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Identidad

La vida de una diosa Kumari: las niñas cuyos pies nunca tocan el suelo

Viajamos a Nepal para ver cómo es la vida de las niñas que se convierten diosas vivientes.

Nepal es un pequeño país sin costa que se encuentra encajonado entre China, la India y el elevadísimo Himalaya. Su fusión entre el budismo, el hinduismo y las religiones locales del Himalaya se filtra en casi todos los aspectos de la vida diaria: hay un panteón aparentemente infinito de dioses y rituales en los que participar.

Uno de los ejemplos de la rica y compleja espiritualidad de Nepal es la diosa Kumari. Lleva siglos siendo adorada como protectora de la capital, Katmandú, y se cree que se manifiesta en el cuerpo de una niña. Las Kumari son elegidas cuando todavía son muy pequeñas y, una vez designadas como deidades, sus pies nunca pueden tocar el suelo. Las niñas sagradas solo pueden hablar con sus familias y únicamente pueden abandonar su templo para honrar los festivales religiosos con su presencia. Cuando una Kumari tiene su primera menstruación es destituida y una nueva Kumari pasa a ocupar su lugar.

Broadly viajó a Nepal para ver cómo es la vida de las niñas que se convierten diosas vivientes.