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Identidad

Autocuidarnos, ese acto de rebeldía que hacemos las mujeres

Cómo luchar contra un sistema que nos obliga a desarrollar la faceta de cuidadoras pero que descuida nuestro bienestar personal.
Foto vía Unsplash

El self-care, traducido a nuestro idioma como 'autocuidados', son esas (pequeñas) cosas que las personas hacemos para sentirnos bien. En el caso de las mujeres, cada una tiene sus preferencias, pero la mayoría coincidimos en darle prioridad a las sensaciones, a mimar nuestro cuerpo, a poner límites y a reivindicar la soledad. A fin de cuentas, el resto del tiempo lo pasamos ocupadas en nuestros trabajos, dedicadas a los cuidados familiares o a esas tareas asignadas culturalmente al sexo femenino.

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"El 'autocuidado' debe definirlo cada persona, pero casi siempre se relaciona con todo eso que la vida en sociedad nos impide llevar a cabo: pasar tiempo de manera placentera y estar tranquilas, alejadas del estrés, del trabajo y de la familia", explica Jara Pérez, psicóloga y responsable de Therapy Web. "Por lo general, esto es algo extraordinario en la vida de las mujeres: nosotras somos las que ejercemos los cuidados en la comunidad, ya sea de forma gratuita o a través de profesiones que tienen que ver con ello. Por eso nos resulta tan difícil encontrar tiempo y disposición para hacerlo con nosotras mismas. Desde este punto de vista el 'autocuidado, además de imprescindible para nuestro bienestar, es un acto de rebeldía contra el sistema establecido que no nos favorece como grupo".

"Si alguna vez llega a darse una relación menos desigual entre hombres y mujeres, la idea de 'autocuidado' perderá su significado actual"

De hecho, algunas teóricas consideran que si alguna vez llega a darse una relación menos desigual entre hombres y mujeres, y las responsabilidades diarias están algún día más equilibradas, la idea de 'autocuidado' perderá su significado actual. Sería algo parecido a hacer algo porque simplemente nos apetece, no para darnos un premio; algo que los hombres llevan toda la vida experimentando y que perciben como algo normal, como un derecho.

"En su caso es totalmente diferente porque ellos sí que reciben cuidados; estamos nosotras para dárselos: sus mujeres, sus madres, sus hermanas y sus amigas. Porque muchas veces en este juego todos nos sentimos a gusto con esos roles; al fin y al cabo, es para lo que nos han educado. Además, ellos siempre han sabido qué cosas los hacen felices. Pensemos en el típico estereotipo de hombre que sale del trabajo y se toma unas cervezas con sus amigos, y luego llega a casa donde está su mujer, que también ha trabajado, ha duchado a los niños y ha preparado la cena para todos", apunta Pérez.

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Fotografía de Karla Alexander vía Unsplash

Por eso las mujeres no pueden darse estos 'lujos' de manera habitual y, cuando lo hacen, tienden a sentirse culpables. Además, es difícil ignorar el mental load, o lo que es lo mismo, toda esa lista mental de cosas que tenemos que hacer, que están siempre presentes, y que nos agotan porque nunca son una responsabilidad compartida. "Una de las formas fundamentales de cuidarnos es ponerse ciertos límites a la hora de sacar nuestra faceta de cuidadoras", explica la psicóloga.

"Mi forma de cuidarme ha cambiado mucho. Antes, me limitaba a recompensarme por cumplir con mis obligaciones: me daba muchos premios materiales como salir de cañas después de trabajar; comprarme ropa y cosméticos, o salir a desfogar con mis amigos por la noche para perder el control. Pero, poco a poco, mis cuidados se han ido centrando en protegerme de intensidades y poner límites a la gente que me rodea (algo que las mujeres tradicionalmente no tenemos muy interiorizado); salvaguardar mis espacios y compartirlos con las personas que me apetece", nos desvela.

"Nos quieren vender que para cuidarnos tenemos que comprar, pero eso siempre va a pasar en una sociedad capitalista"

Pero, ¿son los 'autocuidados' inseparables del materialismo? ¿Para cuidarnos es necesario gastar o tener dinero? Lo resuelve Pérez. "Eso es lo que nos quieren vender, que para cuidarnos tenemos que comprar, pero eso siempre va a pasar en una sociedad capitalista. Pero yo creo que tiene más que ver con aceptarse. Yo, muy poco a poco, he conseguido permitirme sentir cosas, aunque estas no vayan en consonancia con mi filosofía de vida. A veces siento envidia y competitividad hacia mis compañeras, a pesar de ser activista feminista. ¿Y qué le voy a hacer? Antes me castigaba por sentir algo así, pero ahora me lo permito como forma de cuidarme y me va de maravilla. Otra de las cosas que para mí es imprescindible es practicar yoga, sobre todo para darle caña al cuerpo y poder salir un rato de la cabeza".

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Además de Jara, ocho mujeres nos han contado qué hacen para aceptarse como son y ser más felices.

"Me gusta muchísimo dormir y descansar, despertarme temprano, prepararme una mascarilla los viernes mientras veo la tele; salir de fiesta y bailar con mis amigos, ir a hacerme un tatuaje, tener trabajo y no preocuparme del dinero, estar triste y que eso me inspire, limpiar, ir a comprar ambientadores…También me siento mucho mejor desde que no como animales, así no tengo ganas de dormir después de comer" — Graciela

"Para sentirme bien escribo un diario, llevo a cabo mi rutina nocturna, ordeno mi habitación, voy a la peluquería, bebo vino y como Doritos y guacamole. También disfruto maquillándome y haciéndome las cejas; planchando descalza y cuando me meto con el albornoz en la cama o me doy kilos de crema al salir de la ducha para sentirme bien sexy" — Rocío

Fotografía de Prasanna Kumar vía Unsplash

"Me encanta cocinar cosas ricas para luego comérmelas, darme una baño con sobres de té de baño de Treets, escuchar música, ver películas o series de dibujos animados y probar a hacerme un maquillaje nuevo; pasar de planes e irme a casa sola a ver mis series feel good: Anatomía de Grey, Jane the Virgin, Crazy Ex-Girlfriend… que son facilonas y me hacen sentir bien. También comer cornflakes sin leche, beber un vino tinto en mi balcón, salir a correr escuchando algún podcast. Hacerme las uñas, planchar, escribir, darme un baño leyendo el Hola, la aplicación Headspace

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Además, me provoca placer desayunar fuera de casa los fines de semana, poner el móvil en modo avión antes de irme a dormir para no distraerme con notificaciones si miro la hora, la serie Broad City, ser muy selectiva con los que son mis amigos de verdad y saber decir que no a planes que no me apetecen nada. Poner límites a mis suegros y evitar verlos todos los días cuando vienen a Berlín" — Cristina

"Me gusta hacer recados sola: ir a hacer la compra durante un buen rato o a comprar libros y ropa (de segunda mano, casi siempre) y descubrir tiendas pequeñas con cosas increíbles. Sacar fotos, descubrir lugares nuevos, ir al cine sola y escuchar fados. También me gusta cuidarme y esmerarme con los desayunos que preparo" - Paula

"Cuando tengo un evento importante, me hago las uñas mientras tengo puesta la mascarilla de aguacate de Tony Moly; después me maquillo y elijo mi outfit mientras escucho música y bebo mucha agua para estar hidratada y resplandeciente" — Elena

"Últimamente mis 'autocuidados' consisten en gestionar la rabia y la frustración porque estoy viviendo en casa con mis padres, así que intento dedicar un tiempo al día a estar sola y encerrada en la habitación"

"Me encanta ir a la playa, sentarme en la arena y escuchar meditaciones guiadas, pero también ponerme una mascarilla para ir relajando la cara mientras veo series de adolescentes, bebo infusiones en bucle, me hago masajes en la cara y pongo velitas aromáticas (si no tengo en casa también voy a tiendas a olerlas)" — Leire

"Últimamente mis 'autocuidados' consisten en gestionar la rabia y la frustración porque estoy viviendo en casa con mis padres, así que intento dedicar un tiempo al día a estar sola y encerrada en la habitación, aislada de cualquier estímulo sensorial. También me resulta muy sano jugar o interactuar con animales (tengo una hurona), y poder pensar y disociar en paz sin tener que interactuar con un humano que me vaya a requerir un grado de funcionalidad a un nivel más básico. Además, me resulta súper importante no descuidar la higiene porque se me desmorona todo detrás; esto es: una ducha al día, los dientes cuatro o tres veces al día, cacao de labios… En relación a esto, me resulta muy relajante tener una rutina de limpieza facial porque consigo dormirme mucho más fácilmente. A parte de todo esto, intento salir a la calle e interaccionar con gente sana y no tóxica aunque solo sea por WhatsApp" — Luz

"A mí me encanta colorear. Tengo una colección enorme de libros para colorear y la gente siempre me regala más libritos porque saben lo mucho que me gustan. Para mí coger los rotuladores y el librito de mándalas o de dibujos, el iPod y poner Explosions in the Sky es todo un ritual. Me pasa lo mismo cuando me doy baños con bombas de baño: tengo mis favoritas y cuando tengo una mala semana me gusta coger una y meterme en la bañera un rato, sumergirme y no pensar.

Otra cosa que me encanta es desmaquillarme y ponerme cremitas y mascarillas porque me siento súper suave, además me encanta el olor que me dejan en la piel. Y en general pasar tiempo sola; es algo que he aprendido a apreciar desde que estuve en Irlanda como au pair. Necesitaba estar sin nadie para recargar energía después del día cuidando a los niños; encendía mi quemador de incienso y me ponía los cascos y el mundo entero era diferente" — Esther