FYI.

This story is over 5 years old.

Identidad

¿Qué te gustaría decirle a tu madre y no te atreves?

El tándem madre-hija puede ser una cuestión delicada. Algunas mujeres nos explican qué cosas no pueden decir a sus madres.
Illustration by Ashley Goodall

"Nuestras madres", decía la novelista francesa Marguerite Duras, "continúan siendo a lo largo de nuestras vidas las personas más extrañas y locas que conoceremos jamás". En el mejor de los casos, la mujer que te trajo al mundo es tu salvadora, especialmente cuando tienes la sensación de que ese mismo mundo cruel te ha declarado la guerra, pero para las menos afortunadas, la mera presencia de su madre puede desenterrar profundas reservas de dolor. Para muchas, o quizá para la mayoría, es una matizada mezcla de ambas cosas.

Publicidad

Sea cual sea tu dinámica madre-hija, puede resultar inexplicablemente difícil expresar con palabras tus alabanzas o tu dolor, tanto por temor a provocarle pena o incomodidad, como por otro motivo tan único como vuestra relación en sí.

Pedí a algunas mujeres que lo expresaran por escrito.

Janine*

Ojalá hubieras confiado en mí. Ojalá hubieras confiado en que, detrás de todo aquello —los gritos, las pullas— yo solo quería ayudarte. Estoy bastante segura de que quien quiera que ideara el término "alcohólico altamente funcional" no tenía una madre que bebiera de verdad. Que alguien sea capaz de mantener un trabajo y dar la sensación de familia feliz no significa que las cosas no estén siempre a punto de desmoronarse. No puedes ocultar la realidad a la gente con la que convives.

Ojalá hubieras sabido que yo jamás se lo habría contado a nadie. Ahora es demasiado tarde, el alcohol está profundamente entretejido en mis recuerdos de nosotras dos. Hay muchos momentos que revivo en mi memoria, momentos en que deberíamos haber sido felices, pero todos están envenenados. El recuerdo de mi decimosexto cumpleaños es para mí descubrir que habías empezado a mezclar tu vino con vodka, para que te subiera más. Ahora mismo el olor del vino tinto me repugna… Acabo de darme cuenta de eso. Mi cuerpo se estremece cada vez que lo huelo, aunque sea un poco. Simplemente me gustaría que hubieras confiado en mí, que hubieras confiado en que detrás de todo aquello solo había —y siempre seguirá habiendo— un profundo amor.

Publicidad

Me habría gustado que, cuando me hacías una pregunta, me hubieras dejado responderte

Katie

Me habría gustado que, cuando me hacías una pregunta, me hubieras dejado responderte. Hablar por encima de mí cada vez que me invitas a hablar me hace sentir que no te importa nada lo que yo pienso, me hace pensar que yo no te importo como ser completo y sintiente, que lo único que te importa es la versión de mí misma que te pertenece a ti.

Sarah

Me resultó bastante chocante que me pidieras que te hiciera la foto de perfil para un sitio de citas por internet tan solo unos pocos meses después de que muriera papá. Ahí está, ya lo he dicho. Sin embargo, sigo creyendo que estabas preciosa en la foto. Yo qué sé. No se nos da bien comunicarnos, ¿verdad? Me resulta muy difícil mantener conversaciones contigo porque siempre tengo la sensación de que estás ahí por obligación.

En general, me da la impresión de que desde que te has vuelto a casar tus hijos han dejado de ser una prioridad para ti. Es duro, porque yo quiero que seas feliz y como feminista no creo que tu vida deba girar en torno a tus hijos, pero supongo que a veces me choca. Estoy muy celosa de mis amigas que tienen padres sobreprotectores.

Una vez me dijiste que si alguna vez necesitaba abortar tú no querías saber nada del asunto. Pienso mucho en eso. Yo literalmente acompañaría a cualquier extraña que encontrara en la calle a una clínica de abortos si me lo pidiera. Agravios aparte, eres una persona increíble. Eres muy poderosa. Como dijo un gran hombre en una canción (Darren Hayes, de Savage Garden), creo que los padres lo hacen lo mejor que pueden.

Publicidad

Abigail

No es tanto por tu esquizofrenia, a eso estoy acostumbrada. Es más tu narcisismo y el modo en que me tratas como si estuviera ahí para entretenerte, como una muñeca estúpida. Nunca haces nada para ayudarte a ti misma, simplemente esperas que sea yo quien te salve, pero no puedo, porque estoy demasiado cansada intentando mantenerme a flote. Rechazas que otra gente se siente a esperarme, así que consigues hacerme sentir culpable para que vaya a visitarte. Es de locos. Pero tú estás loca… ¿Cómo puedo enfadarme, verdad?

Me recuerdas todas las veces que he fracasado. Sí, muchas gracias. Yo también me acuerdo

Georgina

Constantemente me sorprende lo condicionada que estás. Me dices que no crees en las cuotas de género y que las mujeres no deberían conseguir trabajos "solo porque" son mujeres, pero eso me resulta confuso, porque cuando era pequeña me dijiste que las mujeres podían hacer cualquier cosa. Me dices que eres mucho más feliz ahora que he encontrado a alguien que "cuide de mí". A ver, él es genial, pero también estaba jodidamente feliz cuando estaba sola. Y él no cuida de mí, somos compañeros.

Me recuerdas todas las veces que he fracasado. Sí, muchas gracias. Yo también me acuerdo, ¿sabes? Pero voy a seguir fracasando, porque pienso seguir intentándolo. Y en cierto modo, también creo que estoy teniendo éxito. Me dices que siente la cabeza. Me alegro de no haber sentado la cabeza cuando tenía veinte años y ahora que tengo 33 tampoco pienso hacerlo. Estoy muy agradecida por lo que tengo, pero todavía no he terminado.

Publicidad

No entiendo muchas de las cosas que me dices y estoy segura de que tú tampoco me entiendes a mí, pero hubo algo —o muchas cosas— que hiciste que hicieron posible que yo viva ahora la vida que vivo. Y eso es maravilloso.

Denise

Te quiero, pero no me gustas. Me has estado acosando toda mi vida. Cuando era pequeña, me hostigabas cuando no estábamos de acuerdo y empleabas mis emociones en mi contra. Me tienes tan amedrentada que incluso hoy en día sigo sin atreverme a dar mi opinión cuando estás delante. Siempre tienes que hacerme de menos. Yo era completamente feliz cuando firmé el contrato de mi primer libro, te dije que si vendía mil copias obtendría una bonificación en los royalties, ¿y cuál fue tu respuesta? "Tú nunca venderás mil copias". Y después te ofendiste cuando me di la vuelta y me marché, para que no vieras mi ira y mis lágrimas. "¿Qué pasa?, solo estoy siendo realista", me dijiste. ¿Cómo es posible que tú no te sintieras feliz de verme feliz a mí? Quizá tampoco te quiero.

Hannah

Cuando era adolescente te acusaba de trabajar demasiado y de no ser "maternal". En aquel momento no era capaz de ver todo lo que estabas haciendo por mí. Ahora, como adulta, estoy completamente impresionada por todo lo que conseguiste, por tu fuerza y tu resolución. Diriges tu propia compañía, gestionas a tu propio personal, papá y tú continuáis manteniendo una relación llena de amor y tus hijos son (en su mayor parte) adultos funcionales.

Me pregunto si alguna vez te enviaré estas palabras. Los sentimentalismos nos incomodan a las dos y, para ser sincera, no estoy segura de que ninguna de las dos pudiéramos soportar sentirnos tan extrañas. Me gustaría pensar que algún día lo haré, quizá cuando yo misma sea madre, pero por ahora aquí ofrezco un silencioso pensamiento mecanografiado que posiblemente nunca leerás. Mamá, sé todo lo que has hecho por mí y estoy agradecida. Espero que no estés demasiado decepcionada con los resultados.

*Los nombres han sido cambiados