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Identidad

Mujeres explican cómo fue la primera vez que se masturbaron

Mi propia experiencia confirma el cliché de que la masturbación femenina sigue siendo un tabú. Decidí preguntar a varias mujeres cómo fueron sus primeras incursiones en el mundo de la masturbación.
Alejandra Núñez
ilustración de Alejandra Núñez
masturbación femenina
Imagen por la autora

Últimamente hablo muchísimo sobre masturbación con mis amigas. Para mí es algo relativamente nuevo: aunque en la edad adulta siempre hemos hablado bastante abiertamente de las prácticas sexuales que realizamos con nuestras parejas o qué nos gusta a la hora de follar, creo que nunca habíamos hablado propiamente sobre algo tan básico como la masturbación. Y mucho menos lo hacíamos cuando íbamos al colegio. En cambio, estoy segura que todas recordáis cómo los chicos de vuestra clase alardeaban a los cuatro vientos sobre las pajas que se hacían. Joder, recuerdo incluso que un chaval de mi clase trajo un bote con semen para demostrar que se hacía pajas.

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Aunque no recuerdo la edad exacta —me suena que a los 11 años o así—, mis primeras incursiones en el mundo de la masturbación fueron de la mano de un bolígrafo de Ágatha Ruiz de la Prada. Sí, siempre usaba el mismo boli para masturbarme. Y como era un poco cerda, también lo usaba en clase. Era un bolígrafo naranja con flores, de esos bolis con pulsador. Ponía la parte por la que se hace click en el clítoris y empezaba a masturbarme. La verdad es que no entiendo por qué usaba el bolígrafo, o cómo llegué a la conclusión de que tenía que usar el boli, cuando podría haberlo hecho perfectamente solo con un dedo.

Picada por la curiosidad, decidí preguntar a varias mujeres cómo fueron sus primeras incursiones en algo tan maravilloso como el mundo de la masturbación.

La primera vez que me masturbé fue a la vuelta del cine después de ver El pequeño Buda. Tenía unos 11 o 12 años y me lo hice con la presión de agua de la ducha. La verdad es que tampoco tenía muy claro lo que estaba haciendo, pero daba gustito, y yo siempre he sido muy epicúrea. Tengo que confesar he tenido que buscar en la Wikipedia quién estaba en la peli a parte del niño rubito que me hubiera podido poner cachonda, y la verdad es que la peli te da varios motivos para querer masturbarte por primera vez: Keanu Reeves, Bridget Fonda y Chris Isaak, por ejemplo. O el musicón de Ryuichi Sakamoto. Las pelis de Bertolucci son maravillosas para masturbarse. —Marta

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Me acuerdo de la primera vez que me masturbé y de mi primer orgasmo porque yo misma me propuse conseguirlo. Dicho así parece que hubiera hecho una investigación muy seria para prepararme, pero qué va, todo lo contrario. La idea se me ocurrió un mediodía de verano mientras mis padres dormían la siesta. Decidí llevar a cabo la investigación en la habitación de invitados, era una habitación agradable. Es muy fuerte pensarlo a día de hoy, pero en ese momento yo no tenía ni la más remota idea de qué sensaciones iba a tener. Simplemente fui probando y lo conseguí. Más que el placer en sí, porque seguramente no fue algo espectacular, recuerdo que me di cuenta de que había descubierto algo importante. —Noa

Todo empezó cuando vi por primera vez a Jessica Rabbit en el cine. Tendría unos 8 años. Hasta entonces era una niña bastante inocentona, pero Jessica me despertó una especie de fiebre erótica. Incluso le pedí por favor a mi padre, que dibujaba muy bien, que me la dibujase en una pizarra que tenía en el jardín. Dejé de usar la pizarra porque no quería borrar a Jessica. Lloré mucho una tarde que llovió y se borró. Entonces decidí imaginármela por la noche, acostada en la cama. Creo que fue ahí cuando empecé a masturbarme, aunque no dejaban de ser unos toqueteos bastante poco apañados, que me provocaban más un cosquilleo que un orgasmo real. —Silvia

El peluche del testimonio de aquí abajo

El algún momento de mi infancia descubrí que el osito de peluche que me regalaron tenía una parte dura en la punta de la nariz. No recuerdo cómo ni qué día, pero acabó debajo de mis piernas de forma instintiva: era suave y acolchado, así que fue fácil considerarlo un buen amante. Solo tenías que apretarlo un poco contigo, hacer un poco de fricción y osito respondía. Siempre. Religiosamente. Ahora me gusta mucho imaginar la estampa de una niña abrazándose a su peluche, descubriéndolo todo. Osito acabó reemplazado por los dedos, claro, y por mecanismos más sofisticados ―incluso hombres de verdad― pero nunca lo olvidaré. Gracias por tanto, osito. —Anna

La primera vez que me masturbé debía de tener 8 o 9 años. Quizá menos, no lo recuerdo bien. Estaba como otras veces hojeando los libros de la inmensa biblioteca de mis padres cuando me topé con un ejemplar de Delta de Venus, de Anaïs Nin, con unas ilustraciones preciosas de grabados eróticos (bueno, más bien pornográficos) de época que enseguida me hicieron sentir un cosquilleo entre las piernas. Empecé a acariciarme instintivamente el clítoris, por encima de las bragas, hasta que me corrí. Recuerdo que pensé, "Uy, quiero que esta cosa que me acaba de pasar me pase todos los días". Y así es como empezó mi exitosa carrera como onanista profesional de primer nivel. —Eva

Creo que la primera paja no la hice, me la hicieron. Tendría 12 o 13 años, y me gustó tanto que luego me dio vergüenza haber perdido el control delante del chico que me gustaba. No sabía que la intimidad muchas veces es incontrolable. Luego lo repetí en casa, de noche, con los dedos húmedos bajo la manta y la corrida me pilló de sorpresa. Ahí empecé a entender que el placer muy pocas veces depende de otros/as. —Aïda

La primera vez que me masturbé tenía como cuatro o cinco años. En verano, mis primos y yo estábamos con mis abuelos en la huerta en la siembra de panizo. Dormíamos yo y todos mis primos en la misma habitación y yo dormía en la misma cama que mi prima, que me saca dos años, y nos tocábamos el chichi por debajo de las braguitas la una a la otra y me gustaba mucho y nos restregábamos a tope hasta que nos quedábamos dormidas. Y lo recuerdo súper excitante. —Claudia