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Identidad

‘Fue repugnante’: las refugiadas sufren vejaciones en su recorrido hasta Europa

Las mujeres que recorren el camino de la emigración hacia Europa viven temiendo constantemente por su vida, según un reciente informe de Amnistía Internacional.
Photo by Bisual Studio via Stocksy

Un informe elaborado por Amnistía Internacional (AI) ha confirmado que las refugiadas se enfrentan a "ataques, explotación y acoso sexual" mientras recorren con valentía el precario camino que las lleva hasta Europa.

Este informe, publicado hoy por la organización de derechos humanos, también indica que "los gobiernos y agencias de ayuda no proporcionan siquiera una protección básica a las mujeres refugiadas que viajan desde Siria e Irak" para que puedan sentirse seguras. Sus hallazgos llegan tan solo unas semanas después de que Broadly informara sobre las mujeres, chicas adolescentes y niños que recorren solos la ruta de los refugiados a través de los Balcanes.

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AI entrevistó el mes pasado en Alemania y Noruega a 40 mujeres y niñas "en situación altamente vulnerable", que habían viajado desde Siria e Irak a través de Turquía y Grecia, cruzando los Balcanes, hasta el supuesto santuario que para ellas representa Europa Occidental. Todas ellas revelaron que se habían sentido "amenazadas y en peligro" en algún momento del viaje, con frecuencia tomando medidas desesperadas de autoprotección como resultado de ello.

"Tras vivir los horrores de la guerra en Irak y Siria, estas mujeres lo han arriesgado todo con el fin de encontrar seguridad para ellas y para sus hijos", afirma Tirana Hassan, directora de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional. "Pero desde el momento en que emprenden este viaje vuelven a quedar expuestas a la violencia y la explotación, sin apenas ayuda o protección".

La investigación de AI sugiere que las refugiadas se ven acosadas en todas las etapas del viaje: desde los hombres que se ofrecen a introducirlas clandestinamente en los países europeos a cambio de sexo, hasta los abusos verbales que reciben de los agentes de seguridad en Grecia, Hungría y Eslovenia, pasando por las violentas tácticas empleadas por la policía húngara.

Al menos tres de las mujeres entrevistadas dijeron que habían recibido acoso por parte de la red de traficantes de personas, que les ofrecen descuentos en sus viajes en barco a través del Mediterráneo a cambio de sexo. Todos sus nombres fueron cambiados en el informe para proteger su identidad.

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Hala, una mujer de 23 años de edad procedente de Alepo, contó a AI que, "en un hotel de Turquía, uno de los hombres que trabajaban con el traficante de personas, un hombre sirio, me dijo que si me acostaba con él no tendría que pagar, o pagaría menos. Por supuesto yo me negué, fue repugnante".

No todos los países europeos han dado la bienvenida a los refugiados. Foto de Leandro Crespi vía Stocksy

Una vez desembarcan, los casos de acoso continúan. 12 mujeres entrevistadas por AI afirmaron que habían sufrido "tocamientos, caricias o miradas desagradables". Una mujer iraquí de 22 años de edad afirmó que, cuando estaba en un campamento de tránsito en Alemania, un guarda de seguridad uniformado le ofreció entregarle ropa a cambio de "pasar un tiempo a solas" con él.

Según el informe, las mujeres y las adolescentes que viajan solas o acompañadas de niños afirman haber sentido especial temor en las zonas y campamentos de tránsito de Hungría, Croacia y Grecia, donde estaban "obligadas a dormir junto a cientos de hombres refugiados". Las mujeres indicaron que debían utilizar instalaciones unisex, con muy poca o ninguna seguridad presente. Una mujer relató a AI su traumática experiencia en un centro de recepción alemán, donde algunos de los hombres refugiados observaban a las mujeres cuando estas usaban el lavabo. Como consecuencia, muchas mujeres evitaban beber o comer para ahorrarse la humillación.

Para muchas mujeres embarazadas que recorren la ruta de los refugiados, las condiciones no resultan mucho mejores. AI afirma que habló con siete mujeres embarazadas que "describieron una falta total de alimentos y atención sanitaria básica, y también denunciaron haber sufrido empujones y aplastamiento en las fronteras y puntos de tránsito a lo largo del viaje".

Cuando preguntamos a Hassan sobre la falta de atención prenatal, nos dijo: "Uno de los problemas más alarmantes y básicos para las mujeres embarazadas no es solo la falta de atención sanitaria básica tras haber realizado un estresantes y peligroso viaje… Sino que tampoco tienen acceso a una nutrición adecuada".

A continuación nos habló de un caso en concreto, el de una mujer que había tenido tan poco acceso a una alimentación en condiciones que le resultó imposible dar el pecho a su hijo.

Como consecuencia de este informe, Amnistía Internacional ha solicitado a los gobiernos y los proveedores de servicios que "intensifiquen su labor". ¿Qué más hace falta que se haga? Según Hassan, los proveedores de servicios —incluyendo gobiernos y ONG— han "tardado demasiado en brindar algún tipo de respuesta significativa".

"Hay un montón de instalaciones preparadas por voluntarios con buena intención que carecen de supervisión casi por completo, también hay respuestas específicas para este caso por parte de las agencias humanitarias tradicionales y las Naciones Unidas, y también hay instalaciones gestionadas por el gobierno… Pero es preciso obtener una respuesta más coordinada que garantice que los sectores más vulnerables de población dentro de estos grupos vean sus necesidades adecuadamente satisfechas", afirmó.