Artículo publicado originalmente por VICE India.

A medida que nos acercamos a una nueva década, lo hacemos con la resolución de hacer mejor las cosas, convertirnos en mejores personas y alimentarnos mejor para poder tener un 2020 más saludable. Pero si una de tus resoluciones fue renunciar a la carne este enero como reto de Instagram bajo el hashtag #Veganuary, puede ser que además quieras mantenerte sobrio, ya que un nuevo estudio revela que los veganos y los vegetarianos sufren una experiencia peor en la resaca.

En un nuevo estudio publicado en el Journal of Clinical Medicine, investigadores de la Universidad de Utrecht en Países Bajos analizaron las secuelas del consumo de alcohol en 13 bebedores sociales, y llegaron a la conclusión de que aquellos que tienen una dieta libre de carne se ven privados de dos ingredientes clave contra la resaca.

El estudio evaluó 23 signos y síntomas de la resaca, incluyendo dolores de cabeza, náusea, palpitaciones cardíacas, vómitos, mareos, sudoración, sensibilidad a la luz, el sonido y la sed, mientras registraba todo lo que el encuestado comía o bebía durante su borrachera. El estudio llegó a la conclusión de que los participantes que carecían de ácido nicotínico —mejor conocido como vitamina B3— y zinc en sus dietas tuvieron efectos de resaca más nocivos. Dado que la vitamina B3 se encuentra especialmente en la carne, los mariscos y las legumbres, y el zinc está presente principalmente en la carne, las aves y los mariscos, quienes se abstienen de estos alimentos —también conocidos como veganos o vegetarianos— tienen más probabilidades de padecer una mala resaca.

"El ácido nicotínico y el zinc son necesarios para descomponer el etanol, que es alcohol, en acetaldehído", explicó al New York Post Rabia De LaTour, médico gastroenteróloga y profesora asistente de medicina en el centro médico NYU Langone Health. "Necesitas estos dos nutrientes para digerir alcohol. Tiene sentido que si careces de estos dos elementos, experimentarás una resaca peor".

Sin embargo, LaTour también señala que dado que otros factores como la genética y la ingesta total de alimentos deben tomarse en cuenta, ingerir pastillas suplementarias que contengan zinc o vitamina B3 no es la mejor idea para evitar un dolor de cabeza punzante o un estómago afectado el día después de beber. También advierte que el estudio mencionado anteriormente no debe tomarse tan en serio debido a su pequeño tamaño de muestra y a que se requiere mucha más investigación al respecto.

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