FYI.

This story is over 5 years old.

Ediciones VICE

'Reigns': vende tu alma al diablo y domina el mundo desde tu celular

Un juego de aventura pequeño, sencillo y adictivo para IOS y Android en el que tomas el rol de un alma que fue vendida al Diablo a cambio de poder.

En algún momento de nuestras vidas, todos perdemos la inocencia. Ya sea porque alguien nos traicionó, perdimos a un ser querido o porque simplemente estamos torcidos de nuestras mentes, llegará un momento donde toda la bondad, la honestidad y el cariño que se nos enseñaron en casa, en las clases de civismo o catecismo, se irán al carajo. Porque sí, la vida es una mierda y el que no se mancha pierde.

Publicidad

Aún así nos gusta visualizarnos como seres inmaculados, libres de culpa. Como personas que no hacen ningún mal y cuando lo hacen, no es tan malo. Todos aspiramos a la pureza espiritual —a menos que seas un ojete—, algo que es prácticamente imposible de lograr.

Al igual que tú, me gusta pensar que soy buena persona. Justifico mis imbecilidades y estiro el significado de la moral, la ética y las "buenas costumbres" lo más posible con el único fin de obtener paz mental, de dormir en las noches. A pesar de esta negación, muy de vez en cuando me visitan fantasmas del pasado que vienen a cobrármela a lo chino con noches de insomnio, malviajes y flashbacks en los momentos más random del día, que me incitan a levantarme de mi lugar y brincar desde un quinto piso.

Todas esas decisiones horribles que tengo que tomar en mi vida se materializaron en Reigns, un juego de aventura pequeño, sencillo y adictivo para IOS y Android. En él, tomas el rol de un alma que fue vendida al Diablo a cambio de poder. Pero como suele suceder con Belcebú, están las letras pequeñas del contrato que terminarán dándote en la madre. Y en este caso te la atoró bastante bien: vives una y otra vez como el rey de un reino de idiotas, durante dos milenios. Para ayudarte a gobernar responsablemente, tienes una baraja de consejeros que van desde un sacerdote cristiano hasta doctores y oscurantistas. Ellos ponen temas en la mesa y tú tienes que elegir si sigues su consejo o no a partir de un simple movimiento de tu dedo hacia la derecha o a la izquierda (como si fuera un Tinder para fanáticos de D&D). Cada decisión que tomes afecta la popularidad de alguno de los poderes de tu reino, ya sea la Iglesia, el pueblo, el ejército o los oligarcas y nobles dueños del dinero. Por eso tienes que cuidar muy bien tu postura en distintos temas y mantener un equilibrio entre ellos, sino alguien te la aplica chingón.

Publicidad

Obviamente este equilibrio te lleva a traicionar tus creencias, al realizar decretos en los que sacrificas la vida de tu pueblo durante una guerra, dejas morir a millones de personas, entregas más poder al ejército o a la iglesia, empiezas una cruzada o mueres bajo la traición de un consejero o heredero que no se sintió cobijado bajo tu reino. Además si le sumas las pociones que no te dejan entender lo que dicen tus consejeros o el ocasional viaje de hongos que te encuentras durante tus años de reinado, mantener tu moral y tus buenas costumbres se pone todavía más difícil.

Para ilustrar, les comparto breves ejemplos de algunas decisiones fallidas durante distintos reinados.

Rey James

Se me presentó un falso profeta; básicamente un loco que me pidió que le diera chance de mostrar a los miembros del mercado cómo se tenían que hacer las cosas. Al decirle que sí, con todo y que sabía que la iglesia se enojaría, este personaje aceleró al ganado, ocasionando una estampida que mató a varias personas.

Mandé a uno de mis consejeros a incendiar el bosque para deshacerse de unos lobos. Poco después, regresó como hombre lobo. Más tarde se me acercó una mujer-lobo a pedirme que le presentara a mi consejero a lo que dije que sí. Años después pidieron mi bendición para su matrimonio el cual acepté, provocando el enojo de la iglesia y del ejército. Al final, la alta esfera eclesiástica hizo un golpe de estado en el que me degollaron.

Publicidad

Rey Gerald

Sentado en mi trono se me acercó uno de mis consejeros con dos hongos, uno café y uno azul. Humildemente, este personaje me ofreció ambos hongos, no sin antes comentar que el azul era el comestible. Acto seguido, todos mis consejeros tomaron la forma de conejos.

Una bruja entre me ofreció conocimiento que sólo ella sabía. Pedí el secreto a la felicidad y me dijo que no existe pero que me ayudaría a ser más feliz, así que me ofreció quitarme la corona o matar a la reina. Escogí matar a la reina pero no estaba casado. Todo este chiste me costó muy caro por lo que me llevó a la ruina, así que los nobles y oligarcas me empujaron al exilio hasta que morí solo.

Rey Harry

Se postró un espía ante mí para ofrecerme desestabilizar reinos vecinos. Al decirle que sí inventé la política moderna.

Visiblemente agitado, mi verdugo se acercó para pedirme otro trabajo ya que no le gustó ser un asesino serial. Pero asesinar personas inocentes para mantener al pueblo en orden es algo necesario en un reino; así que decidí decirle que no. Poco después se me acercó el doctor, ofreciendo sus servicios como verdugo para que pudiera tener cadáveres y utilizarlos para sus estudios. Le dije que sí, pero al parecer la higiene no era prioridad dentro de sus experimentos por lo que una plaga terminó con mi vida.

Rey Edward

Con mi reino al borde de la quiebra, era inminente mi muerte a mano de los nobles. Pero un alma caritativa vino a salvarme, ofreciéndome entrar al negocio de la esclavitud. Dije que sí, pero no contaba con que mi pueblo se rebelaría justo después. Esa revuelta terminó con mi muerte.

Publicidad

Rey Gerald II

Un noble se acercó para decirme que abriera las puertas de comercio con Oriente, llevándome el 20 por ciento de las ganancias. Ante el disgusto de la iglesia dije que sí. Esto causó que mi riqueza aumentara cada segundo.

Pero no evitó que tuviera problemas de dinero (porque el que no gasta no se divierte). Fue en ese momento cuando me ofrecieron formar parte de un grupo de explotación laboral de niños junto a la iglesia. Ante mi quiebra, no tuve otra opción más que aceptar.

En el año 29 de mi reinado, el perro real comenzó a comportarse de manera extraña. Al acariciarlo sus ojos se pusieron rojos, revelando la presencia de Satanás. Nuestra divinidad oscura tomó la forma de mis distintos consejeros, para decirme que soy tan solo una marioneta y que si aceptaba cualquier petición de algún consejero, éste moriría.

Pero mi riqueza sobrepasó mi propio control. Antes de poder decirle que sí a alguien, mis consejeros lanzaron una fiesta en la que terminé ahogándome con la comida.

Rey Baudouin

Llegó una paloma para pedirme ayuda con unos reinos del norte. Al decirle que sí, murió a manos del diablo. Adiós a mi oportunidad de salir con ella.

La depresión no duró mucho, ya que mis ganancias con el comercio de Oriente - que seguían vi-gentes del reinado anterior - me llevaron a otra bacanal que terminó en mi muerte.

Rey James II

¡El juego se convirtió en Tinder! La bruja me preguntó qué quería y contesté que encontrar el amor. Pasé por casi todos mis consejeros y nada, hasta que lo imposible sucedió. Una nueva paloma que vino a sustituir a la que asesiné durante mi periodo como el Rey Baudouin, apareció como opción y no dudé un segundo; la escogí como mi pareja (cumpliendo una de las misiones del juego). Obvio esto no le gustó a la iglesia; mi popularidad con ellos bajó por segundo.

Pero al final, mi muerte no fue a manos de ellos. Me dejé cegar por la avaricia y decidí invertir en una expedición de tierras nuevas que supuestamente me traerían muchas riquezas. Esto me dejó casi en la ruina así que no pude evitar la desgracia que trajo un barco con la peste negra. Al final todos en mi reino terminamos bajo tierra.

Rey James III

Un bufón se acercó para decirme que el pueblo quería que yo tuviera un amorío con una mujer noble. ¿Qué me puede costar hacer esto? Echarme a la iglesia encima, obvio. Con el pueblo de mi lado, me avalentoné y decidí negar la construcción de nuevas capillas. Claramente esto no lo tomaron nada bien, sobre todo porque el pópulo se reveló en contra de la iglesia, así que intenté huir para sobrevivir. Durante mi escape, una turba iracunda me asesinó.

Así como éstas, hubo muchas decisiones con las que te encuentras en la vida diaria donde tu moral pasa a segundo plano sólo para sobrevivir. Reigns se convirtió rápidamente en mi reflejo favorito del alma y en un claro ejemplo de cómo estoy dispuesto a empujar mi moral lo más posible para justificar mis atrocidades. Pero más allá de eso, es un juego divertidísimo que afecta directamente mi desempeño laboral gracias a mis continuas y longevas visitas al baño. Dátelo, está muy divertido.