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Identidad

Mujeres hicieron huelga por la Ley Antiaborto de Polonia

El pasado lunes miles de mujeres polacas abandonaron sus puestos de trabajo en una protesta a nivel nacional contra una propuesta de ley que pretende prohibir el aborto. Hablamos con las manifestantes y las organizadoras del Lunes Negro.
Huelga mujeres por ley antiaborto en Polonia
Pro-choice protesters on Black Monday in Krakow, Poland. Photo by Artur Widak/NurPhoto via Getty Images

Miles de mujeres de toda Polonia iniciaron una huelga el pasado lunes a causa de una propuesta de ley que pretende prohibir el aborto en el país. Vestidas completamente de negro, boicotearon sus empleos y sus clases en la universidad y tomaron las calles de más de 60 ciudades polacas, ondeando banderas negras con frases como "Podéis llamarnos brujas, pero no podéis quemarnos a todas" y "No podré dar a luz si estoy muerta". También se celebraron manifestaciones solidarias en todo el mundo, incluyendo Alemania, Australia, Reino Unido, Francia y Kenia.

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El 3 de octubre, bautizado como Lunes Negro o #czarnyprotest en las redes sociales, fue organizado en respuesta a la propuesta de ley de Stop Abortion, que restringiría fuertemente el acceso a la interrupción del embarazo en Polonia. Este país ya cuenta con algunas de las leyes sobre el aborto más estrictas de toda Europa. La interrupción solo se permite en tres circunstancias: si la madre está en peligro, si el embarazo es consecuencia de violación o incesto, o si el feto muestra signos de padecer una enfermedad genética grave.

Bajo las nuevas propuestas, el aborto podría penarse con cinco años de prisión y los médicos que hubieran colaborado en la interrupción del embarazo serían objeto de acciones penales y de penas de cárcel.

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Esta ley se presentó por primera vez ante el parlamento en forma de iniciativa popular a manos de la coalición conservadora Stop Abortion (no más abortos), después de haber obtenido 450.000 firmas. Desde entonces ha recibido apoyo de la iglesia católica polaca y de los políticos de derechas. El partido gobernante, Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco), ya ha sacado adelante la propuesta para debatirla en el parlamento.

Si la propuesta se convierte finalmente en ley, quienes se oponen a ella temen que las mujeres se verán abocadas a buscar abortos clandestinos en un país donde el acceso a este procedimiento ya es extremadamente difícil. De hecho, diversos estudios han demostrado que prohibir el aborto no reduce en la práctica las tasas de abortos en absoluto. Los grupos polacos de defensa de los derechos de las mujeres calculan que actualmente se realizan hasta 150.000 interrupciones del embarazo al año de forma ilegal o en el extranjero.

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La abogada Marta Lempart perfiló por primera vez la idea de un Lunes Negro de huelga durante su discurso en una manifestación proelección celebrada en Wroclaw a finales de septiembre. Afirma que no esperaba que tomara tanto impulso en tan poco tiempo.

"Llevo una semana prácticamente sin dormir", dice Lempart, que también es miembro de la organización polaca a favor de los derechos civiles Comité por la Defensa de la Democracia. "He conocido a decenas de mujeres maravillosas, valientes e inteligentes. He recibido miles de mensajes de apoyo de personas implicadas en la huelga. Pase lo que pase, nadie podrá arrebatarme eso".

"Por otra parte", añade, "también me he convertido en el objetivo de abusos online, pero supongo que por desgracia eso es inevitable".

Mujeres manifestándose en Gdansk, Polonia. Foto por Gosia Dembska

El Lunes Negro se inspiró en una huelga llevada a cabo en Islandia en 1975, durante la cual se calcula que el 90 por ciento de las mujeres se negó a ir a trabajar o a cuidar de sus casas. Pero mientras que este acontecimiento sucedido en la década de 1970 fue precedido de meses de preparación, el Lunes Negro de Polonia se organizó exactamente en una semana, a través de las redes sociales.

"Ha sido el evento polaco de Facebook que más rápidamente ha crecido en toda la historia", afirma Lempart. Se lanzaron innumerables iniciativas a nivel local: las mujeres imprimieron carteles y octavillas en sus casas y compraron megáfonos para difundir la palabra acerca de los planes de huelga desde sus coches.

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Algunos políticos recibieron la campaña con burlas. Cuando le preguntaron por el Lunes Negro, el ministro polaco de asuntos exteriores y miembro del parlamento por el partido Ley y Justicia Witold Waszczykowski respondió: "Dejad que se diviertan".

Tengo una cosa que agradecer a los autores de la propuesta de ley antiaborto: despertar este sentimiento de solidaridad femenina en mí

Pero otros no tardaron en mostrar su apoyo. Varios comercios e instituciones públicas se vieron obligados a cerrar a causa de la huelga, o lo hicieron de forma voluntaria en solidaridad hacia las manifestantes. En la ciudad polaca de of Słupsk, el Alcalde Robert Biedroń subió a Instagram una foto de la puerta cerrada de su despacho con el texto: "El Ayuntamiento está muy tranquilo hoy. Todos los departamentos están cerrados. Les pedimos comprensión. Estamos mostrando nuestro apoyo a #czarnyprotest".

En Varsovia, el Ayuntamiento calcula que en torno a 30.000 personas se manifestaron en la Plaza del Castillo de la capital. Al menos diez líneas de autobús se vieron obligadas a detener o modificar sus recorridos debido a la protesta.

Olga Siemieńczuk, cantante clásica de 27 años de edad, asistió a la manifestación en la Plaza del Castillo media hora antes de que estuviera programado su inicio. Afirma que incluso a esa hora, la multitud que rodeaba la zona vecina del Casco Antiguo de Varsovia era tan enorme que tuvo que esforzarse mucho para poder atravesarla.

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"Resulta enormemente alentador ver este nivel de solidaridad", explica a Broadly. "Obviamente había muchas estudiantes universitarias y de instituto, pero también mujeres más ancianas o de mediana edad. Muchas llevaron a sus hijos pequeños con ellas".

Siemieńczuk añadió que la huelga gira en torno a mucho más que únicamente el acceso al aborto. "Es un grito desesperado por conseguir una mejor educación sexual y para que el gobierno anime a la gente a tener hijos ofreciendo buenos servicios sociales, no a la fuerza".

Los hombres también asistieron a la manifestación de Varsovia para apoyar a las mujeres en huelga y varios repartieron provisiones. En las redes sociales se pudieron ver fotografías de varios hombres voluntarios preparando pan, sopa, estofados e incluso sándwiches caseros para ofrecer a las manifestantes.

En Wroclaw, la ciudad más grande del oeste de Polonia, una manifestación encabezada Marta Lempart acabó con la multitud cantando el estribillo de una popular canción polaca: "Amo y comprendo la libertad, no puedo entregar mi libertad".

Cuando le preguntaron quién estaba detrás de la huelga, la respuesta de Lempart fue muy simple: mujeres.

"Mujeres de ciudades y poblaciones mucho más pequeñas que Varsovia o Wroclaw", explicó. "Mujeres que trabajan en ONG ―algunas centradas en los derechos de las mujeres pero también otras como el Comité por la Defensa de la Democracia― y mujeres que no están afiliadas a ninguna organización. Esta huelga nacional fue organizada por las mujeres, no por las instituciones".

Arnika Konieczna, estudiante de 21 años de edad, colocó carteles sobre la manifestación y distribuyó panfletos informativos durante la semana que precedió a la huelga. Dice que el Lunes Negro fue "todo un éxito".

"Soy una mujer, y todas las mujeres que marchan como yo ―independientemente de su lugar de origen, de sus elecciones vitales, de sus intereses o de cuál sea su sentido del humor― son todas como hermanas para mí en este momento", afirma. "Tengo una cosa que agradecer a los autores de la propuesta de ley antiaborto: despertar este sentimiento de solidaridad femenina en mí".

"Me siento un poco como una sufragista del siglo XXI", añade. "Estoy orgullosa de contribuir a hacer historia participando en esta manifestación. Si no lo hiciera no sería capaz de mirarme al espejo".