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Identidad

¿Por qué tener follamigos es tan sacrificado?

Un nuevo estudio sobre relaciones sexuales sin ataduras examina los factores que contribuyen a que estas sean una experiencia positiva o negativa.
Foto de Thais Ramos Varela vía Stocksy

Los típicos columnistas que tratan de asesorar a la gente y que además actúan como mejores amigos de todo el mundo te dirán que el secreto para lograr el éxito teniendo sexo habitual y sin ataduras con un amigo o una amiga es, bueno, no involucrar los sentimientos. Pero según un estudio publicado en la edición de agosto de Archives of Sexual Behavior (Archivos de comportamiento sexual), es un poco más complicado que eso.

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Como pasa con todas las cosas de la vida, enrollarse con un amigo o amiga tiene sus pros y sus contras, incluyendo, según el autor del estudio, el hecho de que uno puede "tener sexo y ganar falta de compromiso en el lado positivo, pero también sentirse decepcionado, tener falta de expectativas claras y sufrir una mala comunicación en el lado negativo".

Para comprender mejor cómo se entrecruzan las diversas facetas de compromiso en las relaciones sin ataduras entre amigos, los investigadores reclutaron a 171 personas (118 de ellas mujeres) que habían tenido ese tipo de relación durante en el año anterior para participar en su estudio. Se centraron en dos dimensiones de la funcionalidad de estas relaciones: si la persona pensaba que la relación con su "amigo con derecho a roce" o ADR ―como ellos denominan a tener un follamigo o una follamiga― era sana y funcionaba bien (mencionado en el estudio como "ajuste a la relación") y el grado de satisfacción sexual.

Hicieron preguntas a los participantes sobre cuánto confiaban en su follamigo o follamiga y sobre hasta qué punto estaban felices con su vida sexual. También calificaron el grado en que estaban de acuerdo con distintas afirmaciones que medían el grado de compromiso del sujeto con su ADR, específicamente en términos de identidad de pareja, sacrificio, disponibilidad y parejas alternativas.

Algunas de las afirmaciones incluían: "Tiendo a pensar más en cómo 'nos' afectan las cosas como pareja que en cómo me afectan las cosas a 'mí' como individuo", "Sacrificarme por mi ADR me hace sentir bien" y "Me costaría mucho encontrar un ADR adecuado si esta relación se acabara".

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En última instancia, los investigadores descubrieron que, además de la satisfacción sexual, los jóvenes adultos que actuaban como si fueran una pareja sacrificaban intereses personales para mejorar su relación y pasaban menos tiempo buscando parejas alternativas, indicando que se sentían felices en su situación actual. Cuando controlaron otras variables, sin embargo, los autores del estudio vieron que el único "factor significativo de predicción" de la satisfacción en las relaciones entre follamigos era que les pareciera bien hacer algo por otras personas.

Jesse Owen, jefe del departamento de psicología orientativa en la Universidad de Denver y principal autor del estudio, afirma: "Cuando las personas comparten sexo sin compromiso con un amigo o amiga, su relación tiende a mejorar: tienden a tener menos disputas y menos conflictos de los que tienen parejas más comprometidas y gran parte de ello se debe a que el sacrificio que hacen la mayoría de amigos los unos por los otros es tan auténtico como en una relación de ADR".

El estudio también reconoce el "conflicto potencial" que podría surgir en una relación de follamigos si ambas personas no están en la misma onda. "El resultado sugiere que es importante que los jóvenes adultos sean conscientes del compromiso cuando se embarcan en estas relaciones de ADR", escriben. "En especial, nuestro trabajo destaca el hecho de que la satisfacción con el sacrificio parece desempeñar un papel fundamental en el ajuste a las relaciones de ADR, sugiriendo que los jóvenes adultos deben ser conscientes de cuánto invierten en esa relación".

Según anteriores investigaciones desarrolladas por Owen, entre el 25 y el 40 por ciento de los jóvenes adultos que tienen una relación de follamigos espera que dicha relación crezca y se convierta en algo más. El 20 por ciento de hecho lo hace y, en términos generales, la mayoría de personas siguen siendo amigos cuando dejan de enrollarse.

"Estamos viendo, a partir de los participantes de nuestro estudio, que existe un lado diferente en las relaciones de ADR que la versión estereotipada, egoísta y glamurosa de estas relaciones, que circula de manera generalizada", indica Owen. Las situaciones de ADR son muy comunes entre los jóvenes adultos, según él, y "no necesariamente son un sustituto de las relaciones románticas. Son un tipo diferente de compromiso, una forma diferente de salir con alguien".