FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Algunos millennials nos cuentan cómo es estar casado en tus veintes

Hay quienes a sus 23 años sueñan con tener una familia y ser felices, como en un cuento.

Para muchos de nosotros el matrimonio da miedo. Es algo que vemos muy lejano porque primero queremos conocer el mundo, trabajar y hacer de nuestra vida un desastre antes de sentar cabeza y compartir cada uno de nuestros días con la misma persona por el resto de nuestra existencia.

Pero no todos en nuestra generación piensan así, hay quienes a sus 23 años sueñan con tener una familia y ser felices como en un cuento de hadas. Lo que sí es algo común entre las personas que nacieron de 1985 a 2000 —que hoy en día se conocen como millennials— es que quieren vivir con su pareja antes de poner un anillo en el dedo porque quieren saber que manías tiene su amado antes de decir "Sí acepto".

Publicidad

El matrimonio, a la edad que sea, trae consigo críticas, que si son muy jóvenes o viejos, que en dónde van a festejar, la luna de miel o que si él está muy feo para ella o viceversa. Al final los únicos felices van a ser aquellos que quieran casarse. Al menos hasta que se topen con la vida en matrimonio de tener que despertar con la misma persona todos los días y lavar sus calzones.

Platicamos con algunas parejas de entre 20 y 30 años sobre sus experiencias, miedos y sobre todo cómo es estar casado a tan corta edad. Además de las dificultades que tuvieron para casarse, si alguna vez dudaron, por qué decidieron hacerlo y qué críticas recibieron.


Relacionados: Así es estar divorciado en tus veintes


Lucía (28) y Christopher (26). Dos años casados.

Nos conocimos por una amiga en común. Después de ocho meses de estar juntos, nos dimos cuenta de lo importante que éramos el uno para el otro. Cuando Chris terminó de estudiar, nos comprometimos. Luego él tuvo que atender otra escuela para graduarse por lo que pospusimos la boda. Al final tuvimos una modesta recepción en el Registro Civil el primero de agosto de 2014. Tenemos la idea de tener una ceremonia formal dentro de unos años pero tenemos que ahorrar para eso.

En el momento en el que nos casamos, Chris tenía 24 años y yo 26. Nuestros amigos nos decían que era muy pronto para hacerlo. La gente teme que al momento en el que te cases tu vida social desaparezca.

Publicidad

Lo que Lucía y yo aprendimos es que la edad no importa si las dos personas que se van a casar están seguras de que es lo correcto. Y esperar que la vida social se acabe tampoco se debe de hacer, al contrario, tu vida se convierte en sana y equilibrada.

Nuestro principal miedo era que no íbamos a estar bien económicamente porque los dos nos acabábamos de graduar. Además también estaba complicada la situación por la cuestión de los papeles de Lucía, ya que no es nacida en Estados Unidos, es mexicana. Lo bueno fue que tuvimos mucho apoyo y el proceso fue fácil.

Nadie puede esperar que el matrimonio sea algo sencillo o que todo esté perfecto, pero se trata de aprender a vivir el uno con el otro, aceptar sus costumbres y finalmente hacer una relación fuerte.

Las actividades que tenemos juntos es lo que nos ha ayudado a mantenernos bien, ya sea desde cocinar hasta viajar juntos y tener experiencias que hagan las cosas interesantes. Las grandes decisiones en la vida son más fáciles de tomar cuando tienes un buen compañero de equipo.

Ahora nos vamos a mudar de Boston a Seattle por Neuron, un proyecto que tengo con cuatro amigos que no hubiera sido posible sin el apoyo de Lucía.

Vivimos juntos antes de casarnos, así que no fue complicado ni una prueba para la relación. Es muy importante mudarse juntos antes de pensar en el matrimonio porque, como cualquier pareja, van a tener estilos de vida distintos y antes de atar el nudo tienen que ver si con compatibles.

Publicidad

Relacionados: Departamentos de solteros de la CDMX


Andrea (24) y Colton (26). Cuatro meses casados.

Colton: Ya vivíamos juntos cuando se lo propuse. Ella viene de una familia muy conservadora, así que no íbamos a aguantar mucho tiempo viviendo juntos sin casarnos. No digo que ésa sea la razón por la que nos casamos, yo sabía que quería hacerlo, pero de todas formas estaba seguro que el cambio no iba a ser fácil.

Ahora la gente se va a vivir junta para tentar el terreno. Si funciona pasan a comprar un perro juntos y luego de eso es cuando se casan. Están asustados de ir por todo desde el comienzo. En nuestro caso, ella fue un poco forzada por cómo fue criada y yo tuve fe de que la amaba mucho como para casarnos. Así que tomamos el riesgo y decidimos unirnos en matrimonio.

Andrea: Sigo en shock porque nos casamos. A veces lo veo y le digo "¡Oh, por Dios! Eres mi esposo". En las primeras dos semanas de casados no le pude decir "esposo", era muy extraño. Por supuesto que quería casarme con él pero la transición fue muy difícil para mi. Yo era muy apegada a mi familia, no me fui de casa para la universidad y nunca tuve roomies. No sabía hacer limpieza ni nada parecido. Colton es la primera persona con la que me fui a vivir, así que fue duro. Él me ayudó en el cambio. Hubieron algunas lágrimas aquí y allá. El día después de nuestra boda regresé al departamento y me pareció solo y muy silencioso, recuerdo que lo único que hice fue empezar a llorar y no entendía por qué lo hacía. Él me ayudó, habló conmigo y fue muy paciente.

Publicidad

Erick (27) y Abril (25). Nueve meses casados.

Erick: Me casé por amor. Sabía que era el amor de mi vida y pues nos pusimos a ahorrar hasta que pudimos casarnos. Me han dicho que me casé un poco joven pero me la he pasado muy bien. Estoy totalmente satisfecho con mi decisión.

Nunca dudé en casarme. Siento que todo lo que quise haber vivido como soltero lo viví y por supuesto que me faltan cosas, pero son las que me gustaría vivir con ella.

El cambio de estar soltero a vivir juntos fue muy fácil, al menos hasta ahora. Incluso estamos sorprendidos de lo fácil que fue. Quizá soy un caso raro porque todos me dijeron que iba a ser muy difícil pero por el momento todo va bien.

Abril: La decisión de casarme la tomé por el amor que siento por mi pareja, porque para mí no era abandonar nada sino compartir todo. En general todos los comentarios que nos hicieron cuando nos comprometimos fueron buenos, aunque sí hubo quien nos dijo que estábamos muy jóvenes y que nos faltaba vivir más. En total fueron tres años de relación, nos casamos el día de nuestro aniversario.

Yo nunca tuve ninguna duda o miedo, solamente muchos nervios y emoción por todos los preparativos y nostalgia de dejar a mi familia.

Para mí la vida de casada ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, llevo una buena relación con mi esposo y estamos en la creación de un hogar, lo cual es emocionante y es una oportunidad de crecimiento personal y de pareja.

Publicidad

En general, entre mis amigos cercanos, no considero que haya miedo al compromiso, más bien creo que es difícil encontrar una persona con la que te veas para toda la vida pero de encontrarla yo creo que nadie dudaría en comprometerse.

Britt (25) e Isabel (25). Un año casadas.

Britt: He sido una activista del matrimonio igualitario por años. Una vez me arrestaron por hacer una campaña sin violencia en el Día de San Valentín por medio de una organización que se llama GetEQUAL, así que he sido muy apasionada con el tema porque creo que todos los seres humanos deberían poder casarse sin importar nada. En el momento en el que me casé no sabía todo el lado emocional que viene con la institución del matrimonio como ahora lo entiendo.

Vengo de un hogar disfuncional, así que me es fácil pensar en el divorcio si las cosas salen mal. Hay algo en tu cabeza que siempre te está diciendo "La vas a regar y un día te vas a despertar y te darás cuenta que estás con la persona incorrecta". Ése es un pensamiento constante que tengo y trato de callarlo y concentrarme en lo que pueda hacer para que mi matrimonio funcione. Para mi, da miedo pensar en el divorcio porque lo he presenciado, mi perspectiva fatalista siempre va a estar pensando en él pero en términos de "siempre", si Isabel y yo algún día queremos estar con alguien más o ella se quiere ir porque es infeliz, por supuesto que la dejaría ir. Sin embargo la meta es ser felices juntas.

Publicidad

Yo haría lo que estuviera en mis manos para hacerla feliz y nuestro hogar algo bueno, pero si ella no estuviera cómoda o de acuerdo conmigo no la quiero amarrar a mí. Eso me parece egoísta.

Isabel: El día que nos casamos Britt estaba trabajando en un bufete de abogados así que siempre estaba informada de lo que sucedía. Yo estaba en casa cuando me llamó y me dijo que las personas gay ya se podían casar. Me dijo "¡Hay que hacerlo! Tenemos que hacerlo ahora mismo". Pensamos que de alguna manera nuestro matrimonio no iba a ser válido pero que al menos íbamos a estar casadas por unos minutos. Técnicamente ella fue la que me propuso que nos casáramos. Ese día sentí culpa porque no paraba de ver a parejas que eran más grandes y llevaban juntos mucho más tiempo que nosotras y habían esperado este momento durante casi toda su vida. Verlos y compararlos con nosotras me hizo sentir culpable.

Ricardo (31) y María José (29). Dos años y 10 meses casados.

Ricardo: No considero que me haya casado joven, en mi grupo de amigos fui el tercero y ni hablar de los de la prepa o la universidad porque ellos se casaron mucho antes que yo, entonces no hubo mucha crítica de ellos, sólo las típicas bromas.

Por el otro lado, llevaba con María José seis años de novios, además otra cosa que influyó fue que ella es extranjera, por lo que facilitaba mucho el vivir y trabajar en cualquiera de nuestros países.

La vida de soltero a casado en realidad no cambió mucho porque como ya llevábamos mucho tiempo juntos nuestros grupos de amigos ya eran muy iguales, lo único es que siempre tengo que volver a casa.

Publicidad

María José: La verdad es que tampoco considero que me haya casado tan joven. Me casé a los 27 años, luego de seis años de noviazgo y tres y medio de vivir juntos. Fui la primera de mi clase en casarme pero la verdad es que como siempre he salido con gente mayor ya había otras parejas de mi grupo de amigos que se habían casado y no me parecía raro. La relación con mi novio estaba afianzada y parecía el paso lógico. Habíamos luchado mucho por mantener la relación porque somos de diferentes países y nos conocimos estudiando fuera.

Hemos vivido en Londres, Madrid y México y cuando nos venimos a vivir aquí nos moríamos por mudarnos juntos y la verdad es que ya nos conocíamos muy bien y en diferentes circunstancias por lo que no nos costó adaptarnos.

Después de dos años y medio viviendo juntos nos comprometimos, nunca sentí dudas ya que sabía que era lo que quería y tras casi tres años de matrimonio estoy segura que no me he equivocado.

Creo que no hay una edad perfecta para casarse, depende de la persona y la situación. En mi caso, casarme con 27 no me pareció pronto y mi vida no ha cambiado respecto a cuando vivíamos juntos, se puede seguir saliendo de fiesta y disfrutando de los amigos. Creo que los límites muchas veces se los crea uno mismo. El matrimonio significa un compromiso con la otra persona pero no hay que olvidar la vida que tenías antes.

Yo lo recomiendo plenamente, creo que se disfruta mucho viviendo la vida con otra persona y que se puede seguir creciendo y teniendo nuevas experiencias, siempre y cuando estés convencido y enamorado, si no vas a sentir que hay mucho que sacrificar por algo que no te aporta tanto.

Publicidad

Relacionados: Departamentos de parejas gay de la CDMX


Sebastian (23) y Kaitlyn (24). Un mes comprometidos.

Kaitlyn: Somos una pareja que va rápido. Nos conocimos en agosto, nos mudamos a vivir juntos en noviembre, compramos un perro y comenzamos a hablar de casarnos en enero. Nos comprometimos en mayo. Por lo mismo de que nuestra relación ha ido muy rápido tuvimos que detenernos un momento y pensar "¿No queremos casarnos porque la gente va a pensar que fuimos muy rápido o vamos a hacer lo que creamos que nos va a hacer felices?"

Al principio dudé mucho, no le dije a ninguno de mis amigos cercanos del colegio que nos habíamos ido a vivir juntos por eso se sorprendieron tanto cuando se enteraron que nos íbamos a casar. Algunos amigos fueron comprensivos y me apoyaron en cada decisión que tomé y hubo otros tantos que siguen sin decirme nada al respecto. Duele menos de lo que pensé que iba a ser. Ya sea mudarse juntos, comprometerse o conocer a las familias creo que en cada etapa Sebastian y yo hemos estado como "Esto es lo que se siente correcto". Estamos orgullosos de hacer esto juntos.

Sebastian: Vengo de una familia divorciada, de hecho vi cuando mi mamá descubrió que mi papá la engañaba, tenía ocho años en ese tiempo y recuerdo quedar traumado al ver como mi mamá caía al piso y lloraba. La relación estaba rota y después de eso tuve una mala concepción del matrimonio por lo que había visto con mis padres, pero al mismo tiempo tenía tíos con increíbles esposas de los que veía que tenían una muy buena relación. No es perfecto pero tratas de construir algo bueno. Cuando conocí a Kaitlyn, para mí el casarnos era la única forma de demostrarnos que estábamos cien por ciento seguros de que era la persona con la que quería estar y veía mi futuro junto a ella. Ya sea viajando por el mundo, como mejores amigos o en algún momento teniendo una familia juntos. Hay ciertas cosas que quiero hacer antes de que suceda pero para mí el matrimonio es la forma de conmemorar una unión pura llena de amor y compromiso.