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Identidad

¿Por qué los ‘nerds’ son tan sexistas?

Hablamos con expertos en masculinidad para comprender qué le sucede al ego masculino en las culturas fandom.
Photo by Dina Giangregorio via Stocksy

"El feminismo se ha apoderado de Star Wars", esa era la gran queja que expresaba un hombre en la sección de comentarios del tráiler en YouTube de la próxima entrega de la saga de Star Wars, Rogue One. Este usuario se refería al hecho de que el personaje principal de la nueva película es una mujer, como sucede en la película de esta misma franquicia estrenada en 2015, Star Wars:el despertar de la Fuerza.

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Para espanto de este usuario de internet, esta icónica saga que tanto adora —una serie que siempre se ha centrado en historias de hombres— se ha convertido en algo totalmente ajeno a él. Y su opinión dista mucho de ser única; de hecho, muchos otros usuarios masculinos de YouTube publicaron comentarios que expresaban exactamente el mismo sentimiento. Otro usuario escribió: "No me gusta el personaje principal femenino de esta nueva entrega. Star Wars, nos guste o no, era hasta ahora un mundo de hombres y una película para hombres".

En realidad esto no se puede discutir; el arte se ha centrado desde siempre en historias de hombres blancos. Esta tendencia es tan común que, en 1985, la dibujante de cómics Alison Bechdel creó el Test de Bechdel, que sirve para medir la implicación de los personajes femeninos en los guiones cinematográficos empleando dos penosos criterios: que haya al menos dos mujeres en el filme y que hablen entre ellas sobre algo que no sean los hombres. Según datos recopilados online, aproximadamente la mitad de las películas que existen no alcanzan el estándar de Bechdel, de modo que no resulta sorprendente que los fans más acérrimos de Star Wars vean a la protagonista femenina como una amenaza para el statu quo reinante.

Para comprender el modo en que la desigualdad de género en el mundo del arte afecta a la socialización masculina, Broadly recurrió a CJ Pascoe, socióloga, catedrática de género y experta en masculinidad, cuya premiada etnografía Dude, You're a Fag: Masculinity and Sexuality in High School ("Colega, eres un maricón: masculinidad y sexualidad en la educación secundaria") investiga la forma en que los estándares sociales sobre masculinidad afectan a los chicos adolescentes. Cuando enseñamos a los hombres a ser "masculinos" en un sentido tradicional, explica Pascoe, les socializamos para que "no muestren sus emociones y sean heterosexuales, competitivos y dominantes".

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En una entrevista con Broadly, Pascoe arrojó cierta luz sobre el funcionamiento de la masculinidad dentro de las culturas fandom. Aunque algunos hombres dominan el arte de mostrar su masculinidad hasta el punto de volverse populares y respetados —por ejemplo practicando deportes—, otros pueden quedar relegados al ostracismo por no ser capaces de adecuarse a las exigencias de su género. Pero adentrémonos en la cultura fandom: "Cuando hablamos de fandom, normalmente pensamos en fans de disciplinas que no incluyen el deporte en lugar de pensar en fans de producciones culturales o artísticas como películas, música, literatura y videojuegos", afirma Pascoe.

Foto por Marcie Casas vía Flickr

Aunque este subgrupo de hombres encuentra cierta camaradería en compañía de quienes comparten sus aficiones, la historia nos demuestra que ser un 'nerd' nunca ha resultado socialmente ventajoso. "No cabe duda de que las formas de masculinidad más cerebrales han sido denigradas en la historia norteamericana reciente. Los nerds y los intelectuales se consideran profundamente poco masculinos", afirmó Pascoe. "No consiguen acometer el tipo de prácticas de dominancia que exigimos a los hombres jóvenes", lo que puede resultar inmensamente frustrante para aquellos hombres que forman parte de las culturas fandom, porque la sociedad echa por tierra sus reivindicaciones de masculinidad", explicó Pascoe.

"Los jóvenes intercambian epítetos sexistas u homófobos entre sí para recordarse a sí mismos lo que significa ser un hombre de verdad", indicó Pascoe. A fin de demostrar que son hombres "de verdad", los muchachos deben probar primero que no son "maricones" —un término que, según Pascoe, hace referencia a la debilidad además de a la sexualidad— y después deben demostrar que son heterosexuales y "que pueden ejercer su domino sobre el cuerpo de una mujer".

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Tristan Bridges es otro sociólogo y catedrático en masculinidad, que escribió recientemente un libro en colaboración con Pascoe. Durante una entrevista con Broadly, Bridges aclaró que la cultura nerd ha obtenido cierto prestigio a nivel mainstream en los últimos años. Es decir, que según él, la idea de que se menosprecia a los nerds en contraposición a los grupos sociales masculinos dominantes ya no es del todo precisa. "Las series de televisión como Big Bang y la aparición de personajes nerd que resultan imprescindibles para solucionar los problemas en películas como La jungla 4.0 ilustran que los nerds siguen siendo objeto de burla pero que también han adquirido una nueva forma de estatus en la actualidad", explicó Bridges.

Según Bridges, los nerds son simultáneamente despreciados y agresivos. "Los nerds, como prototipo cultural, están muy denostados", explicó, "pero también es cierto que hay una gran cantidad de comportamientos masculinos tóxicos dentro de la cultura nerd. Piénsalo: el #GamerGate fue un fenómeno que surgió entre los nerds, no entre los tíos populares".

Según explicó Pascoe, en ocasiones los hombres que no se ajustan a la definición tradicional de masculinidad proyectan su fracaso sobre personas que culturalmente se consideran "inferiores" a ellos. En palabras de Pascoe, estos grupos de hombres que conforman la cultura fandom con frecuencia participan en prácticas homófobas, sexistas y transfóbicas. "Dentro de las culturas fandom —en las que se congregan aquellos hombres a quienes se ha negado la ruta tradicional hacia el estereotipo de masculinidad—, el incremento de la igualdad y la visibilidad para las mujeres y la gente queer supone una amenaza para un ámbito en el que dichos hombres pueden ser dominantes y reconocidos como masculinos".

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Si Star Wars fue el canon para los nerds del siglo XX, la saga Matrix lo es para los nerds del siglo XXI. Quizá por eso no sorprende que los autodenominados activistas a favor de los derechos del hombre (ADH) se identifiquen con "la pastilla roja", un término extraído de la mitología de Matrix. El término hace referencia a una escena de la primera película de Matrix en la que el protagonista se enfrenta a dos opciones: tomar una de las pastillas, "la pastilla azul", que le permitirá continuar viviendo más o menos feliz en una realidad falsa, o tragar "la pastilla roja" y ser consciente de que ha estado viviendo dentro de una elaborada mentira. Los "pastilleros rojos", el equivalente en la vida real a tomarse la pastilla roja, se están dando cuenta de que vivimos en una sociedad en la que se priva constantemente a los hombres —y no las mujeres— de sus derechos.

Sin embargo, los hermanos creadores de esas idolatradas películas han abandonaron la masculinidad desde el estreno de la trilogía Matrix y eligieron vivir su vida como lo que realmente son: mujeres. Ahora se llaman Lana y Lilly Wachowski. "Nuestra obra (de Lana y mía) está siendo observada retrospectivamente con ojo crítico a través de la lente de nuestra transexualidad, y a mí me parece la mar de bien", declaró Lilly recientemente durante su discurso de aceptación de un Premio GLAAD por Sense8, una nueva serie creada por ella y por su hermana. "Se trata de un excelente recordatorio de que el arte jamás es estático".

"Los ADH a menudo sacan a relucir eventos y problemas que presentan el poder colectivo de los hombres como injustamente mermado en gran medida", afirmó Bridges, añadiendo que este hecho se basa en la idea de que los hombres están perdiendo todos los privilegios que una vez ostentaron. "Conforme las sociedades redistribuyen los privilegios de género que históricamente se habían reservado exclusivamente a los hombres, es bastante frecuente ver picos de violencia contra las mujeres como primera reacción". Añadió que a la gente le gusta pensar que la justicia social se consigue mediante un progreso uniforme y constante, "pero las investigaciones sobre desigualdad han mostrado que las cosas no funcionan así", explicó Bridges. "A veces damos un paso adelante y luego dos pasos atrás".

Conforme se ven despojados de sus mundos de fantasía, los hombres de la cultura fandom que odian a las mujeres están contraatacando a la desesperada. En YouTube, el usuario ArcadeGoon hizo un comentario sobre el tráiler de Rogue One afirmando: "Al parecer ya no se permite que los hombres blancos sean los buenos de la película". Otro usuario, JACKO-LANTERN, se quejó: "Lo han hecho solo para apaciguar a las feministas", haciéndose eco de la creencia "pastillera roja" de que nuestra sociedad injustamente se ocupa más de las mujeres.

"En muchos sentidos, los ADH sacan a colación los mismos problemas que nos preocupan a quienes combatimos la desigualdad de género, que los procesos contemporáneos de socialización para los hombres jóvenes son profundamente problemáticos y acaban pasándoles factura", afirmó Pascoe. "En lo que los ADH se equivocan, sin embargo, es en que establecen la desigualdad de género como una especie de juego de 'suma cero', es decir, un juego en el que los beneficios para las mujeres, los transexuales y los queer/gais/lesbianas/bisexuales significan alguna pérdida para los hombres".

Esto resulta profundamente triste porque los hombres también necesitan el feminismo. "La creciente igualdad sexual y de género es beneficiosa para los hombres, porque este tipo de igualdad significa que el modo en que socializamos a los hombres para que no muestren sus sentimientos y para que sean heterosexuales y dominantes debe cambiar", explicó Pascoe, añadiendo que los hombres no son considerados como completamente humanos en nuestra sociedad a menos que se obliguen a encajar a la fuerza en el estándar de masculinidad. "Mientras que los ADH exigen la reafirmación de una masculinidad estereotipadamente homófoba, sexista y transfóbica, quienes nos preocupamos por la igualdad sexual y de género sugerimos que quizá una mayor inclusión y visibilización de las mujeres, los transexuales y los LGBQ dentro de las comunidades fandom desembocará en una socialización de género mucho menos dañina para todos —incluidos los hombres—y ayudará a cambiar el modo en que los nerds mismos se sitúan en el último peldaño de la jerarquía de la masculinidad".