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Identidad

Mujeres patológicamente aterrorizadas ante la idea de dar a luz

Para algunas mujeres, el temor ante el alumbramiento puede desembocar en tocofobia, un desorden de ansiedad tan extremo que les obliga a evitar las relaciones sexuales o a terminar un embarazo.
Film still via 'Alien'

¿Recuerdas la primera vez que viste nacer un bebé? En mi caso, yo tenía doce años y fue en clase de biología. Mientras apoyaba la barbilla sobre mis manos entrelazadas y entrecerraba los ojos para ver aquella diminuta pantalla de televisión, nada podría haberme preparado para lo que estaba a punto de ver.

Algunos trataron de bromear sobre el tema, mientras que otros (como yo) simplemente intentábamos pensar en otra cosa, en cualquier otra cosa. ¿Por qué no podían las cigüeñas realmente traer a los bebés? Me parecía una idea bastante menos loca que tratar de empujar un bulto de carne de tres kilos y medio para expulsarlo de tu vagina.

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Conforme me hago mayor, sigo sin sentir el más mínimo atisbo de instinto maternal. Aunque mis recurrentes sueños de estar embarazada del Alien de una película de Ridley Scott no me son de mucha ayuda, no es tanto el miedo al parto lo que me impide tener hijos sino el hecho de no sentirme preparada para tanta responsabilidad. Para algunas personas, sin embargo, la idea de dar a luz es tan terrorífica que incluso puede evolucionar hasta convertirse en un desorden mental extremo denominado tocofobia, que puede desembocar en depresión, pérdida total de la libido y ataques de ansiedad. Kate* descubrió el término tocofobia en noviembre de 2015, tras 45 años de estar padeciéndolo. "Se trata de un desorden de ansiedad, una fobia específica que, como sucede con cualquier otro tipo de fobia específica, siempre está presente en mi interior, a todas horas del día. Está muy arraigado dentro de mí, no pienso en ello todo el tiempo, pero si me encuentro cerca de mujeres que mantienen una conversación sobre sus partos, aquello puede desencadenarme un inmenso ataque de pánico".

Un artículo publicado en 2015 afirmaba que el miedo a dar a luz era una patología al alza, ya que una de cada diez mujeres la padecían. Puede desencadenarse por diversos motivos, sobre todo por un parto traumático, por el miedo a los procedimientos médicos o por ver imágenes o grabaciones en vídeo demasiado explícitas.

Diversos eventos provocaron que Kate se sintiera aterrorizada ante la perspectiva de dar a luz, entre otros escuchar testimonios sobre mujeres que se habían sentido muy enfermas durante el embarazo o que incluso habían fallecido. Todo le vino a la cabeza cuando tenía 10 años y vio un documental en televisión sobre el nacimiento de los bebés. "Mi madre vio el programa de televisión conmigo pero no dijo ni media palabra. Tras un par de minutos, experimenté mi primer ataque de pánico. No sabía qué me estaba pasando, pero instintivamente fui al baño y me puse un paño húmedo sobre la cara para evitar desmayarme".

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Las películas y documentales sobre el nacimiento de los niños pueden desencadenar ataques de pánico en quienes sufren tocofobia. Fotograma de la película 'La semilla del diablo'

La tocofobia puede llegar a ser tan extrema que ha provocado en quienes la padecen que eviten por completo las relaciones sexuales, e incluso que hayan decidido abortar. Un caso especia, acontecido en 2012, giraba en torno a la historia de una mujer de 24 años de edad que decidió abortar porque había desarrollado aquella patología tras perder a su primer bebé cinco semanas antes de salir de cuentas.

Mary* estaba de hecho embarazada de seis meses cuando su tocofobia tomó control sobre ella. "Estaba petrificada. Me limitaba a tumbarme en la cama y a llorar, pero estaba embarazada, de modo que las consabidas hormonas maternales tomaron las riendas y ahí acabó todo. Todavía tenía arrebatos de miedo, pero no tan graves como durante la Semana del Miedo, que resultó bastante horripilante. Todavía recuerdo decirme a mí misma: 'Pero, ¿qué he HECHO? ¡HE CAMBIADO DE OPINIÓN! ¡NO QUIERO HACERLO!'. Pero estaba atrapada".

El miedo es constante. Siento que no soy una buena esposa porque no voy a tener hijos con mi marido

Incluso sin elegir someterse a una cirugía que puede cambiarte la vida, la difícil realidad para muchas de las mujeres que padecen este desorden es que es posible que jamás puedan tener hijos. Kayleigh tiene 29 años y vive en el Reino Unido. Se dio cuenta de que padecía tocofobia después de buscar en Google "atemorizada por el parto".

"El miedo es constante. Siento que no soy buena esposa porque no voy a tener hijos con mi marido". Su fobia, como podréis imaginar, ha dificultado enormemente su relación. "Ha provocado grandes tiranteces en mi matrimonio porque mi marido quería tener hijos, pero yo no me veo capaz de hacerlo. Sí que me gustaría, pero no voy a llevar dentro de mí un hijo biológico, así que vamos a adoptar".

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Entonces, ¿cómo se trata este tipo de desorden? Hablé con Trevor Turner, psiquiatra consultor honorario en la East London Foundation Trust. "He tratado unos cuatro o cinco casos y el tratamiento pasa por gestionar la ansiedad y por ofrecer terapia conductual cognitiva. Si la afección es primaria (es decir, si la mujer no ha estado embarazada anteriormente), con frecuencia este método resulta eficaz. Pero si la tocofobia es secundaria a un evento traumático como un embarazo o un parto muy difíciles, o como la pérdida de un bebé, entonces el miedo está mucho más enraizado y puede resultar difícil de mitigar".

Aunque yo no podría considerarme una tocófoba, los partos también me aterrorizan. He oído demasiadas historias horribles y he leído demasiado sobre los prolapsos vaginales. Conforme nuestra generación empieza a resistirse a tener hijos durante más tiempo, quizá miedos como este tendrán más tiempo para desarrollarse y agudizarse.

El Dr. Turner afirma que es posible que no tengamos ni idea de entre cuántas personas que padecen este síndrome nos encontramos. Incluso nuestras amigas más íntimas han corrido a un lavabo a respirar dentro de una bolsa de papel cada vez que alguien mencionaba las palabras "piscina de parto".

"Es probablemente más común de lo que se supone, debido a nuestra tendencia natural a tapar los problemas y a la absoluta vergüenza que da tener un instinto maternal tan anormal o inexistente", explica. "No es posible saber si se encuentra tras el incremento de este fenómeno, pero como sucede con muchos trastornos psiquiátricos, quienes lo sufren deben enfrentarse a diferentes dificultades conforme mejora la comprensión y se aleja el estigma".

Lo que hace que la tocofobia sea una forma tan difícil de ansiedad es que mucha gente considera que tener hijos forma parte de la identidad femenina. Incluso aunque no estemos seguros de si queremos hijos, siempre somos conscientes de la gente de nuestro entorno que los tienen. Si hay algo positivo que podría extraerse de la tocofobia es la necesidad que todos tenemos de ser más comprensivos y abiertos con respecto a las decisiones, percepciones y terrores de los demás con respecto al embarazo.

*El nombre se ha cambiado.