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Identidad

Conmoción en Turquía tras la violación y el asesinato de una activista trans

Tras la horrible noticia de la violación y el asesinato de la activista transexual turca Hande Kader, cientos de personas salieron a la calle a protestar. Hablamos con quienes luchan por la igualdad de LGBT en Turquía sobre la situación de violencia...
Image by Ozan Kose via Getty Images

La última vez que sus amigos vieron a la activista y trabajadora sexual de 23 años Hande Kader fue cuando se subía al coche de un cliente desconocido. Días más tarde, su cuerpo fue identificado en una morgue de la ciudad; la habían violado y después la habían quemado hasta la muerte.

Kader, que era una voz prominente dentro de la comunidad LGBTQI de Estambul, fue filmada y fotografiada enfrentándose a la policía en el desfile del Orgullo Gay de Estambul en junio de 2015. Una fotografía —la de una Kader angustiada mientras se la lleva la policía— ha circulado ampliamente en las redes sociales tras su muerte. Otro vídeo, grabado en la misma protesta, muestra a Kader y a otra activista encañonadas con chorros de agua y pelotas de goma mientras una multitud corea consignas tras ellas.

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En una entrevista a la BBC, el compañero de piso de Kader, Davut Dengiler, la describió como "una de las mejores personas del mundo. Normalmente era muy tranquila, pero también hiperactiva. Siempre iba a las manifestaciones pro LGBTQI. Luchó por una causa que consideraba justa hasta el final".

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La trágica ironía de que esta activa defensora de los derechos de LGBTQI haya sido ella misma víctima de un terrible crimen de odio no ha pasado desapercibida entre la comunidad de activistas de Turquía. El pasado jueves, una coalición de activistas celebró una rueda de prensa en la que solicitaba al Parlamento turco que hiciera más por defender los derechos de las personas transgénero. En un manifiesto, los activistas exigían "justicia para todos los que han perdido la vida por ser mujer, transexual o gay".

La noche del 21 de agosto, cientos de manifestantes respondieron a este llamamiento. Se reunieron más de 200 personas, según información de Al Jazeera, para recorrer la Avenida Istiklal de Estambul en una marcha pacífica. Llevaban carteles que decían "Justicia para Hande; Justicia para Todos". Mientras tanto, el hashtag #HandeKadereSesVer (que significa "somos la voz de Hande Kader") fue trending topic en Twitter.

— Auri in Wonderland♀ (@RosaKittieChaos)August 20, 2016

La violencia contra las trabajadoras sexuales, las mujeres y el colectivo LGBT como Kader es por desgracia bastante común. El mes pasado, el refugiado gay sirio Muhammed Wisam Sankari fue violado y asesinado en Estambul. Según el organismo Transgender Europe, se han cometido más asesinatos de personas transgénero en Turquía que en cualquier otro lugar de Europa, con 43 muertes entre 2008 y abril de 2016. Sin embargo, con toda probabilidad muchas muertes no se denuncian.

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"El asesinato de personas trans no es una noticia que nos sorprenda aquí en Turquía", afirma Sinem Hun, una abogada especializada en derechos de personas transgénero que trabaja en Ankara. "Algunos se denuncian, pero otros no". Explicó a Broadly que oye hablar de unos tres o cuatro casos que implican violencia contra mujeres trans al mes.

Aunque sobre el papel las personas trans gozan de numerosos derechos legales en Turquía, Hun explica que el sistema judicial con frecuencia desestima el código penal. "El problema no son las leyes turcas, sino su aplicación y la mentalidad de los jueces. Algunos jueces pueden llegar a ser bastante transfóbicos". Afirma que debería educarse mejor a los jueces y abogados para que no existan mentalidades transfóbicas a nivel institucional y para que la ley turca reconozca los crímenes basados en la identidad de género y la orientación sexual.

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Hun también destaca el hecho de que el Artículo 40 del código civil turco exige que las personas transexuales sean esterilizadas como parte obligatoria de su política de reasignación de género. "Esto constituye una violación de los derechos humanos básicos", me explica. Además, el proceso de reconocimiento legal puede tardar hasta cinco o seis años.

Mientras tanto, algunos grupos islamistas radicales fomentan el odio contra los grupos LGBTQI. "El verano pasado, después de los desfiles del Orgullo, varios grupos islamistas publicaron declaraciones terribles en las que animaban a asesinar personas LGBTQI".

Según Hun, la violencia a la que se enfrentan las mujeres trans turcas a menudo las empuja a la prostitución. "Es casi obligatorio", explica Hun. "[Las trabajadoras sexuales trans] carecen de educación, por lo que no pueden encontrar trabajos fácilmente; además, la elevada transfobia en este país les impide conseguir empleo". Según los cálculos de Hun, en torno al 60 % de las mujeres trans se dedican al trabajo sexual.

¿La solución? "Necesitamos una política holística que permita luchar contra los crímenes de odio y los crímenes contra personas transgénero", argumenta Hun.