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Identidad

'Siempre me he sentido atraída por las cosas kinkis': hablamos con Noelia Towers

La artista Noelia Towers empezó a interesarse por el BDSM tras salir de una larga relación abusiva. Hablamos con ella del daño que ha hecho 'Cincuenta sombras de Grey' a la comunidad BDSM y la importancia de visibilizar los genitales femeninos.
Todas las ilustraciones por Noelia Towers

La ilustradora Noelia Towers nació en Barcelona pero actualmente vive en Chicago, donde dedica su tiempo libre a expresarse a través de la ilustración. Conocí a Noelia hace un montón de años yendo a concierto de punk y hardcore y después le perdí la pista, pero hace poco me topé con sus ilustraciones a través de Instagram, donde acumula un montón de seguidores y dibujos alucinantes.

En sus dibujos, Noelia retrata un universo femenino con un toque oscuro. Tiene una serie de mujeres con pájaros, otra de coños o dibujos de mujeres en pelotas con vibradores, pero los dibujos que más éxito parece que han tenido a través de internet es una serie en la que retrata escenas relacionadas con el mundo BDSM, un mundo por el cual empezó a interesarse más a fondo tras salir de una larga relación abusiva.

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Hablé con ella del daño que ha hecho Cincuenta sombras de Grey a la comunidad BDSM, la importancia de visibilizar los genitales femeninos y de la censura en Instagram.

De la serie 'Women & Birds'

Broadly: Hola Noelia. Cuando nos conocimos no tenía ni idea de que dibujabas y flipé mucho al descubrir tus dibujos. Cuéntame un poco sobre cómo empezaste a pintar, si tienes estudios relacionados con el arte, etc.

Noelia Towers: Cuando tenía unos siete años, mis padres me apuntaron a un centro social para aprender a pintar. Como éramos pobres y a penas llegábamos a fin de mes, encontraron una asociación en Barcelona dónde impartían clases en grupo con prioridad para gente con discapacidades, problemas de salud mental y problemas económicos. Allí aprendí las cosas básicas, pero era muy, muy pequeña y decidí cometer el error de dejar las clases una vez consideré que ya había aprendido suficiente.

Volví a reencontrarme con el mundo del arte en la Massana, donde no aprendí mucho sobre pintura, pero sí sobre cómo usar muchas otras técnicas. Fueron dos años bastante intensos, muchas lecciones de vida. Me fui de casa a los 16 años, justo cuando estaba terminando el bachillerato artístico, así que mis padres decidieron cortar la fuente de dinero y todos mis planes de seguir estudiando e ir a la universidad se rompieron en mil pedazos.

Creo que me quedé con la pintura porque me permite expresar a la perfección las ideas que tengo en mi cabeza. Me relaja y me mantiene sana. Cuando pinto puedo hacer cosas que no podría hacer con ningún otro medio.

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Tienes muchas obras relacionadas con el mundo BDSM. ¿Cómo nace tu interés por el BDSM? ¿Lo practicas o es algo puramente estético lo que te atrae de estas prácticas?

Siempre me he sentido atraída por las cosas "kinkis", pero no fue hasta hace un poco más de tres años que la atracción estética se presentó en mi vida. Salí de la relación más abusiva de mi vida en 2013 y decidí centrarme en mí, en intentar descubrirme a mí misma. Decidí ser yo misma después de cinco años oprimiéndome y dejándome oprimir. Realicé cursos de Reiki para curarme, conecté muchísimo con mi parte más espiritual y, entre otras cosas, me sumergí en el mundo de BDSM.

Conocí a mi actual marido y me mudé a Estados Unidos. Con él me siento libre de seguir siendo yo con todos mis fetiches. Llevamos más de tres años juntos y creo que cada día le muestro una parte más de mí que no conoce, o descubrimos juntos una parte nueva de los dos. Sí, practico BDSM pero al contrario de lo que mucha gente cree a través de mis pinturas, no soy dominante. Creo que en mi día a día soy demasiado mandona —lo que yo digo va a misa—, y me he dado cuenta que con estas prácticas se crea un balance en mi vida. Es como una terapia, puede llegar a ser increíblemente espiritual.

Es difícil a veces intentar que mi marido comprenda lo que yo quiero, lo que me hace feliz y hay veces que tiene miedo de pasarse de la raya, pero poco a poco le voy educando e introduciendo mis límites. Nunca me ha juzgado ni me hace sentir que estoy enferma de la cabeza y me siento increíblemente apoyada.

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Muchas veces contemplo la posibilidad de hacer de dominatrix con otras personas. Me llegan muchos mensajes de tipos pidiendo ser mis esclavos. Por ejemplo, hace unos días, después de mucho tiempo sin recibir ninguno, un tío en Instagram me pidió si le podía atar a la pared y lanzarle huevos. También me mandan mensajes pidiendo lo típico de pisarles la cara y cosas así.

En Chicago tengo varias amigas dominatrix que me han ofrecido ayuda, y aún así siempre me preocupa mi seguridad debido a traumas pasados. Quizás algún día cuando me harte de mi curro lo mando todo a la mierda y me lanzo a la piscina.

Seguramente mucha gente que sigue tu trabajo y a la que le gustan tus pinturas sobre BDSM no lo practica. ¿Por qué crees que la gente se siente atraída por el BDSM o su estética?

Creo que la estética relacionada con el mundo BDSM está en auge y creo que en parte es gracias —¿o debería decir por culpa?— a Cincuenta sombras de Grey, un libro y una película terrible, y peor ejemplo de lo que estas prácticas representan. Empecé a verla para intentar dejar de ser tan crítica y darle una oportunidad pero casi vomito. En la peli al tío básicamente le da igual por completo lo que la chica quiere, ignorando sus límites y retratando el BDSM como algo súper sexualizado. Lo que la gente no sabe es que el BDSM no tiene por qué implicar sexo, penetración o follar, y siempre —siempre, siempre, siempre— tiene que haber una palabra clave de seguridad o una señal que la persona sumisa tiene que ser capaz de decir o realizar en caso de sobrepasar sus límites.

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Siempre me borran los coños o las pinturas en las que hay pezones. Me jode la vida, pero la gente es mala y me denuncian el contenido

Mucha gente aprecia mi arte desde un punto de vista estético, pero también me hace súper feliz atraer a gente que realmente practica el BDSM o que se está iniciando y se siente representada.

Recientemente has colaborado con la directora de cine porno Erika Lust. Cuéntame un poco cómo surge la colaboración y en qué consiste.

Una amiga mía trabaja para Erika Lust y un buen día por la mañana, mientras me intentaba sacar las legañas de los ojos tumbada en mi cama, me mandó un mensaje preguntando si me gustaría ser una de las artistas que colaboran con la web de XConfessions. Obviamente dije que sí y la idea es que se utilicen mis trabajos para ilustrar las "confesiones" que la gente les manda. También me hicieron una entrevista súper divertida sobre mi trabajo y el BDSM. ¡Me flipa Erika y todo lo que ella y su equipo llevan a cabo!

Me gusta mucho tu serie de los coños. Cuéntame un poco sobre estos coños. ¿Tomaste imágenes de referencia para pintarlos?

El concepto nació de la idea de que un coño es mucho más que un horno de crear bebés o un agujero que hace que un tío se corra. Me hace gracia como la gente siente asco por las vaginas a menos que sea para estas dos cosas. He estado con tíos que preferirían saltar desde un quinto piso antes que comerme el coño para hacer que me corra. Nuestro placer no se toma en serio, así que pedí vía Facebook a amigas y desconocidas que me mandaran fotos de sus vaginas para poderlas pintar y pegarles ojos saltones. Es como dar una razón válida para echarse unas risas delante de un coño y así también intentar normalizar nuestros genitales.

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De la serie 'The pussy project'

Hay varios tatuadores (ahora mismo me vienen a la cabeza Sad Amish o Curt Montgomery) que han hecho algunos tatuajes inspirados en escenas BDSM. ¿Alguna vez te has planteado empezar a tatuar?

Cuando tenía 13 años me hice mis primeros tatuajes y le pedí a mi tatuador si me podía enseñar. Me compré todo el equipo necesario y al poco tiempo el chico se mudó a cuatro horas de Barcelona, así que me rendí. Desde entonces no he vuelto a intentarlo pero siempre he tenido interés en ello… ¡Quizás algún día!

¿Te han borrado algún dibujo de Instagram? ¿Suelen denunciar mucho las publicaciones?

Siempre me borran los coños o las pinturas en las que hay pezones. Me jode la vida, pero la gente es mala y me denuncian el contenido. ¿No sería más fácil bloquearme o ignorarme? En fin… Algún día se van a cansar y me van a dejar en paz. Las peores son las madres con hijos. Supongo que las que no tienen curro se aburren y me tienen que joder para combatir el aburrimiento.

¿Conoces el Instagram de Cold Meat? Ahí voy conociendo artistas actuales o pasados que hacen arte relacionado con el BDSM. ¿Qué otros artistas te inspiran?

Darryl (Cold Meat) y yo nos seguimos desde hace tiempo. De vez en cuando nos escribimos para idolatrarnos el uno al otro. Es súper buen chaval, ¡al menos a través de internet! Le han cerrado el Instagram tantas veces… ¡y el pobre no se rinde! RESPECT.

La verdad es que no hay muchos otros artistas actuales que me inspiren, la mayoría están muertos… Yva Richards, John Willie, Barbara Degenevieve, Robert Mapplethorpe… Pocos de ellos están vivos, pero hace unos meses fui al MCA a ver la expo de Kerry James Marshall y fue como una inyección de adrenalina e inspiración.

Lo que realmente me inspira son personas en concreto. Gente que forma parte de mi vida o desconocidos que poseen algo que me atrae.