'¿Cómo puedo rentabilizar mi trabajo?': Natalia Ferrari responde a otras putas

Hace casi cinco años que soy prostituta. Di el paso porque me atraían las condiciones y las experiencias que podía aportarme este trabajo. Hoy en día ofrezco un modelo de cita llamado "girlfriend experience" en donde busco conectar con mis clientes y que disfrutemos juntos. Mucha gente se pregunta cómo debe ser trabajar como puta, creo que la mejor forma de averiguarlo es preguntarle directamente a una.

Este mes he decidido responder solo a preguntas hechas por otras prostitutas. Este es el resultado.

Trini Cé es de Barcelona, tiene 27 años y es trabajadora sexual desde hace 4 años ofreciendo servicios de GFE. En su Twitter se presenta como puta, vegan, transfeminista, borderline/mental health activism, encabronada, intransigente y desviada.

Trini Cé: El otro día un cliente nuevo se quedó estupefacto al ver que no me depilaba las axilas y me hizo saber además que no le gustaba (tal cual). No me había pasado nunca. ¿Alguna vez algún cliente ha mostrado su malestar porque no te hayas depilado ese día?

Natalia Ferrari: En mi vida personal no me depilo, me gusta más mi cuerpo con vello y tengo un pequeño fetiche con las mujeres que tienen pelos en las axilas. Cuando paso una época larga sin trabajar, me molesta tener que depilarme, pero lo que te ha pasado a ti es mi temor y razón principal por la que siempre tengo mis axilas depiladas cuando trabajo. A la hora de currar, no llego a desprenderme de la presión por encajar en un tipo concreto de feminidad.

He tardado unos dos años en dejar de depilar mi coño a cero, y no fue fácil. Tenía verdadero pánico de las reacciones de los clientes. Hasta que un día el dolor de la cera, las heridas de las cuchillas, los granitos, rojeces y picores superaron mi miedo de ser rechazada y decidí dejar de depilarme. Me he encontrado personas que al bajarme las bragas se sorprenden y hacen algún chiste machista sin gracia ninguna, pero han sido muy pocos y gracias a ello me he dado cuenta que la opinión de cuatro tontos no significa nada. Los comentarios más desagradables han sido en peticiones de citas cuando insisten, me ofrecen más dinero o me amenazan con no recomendarme a sus colegas, lo cual agradezco profundamente. A día de hoy me río mucho si alguien me dice con tono de desaprobación que solo quedaría conmigo si me depilo completamente. Pero con las axilas es un tema diferente.

Hace tiempo hice un pequeño estudio de mercado con mis clientes habituales a quienes les pregunté si seguirían quedando conmigo si dejara de depilarme las axilas. La mayoría se lo pensó detenidamente para concluir en que seguirían viéndome pero que no les gustaba la idea. Me encantaría probar un par de meses, sé que es una forma más de hacer filtro, pero como la prostitución es mi fuente principal de ingresos no me encuentro con la calma necesaria para asumir que salga mal.

Valérie May tiene 28 años y hace 8 meses que empezó a ejercer como puta y en sus propias palabras "joder cómo me gusta". Se considera una prostituta alternativa, llena de tattoos, pelo verde, piercings y muy freak.

*Valérie May: ¿Qué sentimiento te transmiten tus clientes la primera vez que los ves?*

Natalia Ferrari: Un nuevo cliente significa que voy a tener una cita con una persona que me desea, me paga y no supone ninguna complicación en mi existencia. Voy a follar y tendré más dinero del que tenía antes, el primer sentimiento que sale de esa ecuación es una mezcla de alegría y morbo.

Cada persona es un pequeño universo y mis sentimientos con cada uno de ellos suele variar según su actitud y su carácter. Los hombres cercanos a mi edad me transmiten calidez, los que van vestidos de traje y corbata me generan curiosidad, aquellos que son claramente machos alfa me despiertan ganas de vacilar. Con las personas que casi no hablan me suelo poner nerviosa y con los que hablan demasiado también. Por los clientes virgenes, inseguros o que se encuentran en un momento emocional delicado, siento mucha empatía.

En la mayoría de los casos, es fácil ver cuáles son sus expectativas y por qué han decidido conocerme. Para algunos estar conmigo es un acto puramente hedonista. Para otros, quedar con una prostituta es algo más complejo que simplemente visitar a una amiga con quien follar. Lo que siento al ver a un cliente por primera vez depende mucho de su historia y del trato que tienen conmigo. Los primeros minutos suelen ser algo torpes, es normal que se dispare la adrenalina cuando vas a intimar con alguien nuevo. Pero en general, suelo encontrar en ellos complicidad y ganas de pasarlo bien, y eso es lo que me transmiten.

Shirley McLaren es una mujer trans, trabajadora sexual desde hace 10 años, entre otras cosas. Al pedirle que me contara un poco más sobre ella me dijo "El derecho al trabajo es aún un tema pendientísimo para el colectivo transfemenino, así como los derechos laborales de lxs trabajadorxs sexuales en general."

*Shirley McLaren: ¿Qué consejo le darías a lascompañeras para hacer su trabajo más rentable?*

Natalia Ferrari: Conocí a una compañera que tenía cuatro móviles distintos, uno por cada tipo de anuncio que ofrecía. Su objetivo era ganar la mayor cantidad de dinero posible en pocos meses, así que decidió construir distintas experiencias para abarcar más público. Ofrecía citas por media hora, acompañamiento de lujo, servicios de dominatrix y girlfriend experience. Cada anuncio con nombres y fotos distintas sin enseñar la cara para que nadie supiera que era la misma persona. Podría haber creado un único anuncio en donde ofreciera toda la variedad de servicios juntos, pero desde una perspectiva de branding, si intentas gustar a todo el mundo, acabaras sin gustarle a nadie. Ofrecer todo al mismo tiempo puede generar confusión y que se perciba que no eres ni una cosa ni la otra.

Si tu objetivo es trabajar a largo plazo con una tarifa alta pero te encuentras con algún mes o semana floja, algo similar puede funcionar de forma esporádica sin comprometer tu imagen. Existen webs de contactos que te permiten subir anuncios y borrarlos el mismo día. Para algunas es una buena oportunidad de publicitarte con una tarifa más accesible, sin mostrar tu cara y usando otro nombre y otro número de teléfono. Durante los días que lo necesites curras todo lo que puedas y luego haces desaparecer tu anuncio. Esta opción es mejor que hacer ofertas porque en el momento que bajas el precio de tu tarifa los clientes cambian la percepción de lo que vale tu servicio. Muchos van a evitar llamarte si saben que eventualmente bajarás el precio.

Algo que siempre funciona es mantener el interés con fotos actuales, viajar para aprovechar el tirón de ser "la nueva" en un lugar distinto o aprender idiomas. En mi caso, lo que ha marcado una diferencia es tener objetivos, segmentar a mi público y estudiar sobre marketing. Al fin y al cabo, el trabajo sexual es un trabajo y las mismas estrategias que se aplican en otros sectores funcionan aquí.

¿Hay algo que siempre has querido preguntarle a una puta? Puedes enviarme ahora tus preguntas aquí.