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Identidad

Mujeres adictas a hacerse tests de embarazo

Para algunas mujeres perseguir el ansiado resultado positivo puede convertirse en una verdadera adicción.
Photo via Flickr user Miss_Pupik

Una mujea de 33 años de edad permanece de pie en un lavabo, filmando. Frente a ella, sobre una repisa, descansan un envase de plástico que contiene leche materna donada por una amiga y un test de embarazo. Sumerge el palito de plástico en la leche y lo deposita con cuidado sobre un paño de cocina para que se seque. La finalidad del experimento es comprobar si la leche materna puede provocar un falso resultado positivo en un test de embarazo (no lo hace).

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Su nombre es Ashley Morrison y es una adicta confesa a los tests de embarazo. Su sitio web, Peeonastickfreak.com, que actualiza constantemente con la información y los consejos más recientes sobre pruebas de embarazo caseras o PEC, consigue hasta un millón de visitas al mes contando solo las usuarias procedentes de Estados Unidos. En los dos últimos años, Morrison ha realizado más de 50 'experimentos' con tests de embarazo, cuyos resultados ha publicado online. En el más popular de todos, que obtuvo casi 78.000 visitas, realizó una prueba de embarazo con dos muestras de la primera orina de la mañana; a una de las cuales añadió azúcar para tratar de descubrir si la orina azucarada puede provocar un falso resultados positivo (tampoco lo hace).

Morrison es una enfermera veterinaria convertida en experta en redes sociales y sabe tanto —si no más— sobre tests de embarazo como las marcas que los fabrican. Fue atesorando sus conocimientos enciclopédicos a lo largo de 15 años de infertilidad, antes de quedarse embarazada de su hijo y de su hija, que ahora tienen cinco y seis años. La decisión de lanzar Peeonastickfreak.com y su canal de YouTube asociado, y de establecer una popular comunidad en Facebook hace dos años surgió después de que Morrison sufriera un aborto natural. Según sus palabras, "siento una gran pasión por ayudar a otras mujeres que estén sufriendo de infertilidad… Intento ayudar a las mujeres a quedarse embarazadas, esa es mi labor: investigar y probar diversas marcas de PEC para poder ofrecer mi opinión".

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Morrison es tan solo una de las numerosas mujeres adictas a 'mear-en-un-palito' (o POAS, las siglas de su traducción al inglés, 'Pee-On-A-Stick') que hay en todo el mundo. Las adictas a POAS a menudo gastan una fortuna en PEC, sometiéndose de forma rutinaria a unas diez o veinte pruebas en el transcurso de unos pocos días, y comparten las fotos de los resultados de sus tests en sitios web como Fertilityfriend.com y Babycenter.com para ofrecer una explicación detallada. Muchas de ellas retransmiten su prueba de embarazo 'en directo' a través de YouTube y visitan sitios web y grupos de Facebook como Peestickparadise.com y All About Pregnancy Tests, que son un hervidero de actividad.

Las redes de amistad que se crean entre personas desconocidas adictas a POAS pueden devolver la cordura a muchas mujeres. Saran McGrath, miembro del círculo de Facebook de Morrison, ha encontrado un gran apoyo en el grupo a lo largo de dos embarazos y una pérdida y se refiere a esta comunidad como su 'refugio seguro'.

A menudo las mujeres 'alteran' las pruebas aparentemente negativas empleando Photoshop para revelar segundas rayitas fantasmales que podrían no percibirse a simple vista. En respuesta a esta demanda han surgido aplicaciones para alterar los tests, como Early HPT+. Y también se celebran 'fiestas del pipí', en las que un grupo de mujeres se somete a la prueba de embarazo al mismo tiempo y después comparte los resultados online. No hay nada que las adictas a POAS no estén dispuestas a hacer en su búsqueda de la escurridiza segunda línea, capaz de cambiarles la vida. Este año ya no basta con subir una foto de una prueba de embarazo, hay que colocar el anillo de boda junto a ella, al parecer para ayudar a la cámara a enfocar la tira del resultado de forma más nítida.

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Yo ya he pasado por eso. Cuando trataba de quedarme embarazada de mis hijos (que ahora tienen cinco y dos años) me obsesioné bastante con el tema. Comprar pruebas de embarazo se convirtió en una especie de fetiche en sí mismo. Contemplaba los tests de embarazo en la farmacia y me salía urticaria solo de pensar cuándo volvería a comprar un paquete nuevo. Me limité a usar unas diez de aquellas caras pruebas por cada ciclo, pero compraba versiones más baratas por internet de veinte en veinte e impulsivamente añadía aleatoriamente otras marcas que había visto en la farmacia para ponerle más emoción. A veces incluso me sometía a tests de ovulación cuando se me terminaba el período, por si me revelaban que estaba embarazada y también sencillamente porque estaba ansiosa por POAS.

Científicamente hablando era muy rígida con respecto a POAS, torturando mi cuerpo para que aguantara las ganas de orinar durante todas las horas que me fuera posible y que así mi pipí estuviera ultra-concentrado y contando los segundos desde que mojaba el palito usando el cronómetro de mi teléfono. Mientras observaba cómo la humedad se extendía por la ventanita del test, mi corazón parecía querer salírseme del pecho. Después, cuando solo aparecía una única línea solitaria, salía al jardín o permanecía bajo la luz más potente que podía encontrar con las pruebas en la mano, buscando el más mínimo atisbo de una rayita (aunque cuando conseguía ver una no se trataba más que de 'evaporación' o de una imperfección de la ventanita). A veces, a causa de la desesperación, espaciaba muy poco las pruebas, aunque se supone que no debes hacerlo, preguntándome si encontraría una rayita de ese modo. Obviamente, cuando mi resultado era negativo yo me limitaba a someterme una y otra vez a la misma prueba, aun cuando sabía que era imposible.

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Mi conocimiento de las tiras reactivas era enorme por aquel entonces y pasaba muchas horas cada día en foros sobre fertilidad. Hay algo realmente extraordinario en la idea de que tener un bebé puede reducirse a una sola rayita (o una palabra digital: 'embarazada') y, cuando todas tus esperanzas están depositadas en ver esa línea o esa palabra, resulta difícil no obsesionarse.

Como sucede con todas las adicciones, la adicción a POAS es increíblemente emocionante de alimentar, pero también tiene un lado oscuro. Para las mujeres estériles o que han sufrido varios abortos naturales, POAS puede ser una experiencia que provoca una seria ansiedad. Sonia, un ama de casa de 31 años de edad residente en Oxfordshire que está actualmente embarazada de su séptimo hijo, ha sufrido nueve abortos naturales. Empezó el año pasado a subir vídeos a YouTube en los que documentaba cada paso de su proceso para quedarse embarazada, con numerosos vlogs en directo sobre los tests de embarazo casero, incluyendo uno en el que sometió 13 marcas diferentes a prueba. Ahora que se encuentra en su segundo trimestre, afirma: "Ya no compro pruebas de embarazo, pero disfruto utilizando las que ya tengo, solo porque puedo. Una parte de mí no puede creer que los tests den ahora resultados positivos y la otra necesita seguir haciendo esos tests por si las líneas se muestran menos intensas y vuelvo a sufrir un aborto natural".

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En un vlog reciente, Sonia se sometió a un test cuando estaba embarazada de nueve semanas para demostrar el 'efecto de gancho' que hace que la segunda rayita sea cada vez menos nítida conforme las hormonas del embarazo van superando el límite máximo de la prueba casera. "Muchas mujeres se someten a tests de embarazo por el mismo motivo que yo", explica Sonia, "porque tienen miedo de sufrir otra pérdida y, al ver que el resultado de las pruebas cada vez es menos nítido, podrían entrar en pánico. Estoy aquí para crear conciencia y tranquilizar a las mujeres que me visitan".

Los tests de embarazo modernos son tan sensibles que actualmente disponemos de un acceso a la información que las generaciones anteriores de mujeres jamás tuvieron. Yo sufrí la común experiencia de darme dolorosamente cuenta de que había sufrido un aborto natural temprano o 'embarazo químico', que se produce más o menos en torno a la fecha en que finaliza la menstruación. Sin las PEC, que permiten obtener un resultado positivo casi una semana antes de tener el período, la pérdida de dicho embarazo habría pasado por una menstruación. Por supuesto, la respuesta está en no hacerte una prueba hasta que no tienes la primera pérdida, pero si disponemos de esa tecnología resulta difícil resistirse a usarla.

Morrison comparte otra preocupación acerca de los tests altamente sensibles: "Estas pruebas pueden provocar mucha angustia en las mujeres que tratan de quedarse embarazadas hoy en día, porque producen tiras reactivas muy visibles que pueden fácilmente malinterpretarse como resultados positivos auténticos. Las pruebas de tinción azul son extremadamente famosas por presentar escapes de tintura y falsos resultados positivos. Una línea ya no es tan solo una línea".

A fin de cuentas, las pruebas de embarazo se reducen a conseguir un GRAN POSITIVO. No hay nada en esta vida que se pueda comparar a ese momento y gran parte de la fascinación que siente la comunidad moderna de fertilidad en internet consiste en poder experimentar esa emoción de forma indirecta, observando el resultado positivo de otras personas online (echa un vistazo a este, tras muchos años de infertilidad, y a este, en el que la pareja de la mujer embarazada reacciona con una espectacular impasividad). Sin embargo, una significativa minoría jamás obtiene esa segunda rayita.

Yo ya no tengo intención de tener más hijos, pero a veces me sorprendo echando de menos el suspense de los tests de embarazo, observando de nuevo con anhelo los estantes de pruebas de embarazo de la farmacia, pero esta vez con tristeza, porque ahora sé que jamás volveré a someterme a ninguna.