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Identidad

Las mujeres hetero tienen menos orgasmos por culpa de sus torpes parejas

El "huidizo orgasmo femenino" en realidad no es tan huidizo. No tienes más que preguntar a las lesbianas.
Photo by Mosuno via Stocksy

Según un nuevo estudio publicado el pasado mes de febrero en Archives of Sexual Behavior (Archivos de comportamiento sexual), las lesbianas confirman que el "huidizo orgasmo femenino" en realidad no es tan difícil de encontrar.

Existen numerosas investigaciones publicadas y artículos en revistas femeninas que sugieren que los hombres tienen orgasmos con más frecuencia que las mujeres. Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad Chapman y del Kinsey Institute llevaron su investigación en torno a la frecuencia de los orgasmos un paso más allá observando con qué frecuencia indican llegar al clímax las personas gais, lesbianas y bisexuales en comparación con los hombres y mujeres hetero (tan solo es el segundo estudio sobre la frecuencia de los orgasmos en contar con una amplia muestra de gais, lesbianas y mujeres bisexuales. El primero se centró en personas solteras, mientras que el estudio actual se centra en personas que mantienen una relación). También tenían como fin comprender qué comportamientos y prácticas están potencialmente vinculados a la frecuencia de los orgasmos.

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Más de 52.000 personas participaron en una encuesta que se colgó en NBCNews.com. La muestra incluía 26.032 hombres y 24.102 mujeres que se identificaban como heterosexuales, 452 hombres gais, 340 lesbianas, y 550 hombres y 1.112 mujeres que se identificaban como bisexuales. Además de reunir información sobre características personales ―incluyendo la etnia, el nivel de estudios y el número de niños en el hogar―, la encuesta preguntaba sobre comportamientos sexuales. Se preguntó a los participantes acerca de la frecuencia en que recibían y proporcionaban sexo oral, si habían hablado alguna vez sobre sexo con su pareja o no y si practicaban diversas actividades sexuales específicas, que abarcaban desde darse masajes hasta tomar drogas para mejorar el sexo, llevar lencería, recibir y dar azotes, grabar el acto o hacer un trío.

Los investigadores también deseaban conocer detalles específicos sobre la última vez que los participantes habían tenido relaciones sexuales: si cada uno de los miembros de la pareja había hecho algo para crear el ambiente adecuado como decir cosas guarras o poner música, qué actividades habían tenido lugar (desde besos suaves hasta sexo anal) y cuánto tiempo había durado la sesión.

"Uno de los principales objetivos del estudio", escriben los autores, "era crear un perfil de las actitudes y comportamientos de las personas que tienen orgasmos frecuentemente frente a las que los experimentan pocas veces".

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Tras analizar los datos, los resultados confirmaron lo que se ha descrito como la "brecha orgásmica": los hombres presentaban más probabilidades de correrse que las mujeres. Sin embargo, lo más interesante fue la diferencia entre las mujeres heterosexuales y las lesbianas, así como la frecuencia con que decían llegar al orgasmo durante el sexo. El 88 por ciento de las lesbianas afirmó que normalmente o siempre se corría cuando mantenía relaciones, en contraposición con el 65 por ciento de las mujeres hetero.

El 88 por ciento de las lesbianas afirmó que normalmente o siempre se corría cuando mantenía relaciones, en contraposición con el 65 por ciento de las mujeres hetero

Los resultados de este estudio sugieren que "parte de la brecha orgásmica entre los hombres heterosexuales y las mujeres heterosexuales podría cerrarse", afirma David Frederick, autor principal de la investigación y profesor de psicología de la salud en la Universidad Chapman. "Hay miles de artículos en revistas y libros de autoayuda sobre sexo que dan consejos sobre lo que hace que las mujeres lleguen al orgasmo. Uno de los objetivos de este estudio era observar qué actos específicos estaban más fuertemente ligados a la frecuencia de los orgasmos en las mujeres. No todas las mujeres necesariamente desean tener orgasmos con mayor frecuencia, pero para las que sí lo desean, comprender las diferencias entre géneros puede apuntar a diversas formas de cerrar esa brecha".

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Según el estudio, algunos de los comportamientos que "diferenciaban con mayor fuerza a las mujeres que tenían orgasmos frecuentes de las que no los tenían eran: pedir lo que querían en la cama, alabar a su pareja por algo que había hecho durante el sexo, llamar por teléfono sobre sexo o enviar un email de contenido sexual, llevar lencería sexy, probar nuevas posturas sexuales, la estimulación anal, hablar sobre fantasías sexuales o llevarlas a cabo, hablar sobre sexo y utilizar expresiones de amor durante el acto sexual".

Sin embargo, el mejor indicador de predicción para saber con qué frecuencia tiene orgasmos una mujer es la frecuencia con la que recibe sexo oral. "Las mujeres que tenían orgasmos con mayor frecuencia indicaron recibir más sexo oral, tener sexo durante sesiones más prolongadas y sentirse más satisfechas con sus relaciones", indica el estudio. "La incorporación del sexo oral junto a otras actividades durante los encuentros sexuales era de especial importancia para las mujeres".

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Pero sorprendentemente, explica Frederick, "el sexo oral es poco común. Menos de la mitad de las parejas incorporaban a menudo o siempre el sexo oral cuando mantenían relaciones".

Para muchas de las mujeres encuestadas, continúa, "no era necesaria la actividad vaginal [para llegar al clímax]. El 85 por ciento de las mujeres heterosexuales que recibían estimulación genital, besos profundos y sexo oral dijo que tenía orgasmos normalmente o siempre".

La combinación de estos tres movimientos se denomina el "trío de oro", indica Elisabeth Lloyd, académica docente externa del Kinsey Institute y coautora del estudio. Y afirma que, desde el punto de vista de las mujeres, una de las mayores aportaciones de su estudio fue la confirmación de la eficacia de estas acciones para incrementar las probabilidades de que las mujeres alcancen el orgasmo con una pareja sexual, si no son capaces de llegar al clímax mediante la penetración.

Los hallazgos del estudio, que confirman que existe una brecha entre el porcentaje de mujeres lesbianas y heterosexuales que tienen orgasmos en la cama, sugieren que "tenemos algo que aprender" de las mujeres que tienen sexo con otras mujeres, según Lloyd. "Hemos descubierto que estas actividades, que con mucha frecuencia son las que llevan a cabo las lesbianas en la cama, pueden transferirse a lo que podrían hacer las parejas heterosexuales si realmente quieren que la mujer llegue al orgasmo".