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Identidad

Bienvenidas a la edad dorada del terror dirigido por mujeres

Desde el canibalismo asesino de 'Crudo' hasta la maldad que se desprende en 'The Love Witch', nunca hubo un mejor momento para las mujeres en el género de terror, tanto delante como detrás de las cámaras.
Background via Wikimedia Commons, stills from Prevenge, The Love Witch and Raw. Collage by Zing Tsjeng

Las mujeres siempre han sido la esencia del cine de terror. Después de todo, uno de nuestros más icónicos monstruos fue creado una oscura noche de tormenta por una joven que (según cuenta la leyenda) se había cansado de los tríos que organizaba Lord Byron. Aquel monstruo era ―por supuesto― la criatura de Frankenstein y la niña prodigio despreciadora de menages a trois no era otra que Mary Shelley. Si avanzamos unos cientos de años, veremos que hemos acumulado un montón de féminas del terror, encabezadas por mujeres como Carrie, Ripley, Regan y Nancy.

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Pero aun así, los iconos femeninos del terror existen sobre todo frente a la cámara. Incluso las narrativas esencialmente femeninas como La semilla del diablo, El descenso, Déjame entrar y Misery proceden de las mentes de los hombres. Pero los últimos años nos han traído una nueva generación de clásicos de terror sobre mujeres, hechos por mujeres. Conforme películas como Crudo, Prevenge, XX,The Lure y The Love Witch suscitan adoración por parte de la crítica, las directoras de cine de terror están viviendo, como suele decirse, su mejor momento.

"Las directoras de cine de terror y las cosas que están haciendo cada vez resultan más difíciles de ignorar", indica Alexandra West, periodista del género y copresentadora del podcast sobre terror The Faculty of Horror. "La recepción por parte del público y de los fans es tan fuerte que taparte los oídos y decir 'esto no supone nada' te convierte automáticamente en una especie de dinosaurio. Y, en la industria, nadie quiere ser un dinosaurio".

"The Babadook definitivamente se abrió camino y amplió la perspectiva de la gente con respecto a las oportunidades que este género brinda para las mujeres", afirma Olivia Howe, la mitad de Final Girls, un colectivo sobre cine de terror feminista con sede en Londres que celebra proyecciones y rondas posteriores de preguntas. The Babadook (2014), la historia sobre una viuda de luto atormentada por el gilipollas de su hijo de seis años y por un villano que tiene forma de libro infantil, tenía todos los elementos humildes de las narraciones menos notorias sobre asesinos: un nacimiento modesto (se trata de una película independiente australiano-canadiense), un presupuesto de 2,5 millones de dólares y algo más obtenido en Kickstarter y una directora novel. Pero esa directora, Jennifer Kent, aprendió junto a Lars Von Trier y su película de debut acabó siendo una de las favoritas de Sundance, alcanzando una puntuación del 98 por ciento en Rotten Tomatoes y recibiendo halagos del director de El exorcista, William Friedkin, que declaró que "nunca había visto una película más aterradora".

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Essie Davis en 'The Babadook' (2014). Fotograma vía Screen Australia

Por supuesto, existían buenas películas de terror hechas por mujeres antes de The Babadook, cuyo estreno coincidió con el de otro favorito de Sundance, el espagueti-western sobre vampiros decididamente emo dirigido por la cineasta iraní Ana Lily Amirpour Una chica vuelve a casa sola de noche, tan solo dos años antes de que fuéramos bendecidos con el filme de Jen y Sylvia Soska American Mary, una saga mordazmente gótica sobre venganza por violación ambientada en la escena mod underground. Y la historia del cine de terror traza un pedigrí bastante impresionante si nos remontamos al filme de Kathryn Bigelow Los viajeros de la noche (1987), al de Mary Lambert Cementerio de animales (1989), al de Cindy Sherman La asesina de la oficina (1997), al de Antonia Bird Ravenous (1999) y, obviamente, al de Mary Harron American Psycho (2000).

Mientras tanto, el agresivamente transgresor movimiento cinematográfico del Nuevo Extremismo Francés considera que el filme de Claire Denis Trouble Every Day, el de Marina De Van En mi piel, el de Virginie Despentes y Coralie Trinh Thi Fóllame y gran parte de la filmografía de Catherine Breillat se ajustan a su canon desde el principio. Pero con unas cuantas excepciones de elevado perfil, la mayoría de estas películas anteriores a The Babadook solo reclamaban su parcela en el cine de culto fuera del dominio de los nerds del terror.

"No creo necesariamente que se esté produciendo un auge [de mujeres creadoras de cine de terror]", afirma la directora y productora de cine de terror desde hace mucho tiempo Roxanne Benjamin, cuyo CV incluye la película Southbound y la antología completamente femenina de terror XX, con la directora de Jennifer's Body y La invitación Karyn Kusama al timón. "Pero sí diría que probablemente ahora hay una mayor conciencia de ello, sobre todo gracias a la atención que se está prestando a la disparidad en el número de mujeres cineastas frente a hombres cineastas en general".

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No quería que la gente me mirara y pensara en Penthouse. Quería que me miraran y tuvieran pesadillas

Lo cierto es que esta nueva edad dorada de las mujeres que dirigen cine de terror se ha considerado merecedora de artículos en el Guardian y en la revista Rolling Stone. "Hemos visto un auténtico auge del número de mujeres que están haciendo cine de terror pero, lo más importante de todo, que reciben reconocimiento precisamente por dedicarse a ese género", afirma Aviva Briefel, profesora de inglés y estudios cinematográficos en la Universidad de Bowdoin, que está especializada en mujeres y terror.

Es un avance enorme para un género que durante mucho tiempo se ha percibido erróneamente como un club exclusivamente de chicos. Aunque esta reputación sin duda contiene cierta verdad histórica ―la veterana crítica de cine de terror Maitland McDonagh dijo a Forbes que a menudo era la única chica en las proyecciones a principios de los setenta― se trata de algo que hace tiempo que ha quedado obsoleto. En el año 2009, el LA Times indicó que al menos la mitad del público de las películas de terror estaba formado por mujeres de menos de 25 años. Y en 2009, Entertainment Weekly declaró que "la inmensa mayoría de fans incondicionales del género son mujeres". No hay duda de que las mujeres llevan tiempo siendo fieles al terror, así que, ¿por qué las directoras de este género han elegido este momento en particular?

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Según West, por un motivo fundamental: que internet ha permitido la aparición de más mujeres periodistas dedicadas al género del terror que nunca, ayudando a cambiar el tono de la conversación. Briefel también hace referencia al menor coste de la producción y a la diversificación de los medios de distribución. "También existe ahora una zona gris más amplia entre el cine de arte y ensayo y el terror", indica Anna Bogutskaya, de Final Girls, lo que significa que estas películas obtienen mayor apoyo por parte de la comunidad independiente en los festivales de cine. De hecho, los críticos han etiquetado el resurgir del terror a mediados de la década de 2010 como Arte, alabando filmes como La bruja, Buenas noches, mamá, Bajo la piel, Está detrás de ti, Kill List y Déjame salir.

Melanie Lynskey en el corto de terror de Annie Clark "The Birthday Party", de la saga 'XX'. Fotograma vía XYZ Films

Del mismo modo, esta ola de películas de terror dirigidas por mujeres está formada sobre todo por cine indie o extranjero, que normalmente genera revuelo en los circuitos de los festivales antes de conseguir un distribuidor importante. Esto permite la aparición de numerosos y arriesgados filmes cocinados a fuego lento, con un regusto a arte y ensayo, como el cortometraje de debut en XX de Annie Clark (también conocida como St. Vincent), que como siempre, cita a Michael Haneke y a Todd Solondz como sus principales influencias. Después de tanto tiempo siendo el objeto de la mirada masculina en el cine, las mujeres ahora devuelven la mirada con brutales subversiones del género como el feto malhablado del filme de Alice Lowe Prevenge, la depilación brasileña que desencadena brotes de canibalismo en la película de Julia Ducournau Crudo y la maldad de una hechicera hambrienta de pollas en la película de Anna Biller The Love Witch.

Entonces, ¿qué se supone que debe hacer una directora en ciernes de películas de terror? Para hacerme una idea, me puse en contacto con las directoras de American Mary, las hermanas Soska, también conocidas como las "Twisted Twins" (las gemelas retorcidas), veteranas canadienses del terror que hicieron su debut en 2009 con Dead Hooker in a Trunk con un presupuesto de 2.500 $. Todos los meses de febrero organizan una donación de sangre para poder ayudar a las mujeres que se dedican al terror. "No quería que la gente me mirara y pensara en Penthouse", me dijo Sylvia Soska. "Quería que me miraran y tuvieran pesadillas".

Según ellas, los filmes de terror que dirigen las mujeres en la actualidad probablemente no habrían recibido el visto bueno en el pasado. "Cada vez que decíamos que éramos directoras de cine de terror, la gente nos miraba y nos decía algo como, 'Ay, cariño, no tienes por qué hacer eso'", explica Soska. "Era casi como si les dijéramos que nos dedicábamos a rescatar cadáveres del asfalto en la ciudad y es que existe una idea preconcebida de que las películas de terror y las mujeres no hacen una buena combinación".

Pero conforme las directoras de cine de terror van acumulando entrevistas en los medios, excelentes críticas y clasificaciones del 90 por ciento en Rotten Tomatoes, cada vez está más claro que quienes siguen creyendo en ese estereotipo son, como dice West, "dinosaurios". Y si los fracasos en taquilla de algunos títulos como La gran muralla y Ghost in the Shell nos dicen algo, es que los dinosaurios ya no tienen mucho que decir en la industria.

"Solo puedes oprimir a un género durante un período determinado de tiempo", afirma Jen Soska. "A las mujeres nos han dicho 'no, no, no' durante tanto tiempo que ahora vamos del rollo, '¿Sabes qué? Que te jodan. Voy en serio con esto. No me podrás ignorar'. Para recibir reconocimiento las mujeres debemos arder en llamas. Hay muchas mujeres ardiendo en llamas ahora mismo y diciendo, 'No, no pienso aguantar esto nunca más'. Ha empezado una revolución".