FYI.

This story is over 5 years old.

Identidad

¿Qué hacer en una entrevista de trabajo si te piden que enseñes los pies?

Un grupo de chicas periodistas denunció que durante una entrevista de trabajo para un blog gastronómico les hicieron preguntas personales y les pidieron que enseñaran los pies.
IMAGEN DE SEAN LOCKE VÍA STOCKSY

"No hablamos de trabajo ni un solo momento, todo el rato se iba del tema y no dejaba de mirarme los pies, y yo pensaba ¿qué le pasará con mis pies?". Este es solo uno de los muchos testimonios que estos días asoman por el grupo cerrado de Facebook "Agenda Periodistes". Normalmente se trata de un espacio dedicado a profesionales de la comunicación donde los usuarios cuelgan ofertas de empleo, artículos de interés o talleres. Pero la pasada semana una publicación fue el foco de atención.

Publicidad

Una joven de 23 años, recién graduada en Periodismo, publicó un post en el que aseguraba haber recibido un trato algo turbador durante una entrevista de trabajo para un supuesto blog gastronómico. "El primer día ya te hace preguntas del tipo sexual", rezaba su escrito. El melón lo abrió ella, Nuria. Pero al cabo de minutos, al post le seguía un hilo de comentarios con más de 60 mensajes en los que otras chicas aseguraban haber vivido experiencias similares con la misma persona, un hombre de unos 60 o 70 años, responsable de la publicación Catalunya Gastronómica. El perfil de candidata siempre es el mismo: chica joven, recién graduada, de entre 21 y 25 años.

"Yo también hice entrevista con él, en su casa, y me hizo preguntas muy personales y también me miró los pies y me dijo que se los enseñara", agrega otra. "Para empezar, la entrevista era en su casa, cosa que me resultó rara, no me hizo nada sexualmente hablando, aunque sí recuerdo preguntas muy personales como si tenía novio. Me fui porque me pareció todo muy extraño", señala otra.

Raquel, de 22 años, acudió a la entrevista con este hombre hace solo una semana. La citó en su domicilio, algo usual a tenor de lo que explican todos los testimonios consultados por Broadly. "Un espacio nada adaptado ni que se asemeje a una redacción. Es más bien una casa de estilo antiguo", explica Raquel. "Ya el primer día me hizo preguntas muy personales, como si tenía novio". La entrevista fue escueta, la contrató sin entrar en detalles de condiciones ni salario y la citó para el día siguiente con algunos deberes. Raquel volvió al día siguiente con un escrito en el cual argumentaba cómo vendería un publireportaje de la revista a un restaurante interesado. Pero la entrevista del segundo día pronto se convirtió en una nueva tanda de preguntas íntimas.

Publicidad

Estaba a punto de acabar la universidad y buscaba desesperadamente un trabajo para poder encaminar mi futuro

"Me corrigió los deberes en 5 minutos y yo le empecé preguntar cuestiones sobre condiciones y salario, pero él desvió el tema. Ese día casi no hablamos de trabajo. Hablaba mirándome los pies y de pronto me soltó que tenía los pies egipcios. Como iba con sandalias empezó a mirarme los pies y a analizarlos y me dijo que los pies reflejaban las personalidad y que, una día, si yo quería, me lo podía analizar con más calma", razona. También le hizo comentarios de otras de las redactoras —"todas mujeres", según coinciden varios de los testimonios— e incluso le llegó a asegurar que una de sus compañeras "tuvo un orgasmo con uno de sus masajes" y que "había descubierto que tenía el punto G en los pies gracias a la reflexología que él le había enseñado ".

"Intentó pasarme el brazo por la espalda el segundo día, pero yo me aparté, y él me dijo que me tranquilizara, que solo estaba mirando mi sensibilidad. También me preguntó si había tenido relaciones bisexuales", apunta otro de los testimonios.

Ese fue el segundo y último día de Raquel en ese trabajo, su primer contacto con el mundo laboral. Para Judit, de 23 años, la experiencia fue similar. "Estaba a punto de acabar la universidad y buscaba desesperadamente un trabajo para poder encaminar mi futuro", explica a Broadly. Durante el mes que trabajó para esta revista vivió todo tipo de situaciones incómodas que apelaban a sus relaciones personales y, de nuevo, incidían en la reflexología y los pies. "Me pidió que le enseñara los pies, ya que decían mucho de la personalidad de la gente", argumenta. Le dijo que no.

Publicidad

"Cuando repaso las conversaciones que tuvimos me arrepiento de haber sido tan ingenua, al fin y al cabo él estaba en una posición más elevada que yo, y sabía muy bien su carta de poder", explica.

Broadly ha contactado con Leandro, responsable de la revista, que ha tildado de "malentendido" toda esta situación. "En más de 30 años ejerciendo esta profesión nunca he tenido ningún problema. Quizás se ha malinterpretado alguna conversación que he tenido con las chicas o se ha sacado fuera de contexto en las redes sociales. Pero mi intención no era vulnerar su intimidad", ha argumentado. Considera que es normal que se invite a alguna de las chicas a eventos gastronómicos –"es parte del trabajo", argumenta– y habla de la reflexología "como un tema que siempre me ha interesado, curioso, pero sin más. No le doy más importancia", añade.

La oferta de empleo ha sido retirada del portal Primer Empleo, donde fue vista en todas las ocasiones. Algunas chicas aseguran haber denunciado la oferta a la web aunque desde el portal informan que no tenían constancia hasta hace unos días. "Siempre damos de baja automáticamente al usuario cuando detectamos que se está dando alguna anomalía", afirma Primer Empleo a Broadly. El Col·legi de Periodistes, por su parte, ha derivado el caso un asesor para que lo investigue.

Es incómodo y es intrusivo, pero no es delito

Son muchas las que han denunciado este suceso en el grupo de Facebook. Sin embargo, ninguna de ellas se atreve a dar el paso a la policía. "No me quiero meter en follones", afirma una; "no creo que sirva para nada, es mi palabra… contra la suya", agrega Nuria, la misma joven que activó el debate. Precisamente este tipo de conductas, socialmente normalizadas, en las que un jefe o entrevistador se sobrepasa con preguntas que están fueran del ámbito laboral son tristemente comunes en muchos ambientes de trabajo. Que te pregunten si tienes novio o que comenten tu ropa como si fuera un tema a tratar no es nada nuevo. La idea de que la intimidad, el cuerpo de la mujer, es bien público u objeto de debate se enmarca dentro de unas conductas sociales muy instaladas y patriarcales. En el trabajo se aplaude —o se ignora— al hombre que te piropea en público, al corrillo que te avasalla en el ascensor y al jefe o compañero que te pregunta constantemente aquello de "¿Qué? ¿Y tú aún no lo has dejado con el novio?". Nadie hace ni dice nada porque "es lo normal".

Recientemente un artículo de S Moda denunciaba justamente el acoso que sufren muchas periodistas en las redacciones de periódicos, especialmente notorio cuando se trata de becarias. En estos casos el "abuso de poder" es flagrante y se aprovechan de la ilusión, la novedad y la falta de experiencia de los primeros empleos después de acabar los estudios.

Publicidad

Para Isabel Elbal, abogada y colaboradora en Contrapoder, se trata de la "típica entrevista en la que el entrevistador se ve con la cobertura legal para hacerlas, pero realmente supone una invasión a la intimidad en toda regla. No tiene nada que ver las preguntas que les está haciendo con el puesto que aspiran, incluso aunque el puesto fuera vender zapatos", argumenta. Elba insiste en que la mejor forma de evitar que estas situaciones se siguen reiterando es ponerlo en conocimiento de la policía mediante una "denuncia conjunta".

No tiene nada que ver las preguntas que les está haciendo con el puesto que aspiran, incluso aunque el puesto fuera vender zapatos

"La grabación de una entrevista está permitida y se puede utilizar como prueba. Grabar una conversación en la que tú has participado es legítimo, lo que no es legítimo es grabar una conversación que viene de fuera", añade. A pesar de que no cree que encaje en ningún delito penal, cree que este tipo de preguntas sí encajarían en una "infracción de otro tenor", en tanto que el mero hecho de hacerlas ya supone una grave invasión a tu intimidad y a la integridad personal y profesional. "Que te haga este tipo de preguntas ofende en sí mismo, porque supone un trato denigrante, da igual que el puesto que aspiras sea a banquera o cajera en un supermercado", justifica.

Para Silvia Barrera, inspectora de la Policía Nacional, parece claro que tampoco habría delito aunque son un tipo de preguntas que no deberían ser preguntadas nunca en el marco de una entrevista. "Sin embargo, este tipo de cuestiones entre personas mayores de edad, en las que no hay coacciones ni amenazas, no se pueden enmarcar en ningún supuesto delictivo. El código penal no pena la intencionalidad, solo la acción. Y en este caso no parece haber ninguna acción". Desde la Policía Nacional destacan que frente a estas preguntas, la persona es libre de contestar o no.

"Si tienes una mala experiencia en una entrevista y realmente te vas sin el trabajo y sin ganas de tenerlo y con la sensación de que este tío ha querido pasar un buen rato contigo, creo que en todo caso lo mínimo es hacerlo público", concluye Elbal.