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Identidad

Nace la primera agencia de perros influencers

Hablamos con Loni Edwards, fundadora de The Dog Agency, sobre qué hace falta para ser una dogfluencer de prestigio contratada por una potente marca.
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En Instagram abundan las fotos de perritos fotogénicos —entre otros muchos animales— así que los fotógrafos profesionales están llevando las fotos y los vídeos de perros monísimos hasta extremos exquisitos. Entre muchos, muchos otros perros, gatos, reptiles y roedores maravillosos, yo sigo a los caniches toy japoneses, todos ellos con mucho mejor pelo que yo, y a una chihuahua que con frecuencia posa como si estuviera a punto de subir a un tren, con un sombrero de paja de ala ancha que le da cierto aire de mujer que huye de su desastroso aunque vagamente glamouroso pasado, otras veces es una marinera al mando de un buque militar y otras una chef de sushi. En sus fotos (o en las de cualquier otro perrito mono que me toque la fibra) etiqueto a mi novio y él hace lo mismo conmigo. Este ritual se ha convertido en algo habitual en nuestra relación y en un acto de integración en la comunidad. Esta ansia por tener una conexión compartida puede manifestarse por ejemplo en forma de mutuos "¡Oooooh!" ante el vídeo de un bulldog francés que acaba de hacer la croqueta y no es capaz de darse la vuelta solo. Las mascotas de otra gente se han convertido para nosotros en un método de comunicación, entretenimiento y catarsis.

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Pero como sucede con todas las demás cosas de la vida, el regocijo puro que los perritos pequeños con adorables culetes esponjosos pueden aportar no es inmune a la monetización. Loni Edwards, que creó la primera agencia de talento para perros que se centra en canes famosos de Instagram, espera facilitar todavía más el viaje a través de ese proceso. The Dog Agency se autoproclama como "el hogar de los perros más influyentes del mundo". Edwards, cuya perrita Chloe tiene más de 125.000 seguidores en Instagram, conecta a los chuchines más destacados con marcas que les ofrecen contenido patrocinado. Sus clientes caninos han trabajado con decenas de compañías, desde marcas tradicionales de productos para mascotas hasta vendedores de aspiradoras y cadenas hoteleras, pero francamente, a mí no me importa lo más mínimo que se utilicen perritos monos para venderme la mierda que sea. Es imposible saltarse los anuncios, así que si estoy obligada a ver, desplazarme por o hacer clic en alguno de ellos, al menos que sea viendo un adorable Shiba Inu en el proceso. Estoy lista para la llegada de un futuro en el que todos los modelos humanos sean sustituidos por modelos perrunos muy superiores a ellos, todo sea dicho.

Con todo esto en mente, hablamos con Edwards sobre su nueva empresa y sobre qué hace falta para ser una dogfluencer de prestigio contratada por una potente marca.

BROADLY: ¿Cómo se te ocurrió el concepto de The Dog Agency?
Loni Edwards: Mi perrita Chloe también es una celebridad. Cuando llegó a casa solo quería subir fotos suyas a Instagram porque era monísima y me hacía muy feliz, así que pensé que también podría hacer felices a otras personas. Entonces su número de seguidores aumentó rápidamente y varias marcas se pusieron en contacto conmigo. En aquel momento tuve la revelación.

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Llevaba dos años y medio siendo manager de Chloe y poniendo en contacto a otros dueños de perros famosos con las marcas que estaban interesadas en trabajar con ellos y con los medios de comunicación interesados en asociarse con ellos para crear contenidos, de modo que a finales del año pasado empecé a centrarme en serio en este nuevo espacio de mascotas influyentes, que sin duda va al alza. Basándome en todo lo que había aprendido en los dos últimos años y medio, pensé que podría hacer un buen trabajo utilizando mis conocimientos para un buen fin, así que fundé The Dog Agency para lograrlo.

¿Qué tipo de dueño de perro famoso acude a tu agencia? No sé por qué yo había dado por supuesto que la mayoría de personas que tienen una mascota famosa en Instagram gestionan ellos mismos la carrera de su perro.
Bueno, ayudamos en la creación de estrategias, en la planificación a largo plazo y a decidir qué patrocinador es el mejor para cada uno, porque no es bueno aceptar sin más todas las ofertas que van llegando. También sabemos cuáles son las tarifas estándar y cuáles son los looks que más llaman la atención de las marcas. Con nosotros, [los perros famosos] consiguen más oportunidades. La mayoría de dueños tienen empleos a jornada completa y no cuentan con el tiempo suficiente para comprobar el correo y llevar la cuenta del número de seguidores, así que nosotros hacemos todo ese trabajo por ellos. Nos ocupamos de establecer todos los contactos y de manejar la facturación para que lo único que tengan que hacer los propietarios sea crear contenidos, que es la parte más divertida.

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Por otra parte —la parte de agencia que dedicamos a las marcas—, también trabajamos con nuestros clientes para sugerirles cuáles son los mejores perros para ellos. En lugar de intentar adivinar quiénes son todos los perros famosos —¿será macho o hembra?, ¿sus dueños me responderán rápidamente?— las marcas pueden acudir directamente a nosotros.

Depende de cada marca. Muchas veces buscan perros que tengan determinada cantidad de seguidores en determinado sector demográfico. En general, las marcas tienden a buscar perros que tengan entre 100.000 y 300.000 seguidores y otras veces se basan en la ubicación. Actualmente estamos trabajando en un vídeo cómico para uno de nuestros clientes que andaba buscando "perritas hembra fabulosas que vivan en la ciudad de Nueva York", lo cual es una solicitud bastante específica. En realidad todo depende de cada proyecto.

Muchas marcas están empezando a ver el valor que supone asociarse con perros. Son fieles, fiables, adorables y el contenido que se crea con ellos posee la capacidad innata de volverse viral.

¿Crees que los perros que aparecen en Instagram tienen más repercusión que los influencers humanos?
Sí, por supuesto. Si una bloguera sube una foto llevando determinada ropa puede que obtenga algún like, pero si un perro hace algo divertido, tonto o gracioso, todo el mundo etiqueta a sus amigos.

¿Cuáles son las tarifas que puede manejar un perro con una cantidad considerable de seguidores?
Pues varían mucho. Un perro con 100.000 seguidores podría llegar a ganar entre 1.000 y 2.000 dólares como media, pero también depende de la complejidad del proyecto. Las tarifas son las mismas que las de los influencers humanos y se basan en la cantidad de seguidores que tengan. No se hacen distinciones porque se trate de perros.