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Identidad

¿Es este el lugar más peligroso para ser mujer periodista?

Una reportera fue estrangulada hasta la muerte en su apartamento, otra fue asesinada de un disparo en su coche. En México, las mujeres periodistas se enfrentan a la constante amenaza de la violencia.
A photographer in Mexico on International Women's Day. All photos by Andalusia Knoll Soloff

En abril de 2012, la periodista de investigación mexicana Regina Martínez fue hallada muerta en su apartamento de Xalapa, la capital del estado costero de Veracruz. Había sido estrangulada hasta la muerte.

Cinco años más tarde, trabajar como periodista en México ―especialmente si eres mujer― sigue suponiendo un enorme peligro.

Martínez había escrito ampliamente sobre los vínculos entre el gobierno local y el crimen organizado para la revista mexicana Proceso. Cabría pensar que el trabajo de Martínez podría haber ofrecido la clave de la investigación criminal sobre su muerte, pero en lugar de ello el fiscal estatal lo describió como crimen pasional cometido por un amante y como prueba esgrimió que ella tenía maquillaje y perfume en su casa.

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Su supuesto compañero de relación nunca fue hallado. Cinco años más tarde, nadie ha sido condenado por su asesinato y el verdadero motivo tras su muerte sigue sin conocerse (previamente se condenó a un hombre por el crimen, pero su sentencia fue revocada cuando se supo que había confesado el asesinato tras ser torturado).

"Esto es lo que pasa con los asesinatos de mujeres periodistas y defensoras de los derechos humanos en México, se les estigmatiza y los auténticos motivos de sus crímenes jamás son investigados. En lugar de ello, crean estas versiones alternativas centrándose en algo tan cotidiano como el perfume y los cosméticos", afirma Catalina Botero, la anterior Relatora Especial para la Libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Botero habló con Broadly cuando salió a la luz un nuevo informe, Libertad y resistencia, publicado por el grupo internacional de libertad de prensa Artículo 19. El informe documenta la violencia a la que se enfrentan los periodistas en México, así como la condición de impunidad que permite que continúen estos ataques. Tan solo en 2016, Article 19 documentó 426 ataques hacia miembros de la presa. Estos números incluyen 11 asesinatos y 97 ataques cometidos contra mujeres periodistas.

El homicidio de Martínez es solo uno de los ejemplos que se incluyen en el informe, que muestra que existe impunidad en el 99,75 por ciento de los casos de asesinatos de periodistas. La inmensa mayoría de crímenes no reciben castigo. "Este tipo de homicidios son sistemáticos y el caso de Martínez nos permite analizar los fallos estructurales e institucionales que muestran que la investigación no sigue una vía de justicia", indica Ana Ruelas, directora de la oficina para México y Centroamérica de Artículo 19. 14 reporteros han sido asesinados en Veracruz desde la muerte de Martínez, añade, incluyendo la de una compañera de esta última en la revista Proceso.

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Fotos conmemorando a periodistas asesinados durante una manifestación. Regina Martínez está a la derecha

El pasado mes de marzo, Miroslava Breach —otra periodista de investigación— fue asesinada a plena luz del día en Chihuahua. Breach estaba esperando en su coche para llevar a su hijo al colegio cuando los asaltantes le dispararon ocho veces, dejando una nota que atribuía el asesinato a que "era una lenguona (bocazas)". Durante más de 20 años, Breach había informado sobre corrupción, política y crímenes en la región indígena Tarahumara de Chihuahua. Fue la tercera reportera en ser asesinada en el país durante aquel mes.

Dos días después de su muerte, decenas de periodistas se manifestaron en Ciudad de México bajo el lema "No se mata la verdad matando periodistas". Norte, una de las publicaciones de Breach, decidió echar el cierre. El editor Oscar Cantu publicó un titular que decía "Adiós" en su portada final, explicando que ya no podía garantizar la seguridad de sus periodistas: "Todo en la vida tiene un principio y un fin, un precio que pagar. Y si este es la vida, no estoy dispuesto a que lo pague ni uno más de mis colaboradores, tampoco con mi persona". Sin embargo, Ruelas sigue esperanzada con conseguir justicia para Breach, indicando que la oficina del Fiscal General está centrando la investigación en su labor periodística, con la esperanza de que arroje algunas pistas.

Una manifestante en Ciudad de México denuncia los asesinatos de periodistas.

Según Artículo 19 y el CIMAC, una entidad mediática centrada en las mujeres mexicanas, los ataques a mujeres periodistas han aumentado en más del 50 por ciento en los últimos cuatro años. Aunque algunos de ellos comprenden horribles actos de violencia física, muchos de ellos adoptan la forma de amenazas y acoso sexual online, que pueden tener repercusiones muy perniciosas. "Las mujeres participan cada vez más en los espacios cívicos, especialmente en los foros digitales, pero siguen siendo discriminadas y a menudo son amenazadas de muerte o violación", explica Ruelas. Muchas reporteras han recibido tuits con imágenes de hombres armados y cabezas decapitadas por publicar cosas sobre agresiones sexuales y "piropos" callejeros. La periodista Andrea Noel se sintió tan aterrorizada al denunciar una agresión en la calle que huyó temporalmente del país.

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Las mujeres reporteras afirman que también reciben acoso sexual de los oficiales públicos sobre los que informan. Según Artículo 19, el 53 por ciento de los ataques a periodistas proceden de empleados del gobierno. Carmen Pizano no se muestra sorprendida por esta cifra. La periodista de Zona Franca sufrió acoso mientras entrevistaba a un político mexicano acerca de un altercado que mantenía con otro oficial del gobierno.

En respuesta, "me pellizcó repetidamente las mejillas y me llamó nena", explicó Pizano a Broadly. "Mostró una actitud muy misógina hacia mí, básicamente diciéndome que debería dejar de pensar, dejar de hacer preguntas y limitarme a cerrar la boca". Más tarde escribió sobre ese acoso para su publicación e interpuso una queja formal ante la comisión estatal de derechos humanos.

No obstante, muchas periodistas no hablan públicamente sobre violencia o acoso. Botero, la anterior Relatora Especial, indica que el clima de autocensura que reina en México no debería existir bajo un gobierno elegido democráticamente. "La prensa está completamente sitiada (asediada) por el crimen organizado o por los funcionarios que están coludidos (confabulados) con el crimen organizado de tal forma que denunciar violaciones de los derechos humanos o actos corrupción, puede costarte la vida". Y después añade: "Básicamente, lo que sucede en una dictadura".

Según el CIMAC, las amenazas que reciben las reporteras, especialmente las de carácter sexual, son una forma de violencia psicológica que "utiliza amenazas contra los cuerpos de las mujeres como método de control y represión con ánimo de silenciar a las periodistas". Tal y como indica Artículo 19, "El mensaje está claro: sin verdad y sin justicia, la prensa continuará siendo un objetivo fácil para todos los que la atacan".

Todas las fotos de Andalusia Knoll Soloff.