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Identidad

Testimonios de mujeres que fueron agredidas sexualmente en una borrachera

Hablamos con seis mujeres que sufrieron diferentes tipos de abusos por parte de personas que se aprovecharon de su borrachera.
Foto de Rebecca Rütten, vía VICE

Este artículo fue publicado originalmente en VICE Colombia


Hace un tiempo, Teresita Goyeneche publicó un artículo en VICE Colombia sobre cómo Facebook la había censurado por denunciar públicamente, en esa plataforma, a un tipo que la estaba acosando a través de mensajes. El texto empezaba explicando un evento que le había sucedido cuando tenía 16 años: había salido de fiesta, se había emborrachado, terminó acostada en un sofá y varios tíos, aprovechándose de su medio inconsciencia momentánea, habían acudido al sofá a darle besos en la boca. "Yo no me olvido de eso, pero nunca lo había contado porque me daba vergüenza 'lo tonta que fui', 'lo irresponsable que fui', 'lo boba que parecía' ahí, como una gallina deshuesada en ese sofá", escribió.

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Estoy segura de que esta situación le suena familiar a más de una. No pocas mujeres han recibido besos, caricias no solicitadas y hasta abusos más fuertes en medio de una borrachera, como si circulara en el aire la idea de que si una mujer está inconsciente, y si hay alcohol de por medio, no es tan grave tocarla, darle un beso, o acariciarla mientras está durmiendo.

"¿Cuál es el mensaje que me está dando a mí la sociedad con tanta permisividad hacia estas cosas? ¿Por qué el otro se siente dueño de mi cuerpo si yo estoy inconsciente?", me decía Teresita por teléfono cuando la llamé para preguntarle cómo fue cambiando lo que sentía con el tiempo y cómo pensaba ahora con respecto a lo que le había pasado cuando era adolescente. Me explicó que, entonces, lo que sentía era vergüenza de ella misma, se sentía avergonzada frente a la gente de la fiesta e incluso frente a los que se acercaron a darle besos. Vergüenza de haberse emborrachado e incluso culpable de sentir que, de alguna manera, le había puesto los cuernos a su novio.

Mi vida sexual se volvió muy difícil: dejé de sentir deseo, sentía asco solo de pensar que me iban a tocar

Según Teresita, la sociedad enseña una y otra vez a las mujeres la importancia de ser recatadas y les inculca una serie de comportamientos que, cuando no los siguen, convierten a las mujeres en "putas" o "cualquieras". "Está claro que cuando una mujer cae en una cosa de este tipo, cuando se pasa con el alcohol y abusan de ella de alguna manera, siente que encaja en el patrón de la mujer que no es respetable porque se ha salido de la norma y no ha tenido control suficiente para evitar que le pasara".

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Ahí entra el sentimiento de culpa. De sentir que el abuso sufrido no es responsabilidad del abusador sino de la abusada por no haber sido suficientemente precavida, por haberse pasado con el alcohol y por no haber tenido la fuerza ni la capacidad de defenderse. La vieja historia de culpar a la mujer en vez de cuestionar las ideas que han parecido conceder a los hombres una serie de derechos especiales sobre ellas.

Hablamos con seis mujeres que sufrieron diferentes tipos de abusos por parte de personas que se aprovecharon de su borrachera. Los nombres de todas han sido cambiados.

Sofía - 25 años

Una noche salí a tomar unas copas con mis amigas. Después de hacer un poco de botellón en la calle entramos en una discoteca para encontrarnos con unos amigos de la escuela, que habían ido con sus novias. Poco después de entrar, me sentí absolutamente borracha. Fui al baño a vomitar y recuerdo que la señora encargada de los baños les dijo a mis amigas que yo estaba muy mal y que lo mejor era que me llevaran a la casa. Supongo que tenían muchas ganas de fiesta, porque cuando salimos del baño decidieron acostarme en un sofá que estaba cerca del lugar en el que estaba nuestro grupo y seguir bailando. Yo cerré los ojos. De vez en cuando, alguno del grupo se acercaba a ver cómo estaba. Sentía y oía todo, pero no podía hablar.

Él dijo: "deberíamos agarrarle las tetas" y ninguno de mis amigos dijo que no

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En estas se acercó uno de mis amigos más cercanos con su novia y empezaron a burlarse de mí con otros amigos que también me estaban mirando. Él dijo: "deberíamos agarrarle las tetas" (o algo por el estilo) y ninguno de mis amigos dijo que no. Su novia solo repetía: "ay no seáis así, dejadla en paz", pero igualmente estaba muerta de la risa. El tío me las cogió, yo quería decirle que no, que eso estaba mal, que me incomodaba y que no tenía por qué hacerlo, pero no me salían las palabras. Así que tuve que quedarme ahí aguantando hasta que se cansaron de joder.

Aquello se quedó en esa noche. Nunca he hablado del tema con él. Creo que cuando pensé en eso años después me di cuenta de que era más grave de lo que me pareció en aquel momento.

Andrea - 23 años

Tenía como 16 o 17 años. Estábamos en una fiesta en una casa con un grupo de amigos y yo bebí muchísimo: me tomé una botella de tequila con una amiga y luego fumamos maría. Me cogí un pedo terrible, mi amiga me cuidó, vomité… Estaba súper mal. Al final estaba casi inconsciente, así me acostaron en una cama.

Entonces noté que alguien se me acostaba al lado. Era un tío, pero en ese momento no supe quién. Empezó a acariciarme y a tocarme. Yo no podía ni moverme de la borracha que estaba. Yo creo que él estaba borracho pero no tanto como yo. Lo único que hice fue quedarme muy quieta, pegarme a la pared y no reaccionar. Finalmente se aburrió y se fue.

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Luego supe quién había sido: era un conocido del grupo de amigos de esa época. Pero yo nunca hablé con él, ni con nadie; solo se lo conté a una amiga. Sentía y siento en general que la gente tiende a juzgar mucho. De hecho algunos amigos me dijeron que tenían una imagen distinta de mí y me pegaron la bronca por haberme emborrachado. A ellos sí los mandé a la mierda porque me parecía muy contradictorio: yo a ellos los había visto millones de veces así, o peor, y los había cuidado. Esa era la primera vez que yo terminaba así, y tengo la sensación de que todas sus críticas fueron porque yo era una mujer.

Natalia - 24 años

Cuando estaba en la universidad salí una tarde a tomar algo con unos amigos. Eso fue hace como dos años. Éramos cuatro: dos amigos, una amiga y yo. Ellos dos no estaban bebiendo tanto, pero nosotras sí. Después de un rato ya estábamos muy borrachas. A mi amiga le molaba uno de ellos, así que empezó a medio jugar con el cuento de darnos besos. Mi amiga terminó dándose un beso con el que le gustaba y yo terminé dándome un beso con el otro amigo.

Al rato decidimos salir del bar y cogimos un taxi. Ahí ya no recuerdo bien cómo fueron las cosas. El caso es que terminé bajándome en la casa del amigo con el que me había estado besando. Lo siguiente que recuerdo es que estábamos en su cuarto y él se bajó los pantalones y me dijo: "Mira, tú nunca has visto una. Puedes tocarla". Todo es súper borroso pero sé que en algún punto me preguntó si estaba segura y yo sólo asentí con la cabeza. Lo siguiente que recuerdo es que me estaba doliendo mucho y me lo quité de encima, como si ya hubiéramos acabado, pero no sé exactamente qué pasó.

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Me dijo que tenía fotos de mí desnuda de ese día y que las iba a publicar

Al día siguiente me levanté a las 7:00 de la mañana en su casa, sin ropa. Él estaba en otra habitación. Le desperté, me abrió la puerta de su casa y me fui. Después de aquello yo me sentí muy mal. Era raro porque yo sentía que en parte había sido mi decisión, porque asentí, pero yo estaba demasiado borracha y él estaba sobrio. Realmente no sé si lo que pasó fue mi decisión. Creo que estaba en un estado de embriaguez en el que no era consciente de las cosas. Estuve seis meses muy cabreada y decepcionada conmigo misma.

Al tiempo me fui a estudiar fuera del país y él me llamó un día. Empezamos a hablar, yo le dije algo que le molestó y me empezó a decir cosas como "cómemela". Luego me dijo que tenía fotos de mí desnuda de ese día y que las iba a publicar. Lo último que hizo fue mandar a un chat de grupo, con gente que no viene al caso, un meme súper agresivo hacia mí. Después de eso dejé de hablar con él.

Desde que pasó eso no volví a beber de la misma forma y jamás me volví a permitir llegar a ese punto de inconsciencia. Ahora tomo otras precauciones y prefiero estar con alguien cuando no haya bebido.

Camila - 37 años

A los 20 años tenía un amigo muy cercano al que había conocido tres años antes. Los dos consumíamos alcohol y drogas y nos teníamos mucha confianza, no solo de contarnos cosas sino de cuidarnos cuando íbamos muy pedo.

Un día, un jueves (no se me olvida), salí de la universidad y me fui a tomar algo con él. Lo último que recuerdo es que nos subimos a un autobús y empezamos a beber. No sé si la bebida tenía algo, pero ahí ya no sé qué pasó. Lo siguiente que recuerdo es que me desperté y lo vi a él apartándose de encima de mí. Le pregunté qué estaba pasando y recuerdo pensar: "bueno, al menos llevaba condón". Esa fue la imagen. O sea, algo había pasado. Yo creo que me desperté cuando él salió de mí.

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Me quedé dormida de nuevo y cuando volví a despertar me di cuenta de que tenía la camisa subida y el vaquero desabrochado. Estábamos en casa de él, me levanté y fui a pedirle explicaciones. Él se mantuvo en silencio. Le pregunté si a él no le parecía que eso era una violación, porque yo no estaba consciente. Una cosa es cuando uno tiene sexo voluntario habiendo bebido, porque sabe lo que está haciendo, y otra muy distinta es que uno esté dormido, sedado o en un viaje raro y que luego ni se acuerde de lo que pasó.

Él me dijo que eso era una violación y que yo era imbécil por seguir hablándole

Él nunca lo admitió ni lo negó. Seguí hablando con él, pero la relación cambió mucho; ya no salíamos con tanta frecuencia. Yo en ese momento tenía novio y se lo conté. Él me dijo que eso era una violación y que yo era imbécil por seguir hablándole. Y la verdad es que tenía toda la razón. Dos meses después rompí con mi novio, a raíz de eso. La confianza se había perdido.

Unos años después mi amigo empezó a ir a rehabilitación porque su problema se había agravado mucho y antes de irse le dejaron despedirse de dos personas. Me llamó, nos vimos, se despidió de mí y me dio como el informe del psicólogo o del psiquiatra. En el informe decía que había violado a una amiga. Esa fue su manera de decirme que sí había pasado algo.

Yo no sé por qué seguí siendo su amiga después de lo que pasó. Tal vez no quería creer que había pasado, o quería perdonarlo. Creo que era tal vez la inmadurez de la edad. No sé.

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Después de eso me volví un poco asocial y dejé de confiar en las personas. Y aún hoy sigo siendo bastante desconfiada. Actualmente cuando bebo soy súper precavida. Si quiero beber lo hago en mi casa.

Aunque yo siento que, de alguna forma, he superado lo que pasó, esas cosas son dolorosas y tristes. Además, aquello me hizo ser lo que soy hoy. Creo que a veces uno es noble y cree que los demás también lo son y que tienen buenas intenciones, pero no es así. Pienso que todos debemos ser prevenidos y cuidar mucho de nosotros mismos. Y aunque a veces esas cositas como que rasguñan por dentro, yo creo que debemos intentar pensar en quiénes somos en el momento actual y decir como, "bah, ya pasó, es parte de mi vida, qué le vamos a hacer".

Juliana - 25 años

Cuando cumplí 23 años me fui con unos amigos de la universidad a tomar chupitos en un bar para celebrarlo. Todos éramos conocidos y después de beber un rato salimos y nos fuimos para mi casa. Cuando estábamos allí llegaron unos compañeros de mi hermano que había visto pero que en realidad no conocía bien. A ver, yo estaba en mi casa, en teoría todo era seguro, así que empecé a aceptar las bebidas que ellos me ofrecían. Al final ya estaba muy borracha, al punto de vomitar. Mi hermano me llevó a su cuarto y luego volvió a la fiesta.

Al día siguiente desperté sin pantalones y sin ropa interior. Luego recordé que había tenido un "sueño" en el que me quitaban los pantalones; yo lloraba e intentaba pelear pero no podía hacer nada por la borrachera. Cuando me vi así, sin ropa, me di cuenta que no había sido un sueño. Me sentí desesperada. Intenté acordarme de la cara de la persona pero no pude.

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Desde aquel día no volví a excederme con la bebida y en realidad bebo muy ocasionalmente

Se lo conté a mi madre y a mi hermano, pero me dijeron que tal vez había sido solo un sueño y que a lo mejor, en medio de la borrachera, yo misma me había bajado el pantalón. Yo sabía que no era así. Me dolía todo el cuerpo. En ese momento intenté no pensar en aquello y me fui a dar una ducha.

Dos días después fui al médico para saber si tenía algún signo de abuso. Me dijeron que después de dos días y después de haberme bañado no se podía saber exactamente qué había pasado. Lo que sí pudieron ver era que tenía lesiones en la zona genital.

Después de aquello no fui a clase durante muchos días. Lloré muchísimo y me daba rabia no poder acordarme de quién había sido, o de qué me habían hecho exactamente. Mi vida sexual se volvió muy difícil: dejé de sentir deseo, sentía asco solo de pensar que me iban a tocar y cuando iba a estar con alguien pensaba en eso y solo podía llorar. En aquel momento tenía novio, pero a él nunca le conté nada porque sabía que me juzgaría. Mi relación con él cambió y decidí dejarle.

Actualmente intento no pensar en eso, prefiero creer que sólo fue un sueño. Desde aquel día no volví a excederme con la bebida y en realidad bebo muy ocasionalmente. Ahora, cuando hay personas en mi casa, en alguna reunión, siempre cierro la puerta con pestillo. Es algo que trato de dejar en el pasado, pero creo que en realidad nunca se puede olvidar la impotencia de saber que te hicieron algo y de que, por no estar en plenas facultades, no pudiste hacer mucho para evitar que te hicieran daño.

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María - 47 años

Hablar de esto es muy difícil para mí, no me siento cómoda. Me pasó cuando tenía más o menos 38 años.

Había un hombre que era muy cercano a mi familia; había sido el marido de una prima y, aunque ya no estaba con ella desde que mi hermana y yo éramos pequeñas, siguió siendo muy cercano a nosotras. Cuando yo tenía 15 años nos quedamos huérfanas y él siempre estuvo muy pendiente de nosotras. Él es unos 20 años mayor que yo más o menos. Luego crecimos, nos casamos, tuvimos hijos y él siguió ahí, pendiente de los niños. Siempre hubo con él una especie de amistad.

Cuando yo tenía como 28 años el tío empezó a insinuarse y a pedirme que tuviera algo con él. Me decía que saliéramos, que su nueva esposa tenía cáncer y que él quería algo conmigo. Yo siempre le dije que no. Luego hubo una época en que empezó a frecuentarnos más, me decía que nos fuéramos a tomar algo y a bailar, pero como amigos. Por esa época él estuvo muy pendiente, me acompañaba, me llevaba y me traía, y después de insistirme varias veces acepté y le dije que fuéramos a tomar algo.

Yo le dije que él me había echado algo en la cerveza, pero lo negó todo

Nos fuimos a un bar, empezamos a beber y luego el tío trató de manosearme. Yo le paré, le dije que no siguiera, que era como de la familia y yo no tenía ningún interés en estar con él. Él aceptó, me dijo que tenía razón y que ya podía quedarme tranquila. Ahí yo me calmé. Hacia la medianoche le dije que me iba a ir porque tenía que madrugar al día siguiente. Él me dijo que bueno, pero que cogiéramos un taxi y él me dejaba en casa. Yo acepté, le dije que iba a ir al baño y que nos fuéramos después.

Cuando volví del baño había otra cerveza en la mesa. Me dijo que nos tomáramos otra y después nos iríamos. Yo estaba bien, nunca bebo mucho y jamás me emborracho. Recuerdo que me tomé la cerveza y empecé a sentirme muy mareada. Cuando todavía estaba medio consciente le pregunté si le había echado algo a la bebida y él me respondió que no, que cómo se me ocurría. Lo negó todo. Luego empecé a ver todo nublado y lo último que recuerdo es que estaba de pie en la calle, con él, y que me estaba riendo mucho. Estaba más alegre de lo normal. Luego él paró un taxi pero no recuerdo qué le dijo él al taxista. Lo último que recuerdo es sentirme muy mal y estar sentada en el taxi.

Me desperté al día siguiente a las 8:00 de la mañana. Estaba desnuda y él estaba a mi lado, desnudo también, durmiendo. Lo desperté y empecé a insultarle. Le pregunté, gritando, que qué me había hecho. Me respondió que no había hecho nada y me dijo que todo lo que habíamos hecho había sido de mutuo acuerdo. Yo le dije que él me había echado algo en la cerveza, pero lo negó todo. Ese hombre es tan despreciable y cínico que me preguntó que si acaso no me acordaba de todo lo que yo le había hecho esa noche, que yo estaba muy excitada y que se la había mamado como nadie lo había hecho antes.

Luego salí de ahí y el tipo salió conmigo, tan campante, como si nada hubiera pasado. Después de eso no volví a hablar con él, aunque durante un tiempo siguió viniendo casa, como a estar pendiente de mis hijos, pero yo le evitaba, no quería tener nada que ver con él. Después empecé a salir con alguien y al tiempo se volvió una relación seria. En ese momento el tipo desapareció.

En su día aquello me afectó mucho. Me sentía asquerosa. Sentía todo el cuerpo dolorido. Me angustiaba y me daba rabia no saber qué había pasado y qué cosas me habría obligado a hacer él. Durante un año no se lo conté a nadie y después se lo conté a una amiga, que es la única persona que sabe lo que me pasó. Ella me dijo que por qué no había dicho nada antes, pero a mí me daba vergüenza que eso me hubiera pasado ya a esa edad. Me sentía mal de que me hubiera pasado eso por estúpida, por aceptar su invitación. Yo solo quería tomarme una cerveza y bailar.

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Denuncia otros abusos contactando directamente con la autora o escríbele un mail tania.tapia@vice.com