Los asesinatos a prostitutas no cuentan como violencia de género

Al igual que Astrid, 32 trabajadoras sexuales han sido asesinadas entre 2010 y 2015, según los últimos datos del portal Feminicidio.org. Pero sus muertes no contabilizan como violencia machista.

La Ley Orgánica sobre Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género solo recoge en su definición de "violencia de género" aquella que tiene lugar en el marco de una relación de afectividad entre la víctima y el asesino, sean o no cónyuges, convivan juntos o no.

"La ley obliga a que la relación tenga que ser estable y comprobada: por ejemplo, no reconoce los casos entre hombres y mujeres que mantienen relaciones esporádicas, como puede ser un amante; aquellas relaciones más recientes, o una relación entre una prostituta y un cliente", nos explica Graciela Atencio, periodista a la cabeza del proyecto infográfico de Feminicidio.net.

De estas 32 muertes de prostitutas, solo 5 constan en las cifras oficiales de violencia machista porque tuvieron lugar en el marco de parejas o exparejas. Del resto, ni rastro. E incluso en 2 casos de asesinatos en el marco de la pareja tampoco se las tuvo en cuenta.

"Lo más importante es que la víctima prostituta asesinada debería tener el mismo reconocimiento que una víctima de violencia de género en el marco de la ley integral", subraya Atencio.

La mayor parte de estos asesinatos "son cometidos con gran saña y son invisibles para los medios de comunicación, las instituciones del Estado y la sociedad", destaca esta primera parte del informe (la publicación del documento íntegro está prevista para el mes de noviembre).

En estos casos existe una relación clara de poder del hombre sobre la mujer —haya un vínculo de afectividad o no entre la víctima y el asesino— por lo que varios colectivos de feministas y el colectivo de Prostitutas Indignadas reivindican una ampliación del término "violencia de género".

Además de los asesinatos cometidos por las parejas de las prostitutas (los más numerosos), también existen varios casos de asesinatos cometidos por clientes, por desconocidos que sienten aversión por las mujeres que ejercen esta profesión, por proxenetas o sujetos implicados en la trata y, por último, por tránsfobos.

Sabrina, una mujer marroquí trans de 30 años, fue asesinada en Fuengirola por su pareja de 27 años. Él tenía una orden de alejamiento. Aquel día la mató a cuchillazos a pesar de que ella llamó a la policía. Sabrina fue asesinada por ser mujer. Sin embargo, tanto el juez como la ley le negaron la identidad de género. La sentencia —donde se referían a ella como a un hombre— concluyó que se trataba de una pelea de "dos varones adultos". En el caso de Sabrina la discriminación fue triple: por ser mujer, por ser trans y por ser prostituta. La asesinaron en 2012. Tampoco aparece en los datos oficiales.

"Las prostitutas son las mujeres más vulnerables en el patriarcado frente a la violencia machista. Están discriminadas en el marco de la ley en el sentido de una agresión normal de cualquier hombre. Y eso se llama violencia institucional porque esconde o hace cómplices a estos agresores", argumenta Atencio. Además, por culpa del estigma que se tiene de ellas "no se valora la denuncia y se las considera culpables de las propias agresiones que reciben, incluso del asesinato. El consumidor de prostitutas es el machista más impune de las sociedades patriarcales", explica Atencio a Broadly.

En Barcelona, el colectivo de Putas Indignadas ha convocado una semana entera de concentraciones hasta el viernes en la barcelonesa calle Robadors —esta calle es conocida por ser lugar de trabajo de las prostitutas. "No vamos a permitir más violencia. Estamos aquí para reivindicar nuestra forma de ganar dinero y nuestro espacio de trabajo", declaró Janet, una de las portavoces del colectivo. En verano suelen trabajan alrededor de 20 mujeres, porque muchas están de vacaciones, y en invierno son unas 100.

Diversas manifestantes mostraron pancartas para denunciar el crecimiento de amenazas y violencia que están sufriendo desde hace unos meses.

"Una compañera fue agredida por un individuo que la amenazó con un cuchillo, otro hombre intentó clavar una jeringuilla a una compañera embarazada. No podemos seguir así", argumentó. "Son solo dos individuos, pero no queremos que vaya a más", insistió.

Desde Putas Indignadas denuncian que la campaña política y vecinal que se está llevando a cabo contra ellas ya que "nos pone en el punto de mira para algunas personas que nos agreden", dice Janet. "Aquí ha venido a vivir gente que ya sabía que las putas estábamos en la calle, que había un centro de desintoxicación de drogas y el centro islámico. A esta gente, ahora, parece ser que le molesta todo y quieren cambiar nuestro barrio a su gusto".

Janet también reiteró que son un colectivo "discriminado" por la ley integral contra la violencia de género y que sus agresores —desconocidos, no clientes— las atacan por culpa de la "estigmatización que desde los medios y la política se hace de las trabajadoras sexuales. Nos atacan por ser mujeres y se sirven de su superioridad física. Esto es puramente violencia machista", argumentó.

"Nuestros clientes no son violentos, son padres de familia, maridos, clientes de toda la vida. La principal violencia que sufrimos ahora mismo viene por parte de parejas de algunas compañeras o de desconocidos", concluye Janet.