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Identidad

Los métodos anticonceptivos pueden hacerte sentir miserable

El primer gran estudio sobre la relación entre los métodos anticonceptivos y el bienestar descubre que la píldora anticonceptiva afecta de forma negativa en la calidad de vida de las mujeres.
Photo by Kayla Snell via Stocksy

El primer estudio aleatorizado a gran escala sobre cómo repercuten los métodos anticonceptivos en el bienestar personal ―llevado a cabo por el Karolinska Institutet de Estocolmo, Suecia, y publicado este mes en el diario Fertility and Sterility (Fertilidad y esterilidad) se suma al número creciente de textos que se están publicando sobre los largamente ignorados efectos secundarios de los métodos anticonceptivos. El estudio descubrió que la píldora anticonceptiva afecta de forma negativa en la calidad de vida de las mujeres.

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Hasta ahora tampoco resultaba difícil encontrar pruebas "no oficiales" de este fenómeno. Según los Centros Norteamericanos Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), en torno al 62 por ciento de las mujeres emplea algún tipo de anticonceptivo. Pero algunas mujeres han descubierto que las píldoras anticonceptivas simplemente no son para ellas ―se ponen melancólicas, se vuelven fácilmente irritables e incluso contraen depresiones clínicas— y optan por alternativas no hormonales.

Kate Sloan, una mujer a quien recetaron Aviane, un método anticonceptivo hormonal conocido como la píldora combinada, ya habló anteriormente con Broadly sobre el descenso de su productividad cuando lo estaba tomando. "Antes del anticonceptivo, solía componer tres canciones al mes", dijo. "Pero solo escribí unas cuatro o cinco durante los tres años y medio que estuve tomando la píldora". Transcurridos dos meses desde que empezó a tomar los anticonceptivos, afirma que apenas podía salir de la cama para ducharse o comer porque se sentía terriblemente mal.

Las investigaciones han tardado mucho en confirmar los aspectos negativos de lo que experimentan las mujeres cuando toman anticonceptivos orales. El año pasado, un estudio poblacional publicado en JAMA Psychiatry descubrió un vínculo entre los anticonceptivos hormonales y la prescripción por primera vez de antidepresivos.

Aunque los investigadores del Karolinska Institutet no encontraron ningún incremento de los síntomas depresivos en las mujeres que tomaban anticonceptivos, sí descubrieron que las mujeres que recibieron la píldora anticonceptiva consideraban que su calidad de vida era inferior que las que recibieron placebos.

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Para el estudio de doble ciego, se administró a 340 mujeres de entre 18 y 35 años o bien píldoras anticonceptivas que contenían etinilestradiol y levonorgestrel, una de las píldoras combinadas más comunes (su nombre de marca es Aviane, la misma que recetaron a Sloan), o un placebo durante un período de tres meses.

Para reunir información de referencia, las participantes rellenaron dos encuestas sobre síntomas relacionados con el bienestar general y la depresión antes de comenzar el estudio. La encuesta que medía el bienestar general evaluaba los siguientes síntomas: "ansiedad, estado de ánimo depresivo, bienestar positivo, autocontrol, salud general y vitalidad". La encuesta sobre la depresión medía 21 síntomas depresivos, entre ellos tristeza, sensación de fracaso, insatisfacción, culpa, llanto, aislamiento social y pérdida de peso. Finalmente 332 mujeres completaron la recolección de datos.

Los investigadores descubrieron que tanto la calidad general de vida ―junto a otros aspectos como el bienestar, el autocontrol y el nivel de energía― se veían negativamente afectados por el anticonceptivo. Sin embargo, no vieron un incremento significativo de los síntomas depresivos.

"Vimos que el 35 por ciento de los grupos con AO [anticonceptivo oral] y placebo sentían una perturbación entre moderada y grave de su bienestar general en el punto de partida, mientras que el 7 por ciento de los grupos con AO y placebo padecían síntomas depresivos graves", escriben los investigadores en el estudio. "Después del tratamiento, el 44 por ciento del grupo con AO y el 38 por ciento del grupo con placebo sentían una perturbación entre moderada y grave de su bienestar general, mientras que el 7 por ciento del grupo con AO y el 7 por ciento del grupo con placebo padecían síntomas depresivos entre moderados y graves".

Los investigadores señalan que los cambios en el bienestar son pequeños y que un estudio con un marco temporal más prolongado podría arrojar resultados diferentes, ya que está documentado que los efectos adversos se disipan con el tiempo. Pero esa carga que soportan las mujeres cuando tratan de gestionar su salud reproductiva es muy importante. Diversas investigaciones han demostrado, según indica el estudio, que hasta el 60 por ciento de las mujeres que toman anticonceptivos hormonales dejan de hacerlo o lo hacen de forma irregular. Y los efectos secundarios negativos podrían jugar un papel en esto, según los investigadores.

"En algunos casos, esta podría una causa que contribuye al uso irregular de la píldora anticonceptiva", afirmó Niklas Zethraeus, profesor adjunto que trabajó en el estudio. "Deberíamos prestar atención a este posible deterioro de la calidad de vida y tenerlo en cuenta a la hora de recetar píldoras anticonceptivas y a la hora de elegir un método anticonceptivo adecuado".