Fotografías de un concurso de belleza de alpacas
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Identidad

Fotografías de un concurso de belleza de alpacas

¿Quién es la bolita de pelo más bonita de todas?

Las carrozas están cargadas, las uñas de las patitas recortadas y el pelo trasquilado. Todos los años, aficionados y criadores de alpacas de toda Nueva Zelanda se dirigen a la famosa Feria de Animales y Productos Agrícolas de Rotura para probar suerte y optar a ganar el mayor premio de este acontecimiento: el escurridizo galón rojo que se lleva el número uno, prueba inequívoca de que su alpaca es la mejor alpaca de todas.

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Nosotras también fuimos allá para documentar el drama.

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Diane Marks (arriba) lleva siendo jueza de concursos de alpacas desde 2004. Personalmente, es dueña de 120 alpacas y aprecia su efecto tranquilizador: "son fantásticos calmantes", explica Marks.

La Huacaya, como se muestra arriba, es la raza de alpaca más popular y suma en torno al 90 por ciento de todas las alpacas del país. Posee un suave y algodonoso copete de lana sobre la cabeza, que se recorta junto con las uñas de las patas antes del show.

Sue Richards aparece en la foto de arriba junto a Pamukkale, que tiene 10 meses de edad y es ganadora del premio Supreme Champion Suri. Sue lleva 20 años en la escena e insiste en que todas sus alpacas morirán de viejas en su granja. "Ahora se ha puesto de moda comer carne de alpaca", dice, "pero eso no es lo que hacemos nosotros".

Denise Taplin (arriba) empezó con cuatro alpacas y ahora tiene 42. Esta enfermera y su marido tienen los dos trabajos muy exigentes, que les ayudan a costear su "afición a las alpacas".

Denise se presenta a este concurso con Summer, de 12 meses de edad, cuyos nervios de primeriza la primera vez que participó tuvo que calmar haciéndole cosquillas en el morro. "Se estaba estresando un poco, así que le hice cosquillas en el labio y eso la calmó durante un rato".

Brenda Gainsford, cuya imagen puede verse arriba, se unió al mundo de las alpacas en 2006. Ahora sus hembras de raza se venden por entre 4.700 € y 9.400 € cada una.

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"Las apareamos dos semanas después de que den a luz", explica. "El macho hace lo que nosotros llamamos un 'orgle', un sonido extraño que desencadena la ovulación en las hembras. Si el macho no lo hace, no sucede nada".

Las hembras de la alpaca tienen una naturaleza encantadora y tranquila… hasta que se quedan preñadas. Entonces escupen, regurgitando la hierba desde su estómago de tres cámaras y lanzándola hacia cualquiera que sea suficientemente idiota como para acercarse demasiado. Un asco.