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Identidad

'Claro que salen de fiesta': sexo, deporte y redes sociales en las Olimpiadas

Cuenta la leyenda que la Villa Olímpica es un nido sexual de atletas cachondos que buscan su medalla de oro en la disciplina de la erección. Pero, ¿es posible que los Juegos de este año sean los más mojigatos hasta la fecha?
Photo via Flickr user amsr1

En julio de 2012, el periodista de la ESPN Sam Alipour escribió un popular artículo sobre la vida en la Villa Olímpica (el titular: "¿Estarás en condiciones de ganar una medalla por la mañana?"). En dicho artículo, describía una escena de desenfreno y placer, de "burdeles" no oficiales y sexo con corredoras escandinavas de relevos, de bolsas de deporte repletas de condones y de sesiones de sexo en los descansos entre un entrenamiento y el siguiente.

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Como Atenea saliendo de la cabeza de Zeus, el artículo de Alipour dio a luz a todo un nuevo género de periodismo deportivo: los folleteos olímpicos al descubierto. Pero aunque resulta bonito imaginar al equipo italiano de water polo dándole al sexo —es decir, visualizar mentalmente cómo apretamos sus glúteos enfundados en lycra, tan perfectamente firmes y redondeados que son como dispositivos de flotación incorporados—, es posible que el artículo de Alipour haya aguado la fiesta para todos los demás.

"No te puedo mentir, estoy muy orgulloso de mi historia, que se convirtió en todo un fenómeno a nivel mundial casi de la noche a la mañana y cambió para siempre el modo en que vemos a los atletas olímpicos, para bien o para mal", me explica Alipour en un e-mail.

"He oído que ahora los entrenadores y los oficiales de equipo vigilan más de cerca a sus atletas y que incluso llegan a citar mi artículo y a distribuirlo en las reuniones de los equipos, a modo de advertencia para fomentar la celebración responsable. Un atleta olímpico incluso me dijo que una de sus colegas en la Villa Olímpica le mencionó mi artículo para rechazar sus avances. Básicamente, soy ese colega que te da la lata en el bar cuando estás a punto de ligar: un aguafiestas total".

Pero, ¿es realmente posible que un solo artículo (totalmente sorprendente, eso sí) haya extinguido las llamas de la pasión de toda una generación de atletas? Decidimos descubrir si el artículo de Alipour realmente ha fastidiado la diversión de los atletas que compiten en Río.

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Incluso aunque los atletas cuenten con un chat para sortear las objeciones de sus potenciales compañeros olímpicos de cama, hay algo que deberían tener en cuenta: las redes sociales. Las estrellas deportivas son ahora observadas con lupa —mucho más que nunca— y solo hace falta una fotografía picantona para que el mundo entero se entere de sus gestas sexuales. Y eso antes de que la prensa se entere de que el equipo de balonmano sueco estaba implicado en el asunto.

Aunque no era algo reciente (Twitter llevaba en marcha seis años y tenía 185 millones de usuarios), los Juegos Olímpicos de 2012 fueron los primeros en que las redes sociales desarrollaron todo su potencial. Bautizados como "los primeros Juegos de las redes sociales", las estadísticas proporcionadas por Twitter revelaron que más de 150 millones de personas tuitearon sobre las Olimpiadas a lo largo de los 16 días que duró la competición.

Pero algunos atletas, ignorantes del daño potencial que podría provocarles una selfie malinterpretada o un chiste de mal gusto, acabaron cayendo en la trampa, como el futbolista suizo que fue obligado a regresar a su casa después de dirigir una ofensa racial al equipo surcoreano, o el atleta griego de triple salto cuya participación fue prohibida después de publicar varios tuits racistas sobre los inmigrantes africanos. Las redes sociales hundieron —o al menos dañaron profundamente— las carreras de los atletas en los Juegos Olímpicos de 2012. Y cuando piensas que todas las historias de desenfreno incluidas en el artículo de Alipour sucedieron en el tiempo previo a los Juegos de 2012, resulta difícil imaginar que los atletas de hoy en día sean capaces de comportarse con tanta libertad.

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Foto por BONINSTUDIO vía Stocksy

"Hubo un tiempo en que la puerta del vestuario estaba cerrada a cal y canto, pero con las redes sociales, actualmente está mucho más abierta para los seguidores", afirma el periodista deportivo convertido en profesor de comunicaciones Nick Bowman. "El vínculo entre ser un espectador y ser un participante acaba difuminado… Estamos en 2016. La gente sabe que les están observando y hay dinero de los patrocinadores de por medio. No puedes decir y hacer determinadas cosas".

Existe un doble rasero en torno a la conducta sexual de los deportistas masculinos y las deportistas femeninas. "Yo supongo que la promiscuidad en sí misma no daña la reputación de los atletas masculinos, pero para las mujeres es diferente. Si pillan a una atleta mujer volviendo de un dormitorio que no es el suyo, supone un ultraje, porque se les permite ser un objeto sexual, pero no tener sexo".

Bowman cree que 2016 será el año en que la promiscuidad dentro de la Villa Olímpica se etiquetará como comportamiento peligroso, en lugar de considerarlo simplemente como algo que los atletas hacen. "En los tiempos del Zika, el sexo se considera peligroso. Peligroso para ti, para tu carrera y para tu país. Se libera de un marco determinado —el marco de la promiscuidad— y lo sustituye por otro. Puedes encontrar perfectamente la foto de un atleta saliendo a hurtadillas de su dormitorio por la noche con el titular 'Atleta pone en riesgo su carrera y a su país por una noche de placer'".

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Corredores en las Olimpiadas de Londres de 2012. Foto vía Wikimedia Commons

"Los atletas celebran fiestas y se relacionan entre sí durante su experiencia olímpica, pero no lo hacen en la Villa", afirma la dos veces olímpica atleta de remo y ganadora de la medalla de bronce en el campeonato de Norteamérica Megan Kalmoe. Explica que, aunque las cosas se ponen un poco más calientes después de la ceremonia de clausura, el resto del tiempo es todo bastante inocente. "Bailar, cantar, beber un poco, pero nada de juergas locas". Además, los atletas olímpicos —igual que otros mortales de menor rango— no son inmunes a los salados encantos de un festín de carbohidratos a última hora de la noche. "El McDonald's es un sitio muy popular, porque es uno de los pocos puestos del comedor que abre entre las 2 y las 5 de la madrugada".

Tal y como señala Bowman, los atletas tienen este año otro motivo más para ser castos: el virus Zika. Aunque este virus —que es portado por un mosquito y transmitido vía sexual— es relativamente benigno para la mayoría de la gente y solo provoca infecciones leves, ha sido vinculado a graves malformaciones congénitas en el caso de las mujeres embarazadas. Además, cuando estás compitiendo en el torneo más importante de tu vida, incluso una leve infección por Zika —cuyos síntomas suelen ser fiebre, dolor muscular y dolor de las articulaciones— puede joderte los Juegos de verdad.

Los oficiales olímpicos, atentos a los riesgos, han encargado una cantidad de condones sin precedentes: 450.000 en total. Esta cifra es superior a cualquier otro año, en parte porque se han proporcionado unos 100.000 condones femeninos por primera vez. El equipo australiano incluso toma precauciones adicionales utilizando condones antivíricos especiales, diseñados para reducir la transmisión del Zika, cortesía de una compañía farmacéutica de Melbourne.

"Es preciso que los equipos olímpicos conozcan a la perfección todo lo que sabemos nosotros sobre el virus y los riesgos vinculados con él antes de viajar", afirma el Dr. Duane J. Gubler, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad Duke. "Más vale prevenir que curar. No creo que se pueda ser excesivamente precavido. No quiero decir con esto que deban interrumpir sus actividades, simplemente que es preciso que conozcan los riesgos y sepan cómo prevenir la infección [utilizando condones] si está presente".

Aunque el mes de agosto es un período de bajo riesgo en lo referente a la transmisión de enfermedades portadas por mosquitos, el Profesor Gubler explica que no hay garantías. "El riesgo es bajo debido a la estación, pero no se puede predecir al cien por cien". Me explica que el Zika se transmite de hombres a mujeres a través del semen y que puede transmitirse también mediante el sexo oral. Aunque el riesgo general es bajo, "todavía no conocemos a ciencia cierta la repercusión de la transmisión por vía sexual". Aconseja a los atletas olímpicos que cubran sus brazos y piernas con ropas largas y con repelente para insectos para protegerse de los mosquitos, y que utilicen condones durante el sexo.

Dicho esto, es posible que los oficiales olímpicos tengan que vender un montón de condones femeninos sin usar en eBay este año. Kalmoe me explica que las historias publicadas en los medios acerca de las fiestas sexuales en la Villa Olímpica no son más que eso: historias.

"Los atletas que vienen a competir a las Olimpiadas no son bárbaros. La Villa es un lugar increíble y único, y para nosotros es todo un privilegio poder alojarnos ahí".