'Conducido por una mujer' y otras coletillas para vender coches de segunda mano

Echo un vistazo a Wallapop y me encuentro con unos cuantos de estos anuncios de este tipo. La mayoría, por cierto, publicados por hombres. "¡Hola! Por mi experiencia particular, que he tenido unos 14 coches, siempre confío más si lo ha usado una mujer", me cuenta Óscar a través del chat de Wallapop. "Se supone que la probabilidad de que no lo haya maltratado mecánicamente es mayor. Por ejemplo, este coche que yo vendo es de mi madre y creo que jamás pasó de los 120km/h".

Otro usuario, Miki, me contesta: "Imagino que una mujer conduce menos agresivo que un hombre. Comparando la conducción de mis amigos a la de mis amigas, a la hora de comprar un coche yo se lo compraría a mis amigas sin duda", concluye.

Pero más allá de estas suposiciones conviene subrayar esto mismo: son meras suposiciones. "Es evidente que en estas expresiones no existe un racional, más bien creo que se trata de motivos irracionales o emocionales", explica Ana López, experta en márketing y con estudios en antropología. "Me da la sensación de que se atribuye a la mujer una serie de características en su rol de cuidadora dentro del sistema patriarcal. Del mismo modo que cuida de sus hijos y de los mayores, también se extrapola a temas más prácticos, como en este caso, un coche".

"Creo que es una expresión totalmente machista. Yo a la práctica nunca he notado ninguna diferencia", explica Carmen Gutiérrez, una mujer mecánica de cuarenta y siete años que trabaja desde los dieciocho en un taller de automoción en Badalona. Carmen es una de las pocas mujeres miembro del Gremi de Tallers de Barcelona y defiende que "no existen diferencias reales entre los coches usados por hombres y mujeres".

"Tengo clientes que son cafres y son hombres y tengo clientas mujeres que lo son el doble. Hay de todo en ambos sexos. Yo nunca he visto eso de que la mujer tiene el coche más cuidado o más limpio", explica Carmen a Broadly. "El sexo aquí no tiene nada que ver". Carmen lleva casi 30 años dedicándose a una profesión tradicionalmente masculina y admite que las mujeres siguen teniendo una presencia escasa en el mundo de la automoción.

En su familia se sorprendieron al saber que pensaba dejar los estudios para dedicarse al taller. Sin embargo, el trato que ha recibido por parte de los clientes siempre ha sido positivo. "A veces la gente se sorprende, pero no he recibido comentarios machistas porque la mayoría de clientes son de toda la vida y me conocen desde niña. El comentario más machista fue el de una anciana que un día me dijo que yo tendría que estar fregando", relata por conversación telefónica a Broadly. Carmen no conoce a ninguna otra mecánica en su entorno.