FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

La bisexualidad en los hombres es un tabú social

¿Por qué nadie se toma en serio la sexualidad de los hombres bisexuales?

La reciente noticia de la bisexualidad de Cara Delevingne ha desatado una polémica en torno a si las preferencias sexuales de la modelo son tan sólo una 'fase'. Esto nos recuerda al anticuado cliché de que las mujeres bisexuales salen con otras chicas hasta que se establecen con un hombre.

Es, sin lugar a duda, una generalización frustrante y superficial; sin embargo, todavía hay muchas mujeres en el ojo público que hablan abiertamente de su fluidez sexual: Miley, Cara, Gaga, Azealia, Kirsten Stewart, entre otras. La preguntas es, ¿dónde están todos los hombres bisexuales? ¿Frank Ocean? Se rumorea que ha tenido una relación con un hombre, pero eso es todo lo que sabemos. Jóvenes actores como Ezra Miller y Josh Hutchinson representan una prometedora generación de chicos que no ven la sexualidad en términos binarios, pero desgraciadamente estos ejemplos son pocos y aislados.

Publicidad

Tal y como les ocurre a las chicas bisexuales, los hombres bisexuales se enfrentan a una generalización equivocada: son realmente gays que no se atreven a salir del armario. Un amigo me dijo hace poco: "La sociedad siempre etiqueta a un hombre bisexual como un chupavergas sin importar cuánta atracción sienta hacia las mujeres y cuánto se identifica como bi".

Ahora que Gavin Rossdale —que ha estado con hombres en el pasado— ha anunciado su ruptura con Gwen Stefani, los tabloides han señalado como culpable a su "sexualidad reprimida", reduciendo a cenizas nada menos que 13 años de matrimonio.

Si haces una rápida búsqueda en Google sobre el tema de la bisexualidad, te aparecerán numerosos estudios académicos que buscan la evidencia de que existe. Uno de estos estudios sugiere que las mujeres pueden ser bi pero los hombres, por el contrario, probablemente son gays. El estudio fue reconsiderado en 2011 —esta vez utilizando un proceso de selección más estricto para los participantes— y se encontró que, efectivamente, los hombres pueden sentirse atraídos por ambos sexos, pero es mucho menos común que en el caso de las mujeres.

Las cuestiones sobre la legitimidad de estos estudios son válidas —en particular porque determinan la bisexualidad basándose sólo en la excitación sexual— pero el hecho de que existan estas investigaciones es el verdadero problema. Imagínate intentar salir del clóset cuando la propia comunidad científica pone en duda tu identidad sexual.

Publicidad

Ezra Miller en la campaña otoño/invierno'13 de Prada. Fotografía David Sims.

Las personas bisexuales de ambos sexos son discriminadas a menudo por la comunidad gay, en la que no es raro el pensamiento 'no mientas, en realidad eres gay'. Si tenemos en cuenta la lucha de esta comunidad por la legitimidad, se puede entender por qué alguna gente gay puede encontrar una amenaza en la bisexualidad. Pero esa es la cuestión: mientras la preferencia de una persona bi puede cambiar su identidad sexual, la capacidad de amar a un hombre y a una mujer, no.

En un artículo de Slate, Nathaniel Frank ayuda a romper con este injusto prejuicio: "Eres gay incluso si eres virgen, ¿por qué no bisexual? Yo soy judío sin importar lo que haga. También soy bisexual; no importa lo que haga, y no tengo que renovar mi tarjeta de bi por dormir con una mujer cada 10 años". La idea de que necesitas estar con ambos sexos para seguir siendo bisexual es especialmente cierta para los hombres, cuya fluidez sexual es raramente tomada en serio incluso si están en una relación con una mujer.

El estigma que rodea la bisexualidad no es de extrañar; vivimos en un mundo patriarcal, donde se considera que una relación entre dos mujeres es algo morboso, pero en cambio dos hombres juntos son vistos como una amenaza a la masculinidad. La película Bromance juega con este tópico y le da un sentido cómico, donde cualquier relación con un hombre es considerada como un billete de ida a gayhood.

En la cultura popular, los hombres bi son prácticamente inexistentes, incluso el héroe del cómic John Constantine se hizo heterosexual para su debut en la gran pantalla. Oberyn Martell de Juego de tronos, un hombre bi muy viril, es colocado en una ciudad donde la violación y el incesto es la norma.

En las pocas ocasiones en que la bisexualidad masculina se muestra, es reducida a meros actos sexuales: un hombre promiscuo y adicto al sexo cuya meta es tener un orgasmo. Sólo hay que pensar en los rumores acerca de Bowie e Iggy, que siempre se justifican como consecuencia de las drogas de la escena musical de los 70.

Nuestra falta de comprensión acerca de la bisexualidad —con rígidas normas de la sociedad alrededor de la heterosexualidad masculina y la falta de ejemplos de hombres bi— significa que es casi imposible para estos hombres salir del armario y ser tomados en serio. Esperamos que hombres como Miller y Hutchinson signifiquen el comienzo de un cambio hacia la aceptación alrededor de la masculinidad y la sexualidad.