Fotos de cabras que viven en la gloria

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Fotos de cabras que viven en la gloria

En dos santuarios para animales de granja —Goats of Anarchy y Barnyard Sanctuary—, varias mujeres rescatan y rehabilitan cabras, cerdos, ponis enanos y otros animales que han sido víctimas de maltrato.

S upe de la existencia de Leanne Lauricella a través de su popular página de Instagram, Goats of Anarchy. Hace poco más de un año, Lauricella dejó su trabajo como planificadora de eventos en Manhattan y fundó el santuario Goats of Anarchy en Oxford, Nueva Jersey, para cumplir su sueño de cuidar animales, especialmente cabras. Lauricella, que es una vegana apasionada, ha rescatado 11 cabras, un poni enano, un burro, tres perros, muchas gallinas y un cerdo llamado Piney. Y su familia no para de crecer.

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Cuando llegué al santuario, situado a unas dos horas en coche desde Brooklyn, Lauricella y su asistente Paige Bellucci me enseñaron el lugar, describiendo la vida que llevan gestionando rescates y cómo mantienen una cuenta en Instagram que tiene más de 200.000 seguidores. Todos los animales del santuario tienen una historia única y, con frecuencia, muy triste. "Ansel y Petal llegaron aquí procedentes de una terrible situación", me contó Lauricella acerca del par de cabras que tienen su propia cuenta de Instagram para documentar su crecimiento. "Las encontraron entre montañas de animales muertos y moribundos". Como el santuario va creciendo, Lauricella está ahora mismo en proceso de trasladarse a un terreno nuevo, donde podrá dar más espacio a los animales que ahora viven con ella y añadir unos cuantos amigos más a su "Bosque encantado de cabras".

Pasar de planificadora de eventos a cuidadora de animales no parece una transición sencilla, pero gran parte de los conocimientos de Leanne proceden del tiempo que pasó como voluntaria en el Barnyard Sanctuary, una granja de 15 acres de extensión situada en Columbia, Nueva Jersey, hogar de 700 animales de granja que han sufrido maltrato. También está gestionado casi en su totalidad por mujeres.

La propietaria del santuario Tamala Lester y sus seis colaboradoras estaban almorzando cuando llegué a Barnyard. Todas parecían encantadas de recibir una visita, aunque después me explicaron que incluso se emocionan cuando viene el tío que se lleva los desechos.

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Aunque Barnyard trata de encontrar un hogar definitivo para la mayoría de sus animales, muchos de ellos se convierten en residentes permanentes: las vacas, por ejemplo, no se van a mover de aquí y tampoco los casi 200 gallos que Lester ha ido acogiendo a lo largo de los años. Meghan, Nicole, Kacie, Rachel y Lester me acompañaron a recorrer la granja y me enseñaron dónde cuidan de los caballos, de los burros y de un Clydesdale de 25 años llamado Francis. Al cerdito Marley le encanta dar besos. Rachel me invitó a entrar en el recinto mientras intentaba sacar a Miss Piggy, que pesa 400 kilos, del abrevadero. Mientras Lester alimentaba a las vacas, Nicole se mantuvo a mi lado distrayendo a la revoltosa Lily para que no me arrollara.

Las mujeres del Santuario Barnyard