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Identidad

Polari: el lenguaje olvidado de la comunidad gay británica

El Polari, que en su día hablaban los hombres gais de todo Londres, ha caído ampliamente en desuso. Pero su influencia sigue perdurando hasta el día de hoy, haciendo incluso una aparición sorpresa en el último álbum de Bowie.
Photo by Simone Becchetti via Stocksy

Cuando David Bowie lanzó su álbum Blackstar en enero de 2016, los críticos musicales no tardaron en cantar las alabanzas del último trabajo de ese icono cultural, pero muy pocos reconocieron la amenazadora y erótica mezcla de idiomas ficticios y ocultos que se hallaban incrustados en la letra del tema "Girl Loves Me": sobre todo se trataba del Nadsat, el idioma de la novela de Anthony Burgess La naranja mecánica, y Polari, el idioma olvidado que hablaban los gais británicos en el siglo XX.

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"Cheena so sound, so titi up this malchick, say party up moodge", canta Bowie aunando los dos idiomas. Para los no iniciados, la letra de Bowie carece de sentido, pero si se traduce ― "titi" significa "bonita" en Polari y "cheena", "malchick" y "moodge" significan "chica", "chico" y "hombre" en Nadsat― significaría algo así como "Chica, eres tan sexy, haz que este chico se arregle y dile ¡vámonos de fiesta, hombre!".

"Bowie a menudo bebía de las fuentes de movimientos culturales oscuros pertenecientes a grupos minoritarios o marginales, así que el hecho de que empleara el Polari es totalmente típico de él", afirma Will Brooker, profesor de cine y estudios culturales en la Universidad de Kingston. "Es una especie de técnica cut-up, o de recortes, que popularmente utilizó en las décadas de 1970 y 1990. Es una más de las muchas máscaras que empleaba para ocultar sus emociones tras una pantalla de palabras inventadas. A fin de cuentas, se estaba muriendo de cáncer y quería despedirse de todas las personas que conocía".

Brooker ―que recientemente completó un nuevo libro académico sobre Bowie tras vestirse y vivir como él durante un año― describe al cantante de Blackstar como una figura queer pionera a principios de los setenta.

"Fue un importante modelo a seguir para muchas personas queer", afirma Brooker. Y explica que Blackstar es la forma elegida por Bowie para despedirse de sus primeras influencias creativas. "Hace una recopilación, desde el alma, de sus clásicos favoritos, rindiéndoles tributo y reviviendo los recuerdos del pasado. Se sabe que Bowie tenía muchos amigos en los círculos queer del Londres de la década de 1970, de modo que no es sorprendente que el Polari formara parte de su vida".

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Pero, ¿qué es el Polari?

Significa "hablar" en italiano y era el idioma oculto que empleaban los hombres gais en Inglaterra para vivir su identidad sexual sin que les detuviera la policía. En el Reino Unido, la homosexualidad fue delito hasta 1967, cuando la Ley de Delitos Sexuales legalizó los "actos homosexuales" privados y de mutuo acuerdo realizados entre adultos de más de 21 años (aunque no en Escocia ni en Irlanda del Norte).

Los hombres gais dejaban caer términos en Polari: si el interlocutor respondía a su vez con Polari, cada uno de ellos podía identificar la orientación sexual del otro

Antes de estas enmiendas de ley, si una persona era sorprendida teniendo sexo gay podía enfrentarse a una condena de dos años o a una invasiva y humillante terapia hormonal. Alan Turing, el matemático británico gay tras el famoso "código Enigma" que logró descifrar los mensajes codificados que enviaban los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, recibió un tratamiento con hormonas femeninas como alternativa a la cárcel tras ser acusado de homosexualidad por la policía.

Como resultado de las leyes imperantes y de la enraizada homofobia, los hombres gais tenían que tener cuidado para que no les descubrieran. Un tabloide británico, el Sunday Mirror, publicó un artículo en 1962 titulado "Cómo detectar a un posible homosexual": "Ya es hora de que ofrezcamos un breve curso sobre cómo descubrir a un pervertido… Básicamente, los homosexuales se dividen en dos grupos, los obvios y los disimulados… Están por todas partes y cualquiera podría serlo".

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Fotograma de "Putting on the Dish", un cortometraje que emplea el Polari. Captura de pantalla vía Vimeo

Aunque casi ha desaparecido por completo, todavía se habla algo de Polari en el Reino Unido a día de hoy. La palabra inglesa "blowjob" (mamada) es un ejemplo: algunas personas consideran que esta palabra Polari procede del slang norteamericano, introducido en Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial. Otros términos como "naff" (malo), "bevvy" (bebida) y "camp" (afeminado) siguen usándose coloquialmente. El Polari es un idioma que muchos angloparlantes ni siquiera saben que están utilizando.

La historia del Polari es algo turbia, tal y como explican Jo Stanley y Paul Baker en su libro Hello Sailor!: The Hidden History of Gay Life At Sea (¡Hola, marinero!: la historia oculta de la vida gay en el mar). Sitúan los orígenes del Polari en el Thieves' Cant, una lengua secreta que empleaban los ladrones. Los hombres gais empleaban el Cant o lengua secreta en los pubs y tabernas para socializar entre ellos y conseguir contactos sexuales. De hecho, muchos gais siguen usando la palabra "trade" (que significa "pareja sexual" tanto en Cant como en Polari) para referirse a sus parejas. Conforme pasaron los años, el Polari fue adueñándose de palabras ―generalmente de origen italiano― de los circos y las comunidades itinerantes, de las prostitutas, los marineros, los vagabundos y el mundo del teatro, donde se empleaba predominantemente este lenguaje durante la mayor parte del principio del siglo XX. El Polari se hizo muy popular entre los chicos que cantaban en los coros, los bailarines y los actores, muchos de los cuales eran gais.

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Siendo más un "criptolecto" (un tipo de argot empleado únicamente para evitar la detección o el enjuiciamiento por parte de los demás) que un idioma completamente formado, los hombres gais dejaban caer términos en Polari dentro de sus conversaciones: si el interlocutor respondía a su vez con Polari, cada uno de ellos podía identificar la orientación sexual del otro de forma subrepticia.

Existen paralelismos entre el auge del Polari en el siglo XX y la práctica victoriana ―célebremente adoptada por Oscar Wilde― de llevar claveles verdes para indicar sutilmente la propia condición de homosexual. La brutalidad policial hacia los hombres gais durante las décadas de 1950, 1960 y 1970 era algo endémico y prueba de ello son la gran cantidad de términos Polari que había para referirse a los agentes de policía: Betty Bracelets ("Betty Esposas"), Lillian Law ("Lilian Ley") o Jennifer Justice ("Jennifer Justicia") entre otros. Stanley y Baker afirman que la comunidad gay respondía a aquellos ataques físicos con ironía verbal y de hecho no es ninguna coincidencia que el lenguaje empleado para describir a la policía normalmente cuestionara su masculinidad y bravuconería.

Mientras tanto, la vida como hombre homosexual en el Londres de la década de 1960 podía ser en cierto modo como ser admitido en un club secreto. Los hombres gais elegían a otros hombres empleando el Polari para mantener relaciones sexuales, tanto si era practicando cruising en un parque como entre las sombras de un baño público o visitando el secreto mundo crepuscular y underground de los bares y los clubes.

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Aunque no hace tanto tiempo desde que el Polari se hablaba en las calles de Londres, ahora ha caído ampliamente en desuso y ha adquirido un estatus de culto entre los hombres gais debido más a su significado histórico que a su importancia práctica. "Es más como un símbolo de la historia social de los gais", explica Paul Baker, experto en Polari en la Universidad de Lancaster. "Muchos establecimientos gais de todo el Reino Unido e Irlanda lo han empleado en sus nombres, como por ejemplo un restaurante de Brighton llamada Bona Foodie, que juega con el término Polari 'bona fide'. En cierto modo resulta irónico", añade, "que se emplee un lenguaje secreto para anunciar un establecimiento gay".

Una tienda de ropa llamada Bona Togs. "Bona" es el término en Polari para decir "bonito" o "bueno". Foto vía Wikimedia Commons

Irónicamente, la popularidad del Polari tiene en parte mucho que deber a su desaparición. Sugerir que un idioma desapareció porque cada vez más gente lo hablaba suena casi ridículo, pero el Polari era una lengua que dependía de su exclusividad. Dado que la actitud social cambió cuando se descriminalizó la homosexualidad, esto permitió a los hombres gais vivir de forma más abierta, por lo que el motivo de su existencia se perdió. Los gais ya no necesitaban ocultarse igual que antes, de modo que el Polari se volvió innecesario.

Puede que el Polari se haya ido, pero siguen existiendo lenguajes gais en comunidades y naciones de todo el mundo que sufren la homofobia institucionalizada o endémica. El académico lingüista William Leap denomina este fenómeno "Lingüística Lavanda" (el color lavanda se asocia desde hace tiempo a las comunidades LGBT). En Filipinas se ha desarrollado un criptolecto gay impulsado por la cultura popular denominado Swardspeakty, que ha pasado de ser una lengua LGBTQ secreta a convertirse en una jerga divertida y cómica que se utiliza comúnmente en Filipinas y que muchos miembros de la industria del entretenimiento utilizan con normalidad.

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En Brasil, el Pajubá es el lenguaje secreto de la comunidad trans y se utiliza para subvertir y aun así reforzar la identidad queer. El Pajubá permite a los hombres y mujeres transexuales ocultar su identidad con un lenguaje secreto, pero también anuncia su identidad públicamente. Y en Sudáfrica existen dos lenguajes gais secretos: uno para la comunidad gay blanca y otro para la comunidad gay negra. El Gayle ―la variante blanca― era el léxico empleado por los "koffie-moffies" (una palabra en afrikáans que significa "hombres gais recolectores de café" y que se empleó para referirse a los auxiliares de vuelo masculinos durante la década de 1970). Este lenguaje se asemeja mucho al Polari en cuanto a la apropiación de términos procedentes del slang británico. El IsiNgqumo es la variante queer negra, aunque su raíz está en el zulú y no en el Polari.

El Polari era una expresión de comunidad, de una incipiente sensación de identidad compartida: es afeminado, es divertido, es desbordante

Incluso aunque no vivan en un país donde una enraizada homofobia les obligue a guardar su condición en secreto, muchos hombres gais siguen usando el lenguaje como seña de su identidad. La jerga gay actual representa todo un conjunto de ominosas categorizaciones corporales, tal y como orgullosamente se muestra en los perfiles de Grindr en inglés: top (activo), bottom (pasivo), twink (hombre gay joven de rostro aniñado y muy delgado), twunk (hombre gay joven de rostro aniñado pero muy musculoso), otter (nutria, o gay con mucho vello corporal pero delgado), daddy (papá oso), bear (oso), cub (cachorro), e incluso me atrevería a decir masc4masc (gay que rechaza el amaneramiento en otros gais). Las experiencias y deseos de los británicos también están codificados en un lenguaje que se popularizó gracias a la cultura afroamericana y drag, con términos como gagged (amordazado), sickening (asqueroso), slay (alguien que es la hostia), fierce (genial), shade (despreciar) y, por supuesto, yassss (¡sí!).

Baker explica cómo sigue habiendo motivos "funcionales" para que la comunidad gay utilice su propio lenguaje. "Probablemente gira más en torno a ligar y especificar roles sexuales, preferencias o cosas que no les gustan de forma concreta. Creo que los hombres gais por lo general intentan suavizar su lado afeminado cuando buscan sexo, de modo que se produce una especie de representación artificial de la masculinidad".

Y aunque el Polari ya no se usa mucho en la actualidad, puede seguir sirviendo para ayudar a los miembros de la comunidad gay a compartir cierta sensación de identidad conjunta. La comunidad LGBTQ actual está mucho más integrada de lo que podría haberse imaginado en la década de 1960 y esta realidad se refleja en el cierre de locales exclusivamente gais por todo el Reino Unido. En 2015, los directores británicos Brian Fairbairn y Karl Eccleston crearon un cortometraje en el que se mostraba el uso del Polari. Putting on the Dish (que significa "lubricarse como preparación para el sexo anal" en Polari) muestra a dos hombres gais utilizando este lenguaje de forma intermitente para hablar abiertamente sobre sexo y cotillear delante de los transeúntes, que no se enteran de nada.

"Queríamos poner de relieve la increíble exuberancia lingüística del Polari", explican los directores a Broadly. "Como el Polari era un 'idioma' codificado, cuando la gente habla sobre él siempre acaba haciendo hincapié en el hecho de que se desarrolló como respuesta a la opresión, pero era mucho más que eso".

Para Fairbairn y Eccleston, el Polari es una afirmación de la vida propia: una poderosa declaración de la identidad gay que es descarada y que no se avergüenza de nada. "El Polari era una expresión de comunidad, de una incipiente sensación de identidad compartida: es afeminado, es divertido, es desbordante", afirma Fairbairn. "No hay duda de que recurrían a él siempre que podían y eso es lo que hemos intentado reflejar".

En 2016, el legado del Polari sigue vivo. Continúa siendo una parte integrante de la cultura y la historia queer que no solo ha demostrado lo lejos que tuvieron que ir los hombres gais para ocultarse y poder vivir sus identidades, sino que también es una destacada muestra de la creatividad, la singularidad, la iniciativa y el talento de la comunidad LGBTQ.