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Identidad

Cómo vencer tu adicción a tu ex

Una antropóloga biológica explica cómo tu cerebro responde a estar enamorada del mismo modo que responde a la cocaína. Nosotras queríamos saber: ¿hay algún modo de superar la adicción al amor cuando una relación se agría?
Illustration: Grace Wilson

¡Ah, amor de juventud! La primera oleada de atracción romántica nos trae tantas sensaciones nuevas… La cabeza te da vueltas, el corazón late a mil por hora, las encías se entumecen y, de repente, se te ocurre la mejor idea del mundo para un guión y vas a escribirlo entero esta noche, nena, ¡porque eres un puto animal! Ay no, perdón, esto último es la cocaína.

Pero si la vida es como una caja de bombones, entonces una relación horrible en realidad sí es como la cocaína.

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"Puede costarte dormir, puede costarte comer. Estás muy concentrado, muy motivado", explica la antropóloga biológica Helen Fisher acerca de las similitudes entre el amor y la cocaína. Fisher, autora de Anatomía del amor, llevó a cabo estudios mediante imágenes cerebrales en cientos de personas que vivían diferentes etapas de sus relaciones románticas y descubrió fuertes similitudes entre la primera oleada de amor y la primera oleada de la coca. Ambas activan un sistema de producción de dopamina en una parte del cerebro llamada área tegmental ventral (ATV).

La dopamina afecta a todo tipo de cosas en nuestro cuerpo y nuestro cerebro, incluyendo los deseos. Los sistemas de recompensa de la dopamina son los responsables de nuestras respuestas ante el amor, las apuestas, el estrés postraumático (EPT) y las drogas. La principal diferencia entre ellos es la duración. "En el caso de la cocaína, el efecto desaparece al cabo de unas horas", afirma. "En cambio, en el caso del amor puede durar semanas, meses o años".

Si el amor y las adicciones comparten tanta química cerebral, ¿podría la terapia para combatir la adicción ser un modo eficaz de ayudarnos a abandonar una relación tóxica?

Cuando estamos enamorados, nuestra ATV produce —científicamente hablando— una puta tonelada de dopamina. La dopamina es un neurotransmisor del que solía pensarse que no era otra cosa más que la sustancia química del placer, pero una teoría ahora en alza sugiere que la dopamina en realidad está más vinculada a la trascendencia: nos indica a qué debemos prestar atención, tanto si es un patrón que podemos reconocer, un estímulo doloroso o un dulce colocón. La dopamina es enviada desde nuestra ATV hasta otro punto del cerebro denominado núcleo accumbens, responsable de la motivación, que nos enseña qué cosas buscar y cuáles evitar. La dopamina se produce a causa de una acción y ella se encarga de reforzar nuestro deseo de repetir dicha acción.

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En el caso de la cocaína, el efecto desaparece al cabo de unas horas. En cambio, en el caso del amor puede durar semanas, meses o años

"Es un sistema de búsqueda", explica Fisher. Este sistema de búsqueda es muy útil si eres un cazador-recolector que está aprendiendo qué bayas son venenosas y cuáles no, pero un poco menos si estás enviando un mensaje de texto a tu ex a las tres de la mañana.

Los niveles de serotonina, por el contrario, se reducen significativamente. La caída en picado de los niveles de serotonina en realidad es similar a la que experimenta una persona que padece Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). La corteza frontal, implicada en el uso del juicio y en la toma de decisiones, también funciona menos. De modo que si tienes la sensación de que no puedes pensar con claridad acerca de alguien a quien amas, probablemente tengas razón.

"Hasta ahora hemos observado las adicciones negativas", indica Fisher, "pero el amor puede ser una adicción positiva". En una relación que funciona, tus receptores de dopamina se excitarán mientras el resto de tu vida también mejora. Tu cerebro aprende que merece la pena prestar atención a esa persona, pero una vez que has decidido que ya no deseas prestarle más tu atención, acabar con ese ciclo de dopamina puede ser duro.

"Hay que tratarlo como una adicción", afirma Fisher. "Nada de mensajitos, ni de llamadas, ni te presentes en su trabajo". En otras palabras, tienes que pasar el mono. Un estudio realizado en 2007 reveló que incluso escuchar el nombre de tu pareja es suficiente para que la dopamina se ponga a mil.

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Pero gracias a los índices de reincidencia en comportamientos adictivos como el juego sabemos que la fuerza de voluntad por sí sola probablemente no solucionará tu adicción al amor. Un estudio llevado a cabo en 2008 situó la tasa de reincidencia entre los adictos al juego en un 90 por ciento. Chris Abert, de la Indiana Recovery Alliance, explica a Broadly que, en lo referente al tratamiento del abuso de sustancias, muchos emplean un "método de abstinencia coercitivo".

Un ejemplo de este método, basado en una fuerte supervisión y en acciones punitivas, sería decir, "deja de tomar drogas o te quitamos a tus hijos", o bien "o te metemos en la cárcel". ¿Adónde nos ha llevado este método? "Nos ha llevado a la peor epidemia de opiáceos de los últimos 100 años y a la mayor epidemia de VIH [en EE. UU.]", afirma Abert. La Indiana Recovery Alliance, por el contrario, emplea un modelo de reducción de daños, de acuerdo con el cual ofrecen a quienes luchan contra la adicción suministros como agujas limpias y naloxona y se les remite a alguna fuente de tratamiento cuando los clientes lo solicitan. "La abstinencia como método no es inherentemente mala", indica Abert, "pero los tratamientos con asistencia farmacológica también funcionan".

El tratamiento con asistencia médica para combatir la adicción a los opiáceos puede incluir fármacos como la metadona, que "libera una baja dosis de opiáceos farmacéuticos", afirma Abert. ¿Pero no es eso intercambiar una adicción por otra? "Esa forma de pensar es realmente ignorante", afirma. "Les estás sacando de un uso criminalizado de la droga y les estás introduciendo en uno socialmente aceptable".

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En lugar de cerrar en banda tu voluntad de vivir después de una ruptura, es importante que encuentres cosas nuevas que aportar a tu vida

También resulta ignorante con respecto al funcionamiento del cerebro: el sistema de recompensa de la dopamina nunca se va a apagar. Puede incluso que se trate literalmente de tu voluntad de vivir. De modo que, en lugar de cerrar en banda tu voluntad de vivir después de una ruptura, es importante que encuentres cosas nuevas que aportar a tu vida. "Sal con gente nueva", aconseja Fisher, "la novedad reactiva el sistema de dopamina".

Fisher también recomienda el ejercicio físico como forma de obtener dopamina con rapidez. Además, el ejercicio también tiene la capacidad de construir nuevos receptores de dopamina en el cerebro. Haz más ejercicio y obtendrás más placer en todos los aspectos de tu vida, pero no dejes de lado a los otros neurotransmisores de tu cerebro. "Sal con viejos amigos y recibe muchos abrazos", dice Fisher. "eso disparará los niveles de oxitocina [la hormona del vínculo, que se libera cuando tienes un orgasmo y cuando te acurrucas con alguien] y te ayudará a dormir mejor".

Fisher también advierte de los peligros de pensar demasiado en la ruptura. "Las mujeres empiezan a revivir el trauma, repasando una y otra vez lo que sucedió". Los niveles bajos de serotonina del amor, similares a los del TOC, pueden darnos una pista sobre otra forma de escapar de los pensamientos negativos asociados con una mala ruptura.

Susan* sufre de EPT y TOC. El pasado mes de junio fue hospitalizada por albergar pensamientos obsesivos autodestructivos que fueron activados por el caso Brock Turner. "Experimentaba pensamientos intrusivos que iban de 'violación violación violación' a 'morir morir morir'", explica. Su psiquiatra habitual le sugirió que simplemente intentara dejar de tener esos pensamientos, pero cuando estaba en el hospital, su nuevo médico le propuso una estrategia diferente. "Me sugirió que redirigiera mis pensamientos obsesivos negativos", afirma, "diciendo repetidamente, aunque todavía de modo obsesivo, 'vivir vivir vivir'". Después de abandonar el hospital empezó a hacer punto de cruz, que es algo obsesivo y repetitivo, pero que al final le deja con un bonito objeto como resultado.

De modo que si necesitas liberarte de una relación tóxica con rapidez, el secreto está en llenar tu vida con cosas nuevas que molen. Tu cerebro seguirá intentando mantenerte en ese rollo obsesivo, pero puedes engañarlo obsesionándote con la vida misma. Si te das cuenta de que tu cerebro repite la historia de tu ruptura una y otra vez, encuentra un nuevo mantra: vivir, vivir, vivir.

*El nombre se ha cambiado