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Identidad

Puede que no sepas qué es el ‘phubbing’, pero lo haces constantemente

Un reciente estudio explica por qué no puedes dejar de mirar el móvil incluso cuando te lo estás pasando bien con tus amigos.
Photo by Simone Becchetti via Stocksy

Buenas noticias: ya existe un sencillo término para describir el acto de ignorar a todos tus conocidos y seres amados y prestar toda tu atención a tu iPhone, al que quieres mucho más. La mala noticia es que la palabra elegida es "phubbing", una palabra que suena bastante estúpida y que está compuesta por la mezcla de los vocablos ingleses "phone" (teléfono) y "snubbing" (menospreciar o desairar).

Un reciente informe elaborado por investigadores de la Universidad de Kent analiza el modo en que este comportamiento antisocial con nuestros teléfonos se ha convertido en una norma ampliamente aceptada. "El término 'phubbing' no es excesivamente conocido. Se originó en Australia, donde apareció por primera vez en el Macquarie Dictionary en 2008", explica la investigadora jefe del estudio, Karen Douglas. "Muy pocos participantes del estudio sabían lo que significaba este término, pero cuando se lo describes a la gente todo el mundo sabe de qué estás hablando y está muy familiarizado con ese comportamiento".

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De hecho, el phubbing —vamos a empezar a usar ya el término— ha pasado de constituir un rasgo de la Generación Y del que todo el mundo se queja a ser un acto más de la vida cotidiana. Casi todos los episodios de Las Kardashian incluyen al menos a una persona haciendo phubbing a otra (un ejemplo destacado es cuando Kim se hace selfies despreocupadamente mientras Scott Disick trata de mantener una profunda conversación con ella acerca de su alejamiento de la familia en la temporada 12).

De modo que Douglas y su estudiante de doctorado Varoth Chotpitayasunondh realizaron una encuesta entre 251 personas de entre 18 y 66 años para entender por qué de repente ser un capullo está tan aceptado. Todos los participantes afirmaron practicar el phubbing en cierta medida y los investigadores no se sorprendieron al comprobar que la adicción a internet y la pérdida de autocontrol contribuían al fenómeno. El miedo a quedarse fuera —o FoMO, por sus siglas en inglés— también jugaba un papel destacado. "La gente busca constantemente información y no puede dejar el teléfono a un lado", afirma Douglas. "Estos factores son indicativos de la medida en que estás enganchado a tu smartphone, pero también de la medida en que practicas el phubbing".

Captura de pantalla vía E!

Su investigación también revela que existe una especie de karma del phubbing en esta dinámica: cuando haces phubbing a alguien, lo más probable es que ese alguien también te lo haga a ti. "Esta se ha convertido más o menos en una forma aceptada de comunicación. Las personas practican más el phubbing cuando ven a otros haciéndolo y cuando se lo hacen a ellos", explica Douglas. "Esta reciprocidad hace que el comportamiento parezca normal".

Esta investigación, indica, es la primera de este tipo que se hace en el mundo (y puede incluso que sea la primera investigación científica sobre el fenómeno FoMO). Douglas trabaja actualmente en ampliar la literatura médica existente acerca del phubbing para incluir investigaciones no solo acerca de por qué lo practica la gente, sino sobre el impacto que tiene en las comunicaciones, que al parecer no es nada positivo. "Colocamos a varias personas en situaciones en las que un avatar les hace phubbing y les preguntamos cómo se sienten al respecto, cómo se sienten con respecto a la persona con la que se están comunicando y qué opinan sobre la calidad de la comunicación", afirma. "Al parecer, el phubbing repercute en el modo en que se sienten las personas: les hace sentir bastante mal. Pero aun así", añade, "esta tendencia no tiene visos de cambiar".