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Identidad

¿Puede el sexo curar la resaca? Me puse ciega para averiguarlo

Consulté a una experta, leí algunos estudios y después me emborraché a saco y me follé a mi marido.
Image by Branislava Živić via Stocksy

Todos los mejores científicos poseen una intensa curiosidad, casi obsesiva. Quieren saber cómo funciona el mundo y harán lo que sea necesario para obtener respuestas. Esta curiosidad a veces les conduce a experimentar sobre el sujeto de pruebas que tienen más a mano: ellos mismos. Jonas Salk probó la vacuna de la polio por primera vez en él mismo y en su familia. El famoso químico y creador del LSD Albert Hofmann tomó la primera dosis el 19 de abril de 1943 y volvió a casa en bicicleta atravesando un maravilloso mundo de fantasía. August Bier fue pionero en el campo de la anestesia espinal inyectando cocaína en la columna vertebral de su asistente y después en la suya propia.

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Y ahora yo me uno a tan insigne grupo. Tratando de llevar literalmente a la cama la teoría de que el sexo puede curar la resaca, anoche, en el nombre de la ciencia, me pillé un pedal de los que hacen historia. Y hoy intenté curar mi resaca con sexo. Por favor, enviad mi Premio Nobel a las oficinas de Broadly.

Este era mi plan: las noches del domingo y del lunes me emborracharía suficiente como para tener una resaca entre suave y moderada. No quería que mi resaca fuera tan brutal como para no poder moverme porque entonces, ¿cómo iba a poder tener sexo? El lunes por la mañana no haría nada. El martes, tendría sexo con mi marido. Entonces evaluaría mis resacas durante el resto del día. Para poder obtener la mejor de las resacas, hice todas las cosas que no deben hacerse: bebí whisky porque los licores oscuros contienen más congéneres —es decir, sustancias químicas adicionales que pueden empeorar la resaca— y también fumé y tomé bebidas azucaradas, que, según se cree, también son capaces de empeorar las resacas.

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Mucha gente cree que lo que provoca la resaca es la deshidratación, pero aunque las resacas comparten algunos de sus síntomas (boca seca, dolor de cabeza, incapacidad para concentrarse), los niveles de electrolitos en las personas con resaca no se corresponden con los de las personas puramente deshidratadas.

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"El alcohol tiene efectos sobre la micción durante la intoxicación incrementando la producción de vasopresina, una hormona que controla el equilibrio de los fluidos", afirma Damaris J. Rohsenow, directora adjunta del Centro para el Estudio del Alcohol y las Adiciones de la Universidad de Brown. "Después, durante la resaca, los niveles de vasopresina se reducen".

Rohsenow me explicó las diversas supuestas causas de la resaca vía email. Otro de los responsables que se ha descartado recientemente es la glucosa. La gente solía pensar que los niveles de azúcar en sangre se desplomaban durante las resacas, pero según Rohsenow, "diversos estudios descubrieron que no existe correlación alguna entre el nivel de glucosa en sangre y el grado de intensidad de la resaca, por lo que nada respalda la idea de que el nivel de azúcar en sangre tenga relación alguna con la intensidad de la resaca".

Dormir la mona sigue siendo la cura más fiable

El culpable más probable, según el Grupo para la Investigación de la Resaca por Alcohol (AHRG, por sus siglas en inglés), es una respuesta inmunológica. Los investigadores descubrieron que, después de beber, se produce en el cuerpo una acumulación de citoquinas proinflamatorias. Las citoquinas son pequeñas proteínas que ordenan a las células del cuerpo que hagan todo tipo de cosas, de modo que las citoquinas que se concentran mientras bebemos provocan la inflamación de los tejidos, como si se tratara de una reacción alérgica. Es posible que las citoquinas proinflamatorias sean las responsables de las náuseas, el dolor de cabeza, el malestar general e incluso la pérdida de memoria que se asocian a beber en exceso.

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La pregunta entonces es: ¿el sexo posee algún tipo de efecto antiinflamatorio? Y, de ser así, ¿es suficiente para aniquilar una resaca?

Imagen por Simone Becchetti vía Stocksy

Cuando tenemos un orgasmo nos inundamos de hormonas y una de ellas es la oxitocina, la denominada "sustancia química del vínculo". La oxitocina nos ayuda a sentir empatía, a crear vínculos con nuestras parejas y a sanar nuestras heridas. Y también es antiinflamatoria. Un estudio realizado en 2010 descubrió que las parejas que tenían éxito al realizar un ejercicio de vínculo presentaban niveles elevados de oxitocina y que también se curaban mejor de las heridas. El estudio sugería que la oxitocina que obtienen las parejas al trabajar juntas bloquea la producción de citoquina.

Así que ya tenía mi hipótesis: tener sexo liberaría suficiente oxitocina para bloquear mi producción de citoquina y curarme así la resaca. Lo único que me quedaba por hacer era someter mi teoría a prueba.

Mientras estaba en el bar, poniéndome hasta las trancas en nombre de la ciencia, pregunté a algunas personas si alguna vez se habían curado una resaca con sexo. "Supongo que en ese sentido no me ha ido mal", me dijo mi camarero del domingo, "pero las resacas no eran demasiado intensas. Si la resaca es suficientemente dura, es la última cosa que me apetece hacer".

"Yo más bien creo que es una distracción, no una cura", dijo una de las parroquianas. Su amigo estaba de acuerdo con mi camarero en que las resacas brutales y el sexo no hacen buenas migas. "A veces me siento mejor si me levanto y me muevo", me dijo, "pero hacer algo que implique empotrar o que te empotren no es el tipo ideal de movimiento. A ver, una mamada por supuesto pero, ¿sexo? Más bien no".

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El lunes por la mañana me levanté un poco antes de las 11:00, me bebí toda el agua del mundo y vi varios episodios de The Vampire Diaries. Tenía resaca, pero no era una cosa terrible. Si mi resaca fuera una persona famosa, habría sido Chris Evans: te da sed pero es inofensivo. Yo calificaría mi calidad de vida del lunes con un 7,5 sobre 10.

El martes por la mañana me levanté sobre las 08:00 para tener sexo con mi marido antes de que se fuera a trabajar. Lo hicimos, yo me corrí y me quedé dormida otra vez. Me volví a despertar hacia el mediodía, deseando poder quedarme en la cama. Me tambaleé por la cocina como un zombi. Los pequeños ruidos me sobresaltaban y tenía la piel ardiendo. Si la resaca de hoy fuera una persona famosa, sería Bertín Osborne: no parece largarse nunca y resulta agotador. Mi vida hoy es un 4, justo por debajo de lo soportable.

Sin duda me siento peor hoy, cosa que mi marido sabía que sucedería. "Yo me apunto", me dijo en un mensaje de texto cuando le expliqué mi plan, "pero dudo que vaya a surtir efecto. Creo que si tienes que levantarte tan temprano anularás todos los beneficios". Aunque en total dormí más o menos el mismo número de horas el domingo y el lunes por la noche, mi patrón de sueño se vio interrumpido el martes por la mañana para tener sexo.

"Mi investigación descubrió que la medición objetiva de las perturbaciones del sueño (por ejemplo poca eficiencia del sueño, más tiempo en vigilia, número de veces que se despierta el sujeto) estaba estrechamente vinculada a un número más elevado de síntomas de resaca", afirma Rohsenow. El AHRG señala en su informe de 2008 que los estudios en torno a la resaca normalmente no reflejan la privación de sueño que habitualmente se produce cuando alguien sale y está toda la noche bebiendo: "Algunos de los síntomas que se experimentan el día siguiente de haber bebido en exceso están significativamente relacionados con la duración y la calidad del sueño, y no con la cantidad de alcohol consumida".

De modo que es posible que la gente confunda la resaca por la falta de sueño con la resaca por el bebercio, sobre todo si se sienten especialmente tirados.

Alejar el dolor mediante el folleteo podría funcionar si tienes que levantarte temprano de todos modos, pero dormir la mona sigue siendo la cura más fiable. Van a hacer falta muchos más investigadores tan valientes como yo para desarrollar una mejor.


Broadly Responde es una columna periódica en la que Broadly investiga cuestiones cuyas respuestas probablemente ya sabías pero nosotras no, así que aquí va. ¿Tienes alguna pregunta acerca de lo que sea, de verdad? Pregúntanos a nosotras.