de macho alfa empotrador ni salían con sorpresas en el medio de la cita. Simplemente querían disfrutar conmigo, hablar de tonterías o de cosas medio serias, pero siempre sin malos rollos y poniendo de su parte para que yo esté a gusto.

Los clientes con los que me he sentido más cómoda tienen en común que se han molestado por averiguar un poco de mí y querían el tipo de experiencia que puedo ofrecer. No tiene nada que ver con sus cuerpos, su edad o la historia de sus vidas. Todo queda en el trato y en la complicidad que creamos juntos durante las horas contratadas.


¿Hay algo que siempre has querido preguntarle a una puta? Puedes enviarme ahora tus preguntas aquí.