Mejor que cagar: qué se siente al experimentar un orgasmo prostático
Illustration by Brandon Bird

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Mejor que cagar: qué se siente al experimentar un orgasmo prostático

Los culos están de moda, pero nadie habla de la pequeña glándula que habita en su interior. Preguntamos a un puñado de tíos qué se siente cuando te masajean la próstata y de paso nos enteramos de unas cuantas cosas más.

Todo el mundo habla constantemente de culos hoy en día y todo el mundo escribe artículos acerca de cómo todo el mundo habla constantemente de culos hoy en día. Tanto 2014 como 2015 fueron declarados "año del culo". Los culos están de moda, los culos lo petan y probablemente no dejará de ser así en una temporada.

Aun así, existe un pequeño resorte que vive en el interior del culo de la mitad de la población del mundo y nadie habla de él. Incluso cuando Broadly publicó su concienzudísimo artículo sobre el auge del pegging entre los hombres —que culminaba con la tímida sugerencia de que 2016 podría por fin ser el año de las prácticas sexuales no gais—, no se hizo mención alguna a la próstata.

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¿Por qué? Esta pequeña amiguita es una de las principales cosas que hacen que los juegos anales (algo que está tan, tan de moda) sean tan divertidos. Conforme el feminismo continúa su insidioso viaje al corazón de la cultura popular, se espera que los hombres comprendan y aprecien la anatomía femenina y todas las maneras en que pueden proporcionarle orgasmos. Están aprendiendo cuál es el tamaño de nuestros óvulos, ¡y eso es genial! Sin embargo, eso significa que las mujeres pronto seremos las pringadillas en este ámbito si no nos ponemos las pilas. Después de pensarlo mucho me di cuenta de que mi decepcionante falta de conocimientos acerca de este punto concreto de la anatomía humana podría no considerarse justa. ¿Qué es la próstata exactamente? ¿Dónde está? ¿Con qué alimento natural puede compararse, en términos de tamaño? ¿Con un arándano? ¿Con una uva? ¿Con una cereza? ¿Con un tomate cherry? ¿Con un diente de ajo? ¿Con una cabeza de ajos? ¿Con una nuez? ¿Con una castaña? ¿Con una mandarina? ¿Con un albaricoque? ¿Con una lima? ¿Con un kiwi? ¿Con una ciruela? ¿Qué finalidad tiene, evolutivamente hablando? ¿Por qué temen algunos hombres liberar su supuestamente infinito placer? ¿Qué se siente cuando otra persona juguetea con ella? ¿Eso le provocará cáncer? ¿Tener montones de sexo impedirá que tenga cáncer? ¡No tenía ni idea! Así que fui a preguntar por ahí.

¿Qué es?

Desde una perspectiva práctica, la próstata es según Ryan*, escritor de 37 años de edad, "esa especie de bulto duro que notas al introducir el dedo en el ano presionando las paredes". Desde una perspectiva semántica médica, se trata de una glándula, es decir, un órgano cuya función principal es secretar y que se ubica bajo la vejiga, en torno a la uretra. Está compuesto en parte de tejido muscular y en parte de tejido glandular, y lo que secreta es fluido seminal, que se mezcla con los espermatozoides para formar esa cosa que siempre acaba cayéndote en el pelo. Los aspectos musculares son los que ayudan a la próstata a impulsar el fluido seminal hasta el interior de la uretra para que se mezcle con los espermatozoides y acabe manchándote el pelo.

Más datos: tras la pubertad tiene el tamaño de una nuez, pero va aumentando de tamaño conforme envejece su dueño. "A simple vista tiene el aspecto de una pequeña pelota con alas, como la famosa bola con alas de la película de Harry Potter [la Snitch]", explicó el Dr. Charlie Glickman, consejero sexual y matrimonial y autor de The Ultimate Guide to Prostate Pleasure ("La guía definitiva para el placer prostático"). Al tacto, afirma, es como "una ciruela madura", firme pero ligeramente flexible.

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Algunas personas afirman que el intenso placer que produce la estimulación prostática demuestra que esta glándula evolucionó "para" el sexo gay, pero tal y como hemos mencionado anteriormente, su función principal es almacenar y liberar el semen, razón por la cual muchos hombres afirman que la estimulación de la próstata es mucho más intensa si se aplica presión durante la eyaculación.

Además, ¡sorpresa!: las mujeres también la tienen. Este hecho tiende a quedar eclipsado en los debates comparativos sobre anatomía, porque la gente a menudo afirma que la próstata es el "punto G masculino", pero resulta comprensible, ya que ambos dan como resultado orgasmos muy intensos y específicos tras una estimulación determinada y ambos pueden desembocar en proyecciones de fluido corporal más extremas. Sin embargo, esta comparación también se apoya en una falacia, porque las mujeres contamos con una colección de tejidos glandulares y conductos en torno a nuestras (sufridísimas) uretras que también se denomina próstata, aunque por desgracia la próstata femenina solo es realmente importante porque puede desarrollar una infección o un cáncer.

Foto vía Wikimedia Commons

¿Qué se siente al tenerlo?

Dejé especialmente claro a los hombres con quienes hablé que estaba trabajando en una explicación algo picantona de qué es la próstata mientras escribía este artículo y rápidamente surgió una división en las respuestas. Un grupo, los hetero, se quedaron mirándome aterrorizados y me preguntaron algo así como, "¿Debería tener miedo de contraer cáncer?". El segundo grupo me explicó encantado qué se siente cuando te masajean/estimulan/dan toquecitos/frotan la próstata. No existe una palabra elegante para describir esta experiencia, pero hay muchas formas literarias de explicar las sensaciones que produce.

"Es como si alguien metiera una canica en un animal de peluche y te encantara ese peluche", me dijo Frank*, un estudiante de máster de 26 años de edad. "No son oleadas de placer ni algo repentino o punzante, es muy localizado. Por eso he dicho lo de la canica".

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Ryan no me fue de mucha ayuda porque me explicó una experiencia completamente contraria. "Noto mucha presión y mucho placer, pero en oleadas difíciles de localizar en un lugar específico de mi cuerpo. Es diferente, por ejemplo, a cuando alguien juega con mi pene, donde la sensación es mucho más localizada", afirmó.

"Muchos hombres con los que hemos hablado [en nuestra investigación] han dicho que, cuando experimentaron un masaje en la próstata por primera vez tuvieron la misma sensación que al inicio de un orgasmo", me explicó Glickman. "Así que imagínate el principio de un orgasmo pero durante 20 minutos. Suena divertido, ¿verdad?".

Muy divertido, la verdad. A los tíos les encanta siempre y cuando no estés simplemente dando golpecitos con la punta de los dedos, aunque a algunas personas también les gusta eso. "Una vez oí que alguien lo comparaba con la sensación de estar cagando", me dijo Sean*, otro de los tíos con los que hablé. "Supongo que en cierto modo es cierto, aunque yo diría que la estimulación de la próstata es mucho mejor (si se aplica la cantidad adecuada de presión)".

Es como si alguien metiera una canica en un animal de peluche y te encantara ese peluche

"Sin duda depende de lo que te estimule", afirma Daniel*, pianista de 25 años de edad. "No es lo mismo si es un juguete, una polla, un dedo o un puño. Y tampoco es igual si me lo hago yo mismo o si me lo hace otra persona".

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"Se parece un poco a las cosquillas", continuó Daniel. "Es imposible hacerse cosquillas a uno mismo". Frank se mostró de acuerdo: "En el mundo hay muchos más tíos pasivos que activos, al menos en lo que respecta al sexo casual", reflexionó. "Quizá no a nivel estadístico, pero sí en Grindr. Durante mis viajes, cada ciudad es como 'Vale, estoy en Seattle y por aquí no hay más que pasivos', o bien 'DIOS MÍO, ¿eres activo? ¡Debes de ser la persona más popular de toda Filadelfia!'. Y yo creo que es porque en realidad no puedes hacértelo a ti mismo. Puedes meneártela, pero que otra persona te trabaje la próstata es una locura total".

También puede estimularse la próstata indirectamente masajeando con cierta presión el perineo, esa parte del cuerpo que hay entre los testículos y el ano. Mucha gente considera que esta técnica es muy agradable a nivel sexual, aunque no tanta sabe que en realidad están masajeando su próstata.

Aun así, "resulta mucho menos estimulante desde el exterior", afirmó Frank. "Es como si tuvieras un nudo en el hombro y presionaras dicho nudo, o como cuando haces crujir los dedos: es satisfactorio, pero no increíble".

Un hombre que prefirió mantener el anonimato, se mostró de acuerdo con esto: los masajes en el perineo son "para flojuchos que no quieren meterse una polla".

Cáncer

Los hombres han empleado a menudo la amenaza del cáncer de próstata para convencer a las mujeres de que tuvieran sexo con ellos, afirmando que, según la ciencia, "los hombres que no mantienen relaciones sexuales frecuentes contraen cáncer de próstata y se mueren". Esto es totalmente falso, aunque algunos estudios han demostrado que los hombres que eyaculan con mayor frecuencia padecen un riesgo menor de desarrollar esta enfermedad. Afortunadamente no necesitan tener sexo para eso.

Pero ahora totalmente en serio, según la Sociedad Norteamericana del Cáncer, el cáncer de próstata es el segundo tipo más común entre los hombres norteamericanos: en torno a uno de cada siete tíos será diagnosticado con esta enfermedad y alrededor de uno de cada 39 fallecerá por su causa. Uno de cada 39 suena a mucho, pero los índices de supervivencia son muy elevados. Entre los factores de riesgo se incluyen el historial médico familiar, tener más de 65 años y vivir en determinadas zonas. Esto es muy raro: según la Asociación del Cáncer de Próstata, los hombres que viven en la China rural presentan un 2 % de posibilidades de desarrollar cáncer de próstata, el riesgo más bajo del mundo. En comparación, los hombres que viven en EE. UU. presentan un 17 % de probabilidades de desarrollar esta enfermedad, y el riesgo de padecer cáncer de próstata de los hombres asiáticos que emigran a países occidentales se incrementa significativamente. Los hombres que viven por encima de los 40 grados de latitud (es decir, más arriba de Filadelfia) cuentan con el riesgo más elevado de todo Estados Unidos, posiblemente debido a la relativa falta de luz solar en la zona. Además, según diversos estudios, las bebidas azucaradas y los "carbohidratos malos" pueden incrementar el riesgo de cáncer de próstata (y de cáncer de mama).

No tengas miedo

En última instancia, nuestra falta de diálogo en torno a la próstata está relacionada con el hecho de que los tíos tienen miedo de adentrarse hasta este punto. Cuando Glickman estaba investigando para su libro, afirma que escucharon tres cosas una y otra vez. "Una de ellas era que dolía, la segunda que todo iba a quedar manchado y la tercera es que los hombres que disfrutan de los juegos anales se vuelven gais". ¡Pero no es cierto! Y este miedo puede acabar con la auténtica finalidad de los juegos prostáticos. "La gente heterosexual que tiene miedo a entrar demasiado adentro no consigue alcanzar el punto exacto", me dijo Frank. "Esa es la peor parte de aprender a practicar sexo gay: aprender a ir más allá del esfínter anal. Si no puedes sobrepasar el esfínter porque estás muy nervioso o demasiado tenso, esa parte es realmente dura".

*Los nombres han sido cambiados.