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Cómo 'Stranger Things' creó su monstruo aterrador

Entrevistamos al actor/coreógrafo/artista de performance que interpretó al demogorgon para saber más sobre la criatura.

Foto por Michael Ezell. Cortesía de Mark Steger,

Advertencia: Esta publicación contiene spoilers del último episodio de la serie de Netflix TV Stranger Things.

Stranger Things, la serie de terror retro de Netflix es una carta de amor a las películas de aventura supernatural de la década de los 80 —los éxitos taquilleros donde los protagonistas jóvenes usaban pantalones de pana y tenían cabello en forma de tazón—. Pero también le debe mucho a Jaws. Una película sobre un grupo de adultos en un bote puede no ser una referencia muy obvia para Stranger Things, que se basó más en el estilo de niños en el bosque con linternas de Steven Spielberg. Sin embargo, la película del tiburón asesino de Spielberg en 1975 es probablemente el ejemplo más famoso del principio cinematográfico de "espera el mayor tiempo posible para exponer al monstruo".

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Y el monstruo de Stranger Things sí que nos hizo esperar.

En el transcurso de ocho episodios, el programa va sacando cada vez cosas más extrañas (¿vieron lo que hice?) hasta el final, cuando, finalmente, nos dejan ver la cosa más extraña de todas: el demogorgon, también conocido como "la criatura", también conocida como "el monstruo". Una vez revelado, como pasamos tanto tiempo aterrados por la capacidad que tiene el monstruo de dañar a nuestros héroes, la criatura no necesita más que mover uno de los pétalos de la flor gigante de su rostro para hacernos gritar. Y hace mucho más que mover sus pétalos.

El artista de performance/coreógrafo/actor veterano Mark Steger, quien portó con orgullo el traje del monstruo, fue tan amable de concedernos una entrevista para saber más sobre la creación de su personaje. Resulta que la conexión con Jaws es más que solo el tiempo de espera para revelar al monstruo —o, como dijo Steger, la monstruo—.

Captura de pantalla de 'Stranger Things' vía Netflix.

VICE: ¿Qué pedo con los pétalos? ¿El monstruo es una planta?
Mark Steger: Es una buena teoría. Me parece que el monstruo es más como un hongo, algo entre una planta y un animal. El ADN de los hongos se parece más al ADN de los animales que al de las plantas pero [el monstruo] es algo más. El monstruo sangra. No sé qué pronombre usar, si él, la o los. Pero para mí es tanto planta como animal.

Hay momentos en los que vemos un poco del monstruo al principio del programa. ¿Eres tú?
Traigo puesto el disfraz completo. Había veces en las que me quitaba los zancos para mayor movilidad. En el bosque hay ramas, rocas y cosas que te quitan estabilidad. Pero sí, soy yo vestido de gala.

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¿Tuviste que pasar por esos procesos de maquillaje súper locos que toman un día entero?
En realidad, el proceso para ponerme el disfraz no estuvo tan mal. En total, tardábamos entre media hora y 40 minutos, dependiendo de si íbamos a usar el traje animatrónico completo o solo la cabeza, o la cabeza fija, que estaba cerrada todo el tiempo. Los zancos de metal medían entre 20 y 25 cm de altura. Había otro equipo que me ayudaba a mover el traje desde arriba y se utilizó mucha animatrónica. Y motores y baterías. Era bastante complicado.

Leí que para crear al monstruo casi no se utilizaron gráficas por computadora. ¿Es cierto?
Hubo uno que otro detalle que se editó por computadora. Cuando la cabeza se abre, mis ojos estaban ahí, así que tuvieron que reemplazarlos digitalmente con una boca animatrónica hecha en [la casa de efectos especiales de criaturas en Los Ángeles] Spectral Motion.

Seger haciendo una demostración. Foto por Aaron Sims. Cortesía de Mark Steger.

¿Entonces solo podías ver cuando se abrían los pétalos?
Sí, podía ver mejor cuando se abrían. Cuando estaban cerrados, había un par de orificios para ver pero no siempre estaban en el mismo lugar.

¿Las manos también fueron generadas por computadora? Para que esas sean tus manos, debes tener unos brazos muy largos.
Las manos eran animatrónicas. Mis brazos estaban fuera del traje y tenía moverlos con mis manos. Traía unas mangas color verde que se quitaron digitalmente en la edición posterior. Era mitad marioneta, mitad máquina. Parte humano, parte animador. Fue un proceso muy complicado.

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¿Lo más difícil fue tener que trabajar sin poder ver?
En realidad, lo más difícil era el ruido. Hasta cuando los motores estaban apagados, había un chillido muy agudo. Se necesitaban 26 motores para la cabeza y no me dejaban escuchar las instrucciones cuando estábamos grabando. Los directores tenían que gritar a todo pulmón y a veces ni así los oía. El traje pesaba como 15 kilos y cuando te lo pones, quedas encerrado en él. Es como traer un traje de buzo que cubre todo el cuerpo.

Las condiciones que se crean cuando te pones el traje ayudan a que te adentres en la mente de la criatura.

Suena difícil. ¿Alguna vez tuviste un colapso por tanto esfuerzo?
Es muy importante tener buena resistencia para el papel. Normalmente como papas todo el día y tomo electrolitos para poder seguir. No puedo comer muy pesado si voy a usar el traje. En primera, porque el traje me quedaría más apretado. En segunda, porque es necesario regular el azúcar en la sangre para meterte al traje. Como soy muy delgado, quemo calorías muy rápido y por eso siempre tengo que controlar eso.

¿Qué fue lo más difícil?
La escena en la que peleo con los chicos en la casa. Los actores Joe [Keery], Charlie [Heaton] y Natalia [Dyer] están en la casa, aparezco, me disparan, me golpean con un bate cubierto de clavos, piso una trampa para oso y me prenden fuego. También la coreografía de la pelea. Claro, la grabamos por partes pero también hubo otras partes donde grabamos todo de un jalón. Creo que ese fue el mayor reto.

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¿Cómo es actuar cuando tienes que preocuparte por todos esos detalles técnicos?
Como estaba encerrado en el traje, tratando de animarlo, tenía que exagerar un poco. Y siempre había un grupo de niños que trataban de matarme y yo trataba de comérmelos. Las condiciones que se crean cuando te pones el traje ayudan a que te adentres en la mente de la criatura.


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Cuando se come al venado es probablemente lo más cercano a la criatura en su vida cotidiana. ¿Cómo creaste ese momento?
El diseñador de animatrónica, Mark Setrakian, estuvo trabajando conmigo la mayor parte del tiempo. Digamos que actuaba con él y seguía sus instrucciones. Si él movía los pétalos, yo me hacía para atrás como si me preparara para dar una mordida, luego los abría y los volvía a cerrar cuando yo bajaba la cabeza. Era un proceso interactivo muy interesante. Pasé mucho tiempo esperando afuera para algunas de las tomas. Hacía frío y me sentía un poco tieso. Además, tenía que hacerlo bien y meterme en el personaje.

¿Qué te dijeron los directores sobre la motivación del personaje?
Las instrucciones de los hermanos Duffer fueron simples: "Básicamente eres un tiburón, igual que el de Jaws, y viajas entre dos mundos para alimentarte". Ese era el objetivo del personaje.

¿Y cómo le hiciste para plasmar eso en la pantalla?
Sólo pensaba Soy un tiburón. Soy perfecto para lo que fui creado. Los tiburones no han evolucionado en 200 millones de años, o algo así. Pensaba Esto es lo que hago y soy el mejor. La dirección fue impecable. Tenían muy claro lo que querían y eso fue muy útil. Se comunicaban bien y fue un proceso divertido. Lo que hicimos fue difícil y estresante pero se sentía como si estuviéramos jugando.

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