Imagen por Dai Kurokawa/EPA
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"A mí lo que me da miedo es que la violencia vaya creciendo un poco más cada día", asegura Justin Ombati, un vendedor ambulante del centro de Nairobi. "La policía se está empleando de manera cada vez más violenta. Las protestas habían sido pacíficas, pero la policía ha pegado a mucha gente".Las protestas del lunes registraron un considerable aumento de la violencia policial. El martes, el inspector jefe de la policía keniata decidió abrir una investigación oficial después de que saliera a la luz un vídeo de un policía golpeando salvaje e incansablemente a un manifestante con su porra.Kenia podría convertirse en el próximo país africano en legalizar la homosexualidad. Leer más aquí.
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"Fue brutal, muy fuerte. Un día horrible, muy triste, para Kenia", asegura Boniface Mwangi, un prominente activista pro Derechos Humanos. "La policía no tuvo en ningún momento la más mínima intención de detener a nadie. Lo único que querían era dejar claro que si alguien se atrevía a bajar a la calle iba a recibir de lo lindo".La embajada de Estados Unidos en Nairobi emitió un comunicado ayer martes en que criticaba las represalias policiales de la policía keniata,"Estados Unidos condena el uso excesivo de la fuerza observado por las fuerzas de seguridad de Kenia y la violencia que ha rodeado a las manifestaciones", ha proclamado el embajador estadounidense Robert Godec a través de un comunicado difundido por correo electrónico, según ha informado Reuters. "Agradecemos los anuncios de las autoridades del país que aseguran que todas las denuncias de exceso policial serán investigadas".
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"Estas manifestaciones son como los tambores, los tambores que se acuerdan de lo que pasó entonces", asegura Simon Kariuki, un taxista motorista que circula por el centro de Nairobi. "Los tambores redoblan para recordarnos lo que no queremos, lo que no queremos que se repita. Entonces perdimos a amigos y familiares y se cerraron los negocios. Tenemos que buscar en nuestro interior profundamente para reconstruir lo que perdimos entonces".Los próximos comicios electorales en Kenia están previstos para agosto del 2017, cuando Kenyatta intentará hacerse con un segundo mandato. Los políticos de la oposición, como Odinga ya han empezado a agitar a sus seguidores para promover un cambio de gobierno. Odinga se presentó a las últimas elecciones, celebradas en 2013, pero fue derrotado por Kenyatta. El líder de la oposición intentó impugnar los resultados legalmente, pero su recurso jamás prosperó.En imágenes: Kenia ha incinerado millones de dólares en marfil de elefante y rinoceronte. Ver aquí.
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"La fotografía de AP sobre la impactante violencia policial en Kenia. La BBC ha afirmado que las informaciones locales aseguran que le manifestante ha fallecido".Sin embargo, ahora algunos temen que Odinga esté cambiando de estrategia."Si los líderes se hubiesen apartado el nivel de brutalidad hubiese quedado minimizado. Pero yo creo que quieren que la gente sea golpeada para mandar un mensaje", asegura Mwagni. "A lo largo de los tres últimos años ha habido toda suerte de manifestaciones en las que la gente ha sido brutalmente reprimida. Y desde la oposición nadie ha dicho nada".Muchos están convencidos de que los miembros de la oposición han pagado a gente para que participe en las manifestaciones, una táctica habitual, muy extendida entre los políticos keniatas ante al proximidad de una manifestación.AP picture of police brutality that is shocking Kenya. BBC monitoring citing reports that protester now dead — Felicity Morse (@FelicityMorse)May 17, 2016
"Estos pobres desgraciados están siendo manipulados por cerebros en la sombra. Les están utilizando", asegura Derrick Mutune, un vendedor de ropa de 25 años. "Les dan un poco de dinero, pero el impacto mediático que generan es grande. Se dedican a destruir casas, tiendas, negocios. Se encargan de sembrar el caos".'Esto es un caos y una locura, la gente está siendo herida, malherida. Basta con mirar las imágenes. Están sangrando. Kenia se desangra'.
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"Les vi venir hacia mí y empecé a mover mi carro, pero se las apañaron para llevárselo todo. En un momento dado les dejé que se lo llevarán, no opuse resistencia", cuenta. "Yo no creo que esto se vaya a terminar pronto. Ese es mi peor miedo. Los negocios cerrarán y los turistas dejarán de venir y la economía se hundirá", vaticina.El martes, mientras los vecinos de Nairobi se dirigían al trabajo desde sus casas, Nthenge estaba sentado sobre un puesto destrozado de refrescos en un parque vecino. Su amigo y compañero de profesión se dedica a vender refrescos a los que pasan por allí. En un banco cercano, un grupo de cocineros hablan de sus cosas durante un descanso al aire libre, y decenas de personas avanzan por las veredas. Es como si la normalidad hubiese regresado a la ciudad. Claro que ninguno de ellos apostaría un centavo por que vaya a durar nada."Todo empieza siempre aquí, en Nairobi. Y de aquí se propaga al resto del país", cuenta Peter Ichita, apoyado sobre un banco de metal. "No sabemos cuál es el plan de la oposición para el lunes que viene. Pero si no se ponen de acuerdo y encuentran la manera de resolver lo que está pasando, entonces me da mucho miedo lo que se avecina".Sigue a Christina Goldbaum en Twitter: @cegoldbaumSigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEsEl lugar más peligroso del mundo para dar a luz. Leer más aquí.