Por qué tus amigos casados son los peores compañeros de borrachera

Cualquiera que quiera encontrar pareja y esté buscando citas te dirá que las salidas casuales a beber son parte del juego y, ciertamente, facilitan la meta final.

Mientras tanto, tus amigos casados rechazan con una sonrisa las propuestas para salir a emborracharse, prefiriendo cualquiera cosa equivalente al pintoresco plan de los casados; o sea Netflix y descansar. ¿Quién necesita el alcohol cuando ya tienes garantizada la dulce oxitocina que acompaña al sexo en posición del misionero y las caricias constantes?

Pero beber es un comportamiento complicado, al igual que las citas. De modo que, si eres un científico tratando de comprender los aspectos más detallados de cómo interactúan el alcohol y el estado marital, ¿cómo demonios puedes aislar las variables sociales involucradas?

Por medio de estudios a gemelos, así se hace. Observando 2,425 parejas de gemelos del mismo sexo (1,703 idénticos y 722 fraternos), los autores del estudio, que será publicado en el Journal of Family Psychology, descubrieron evidencia sólida de que "las relaciones íntimas causan un declive en el consumo de alcohol".

Y si bien éste podría no ser el descubrimiento científico más sorprendente de todos los tiempos, sí revela conocimientos fascinantes sobre los mecanismos subyacentes tanto al beber como al relacionarse. Acertadamente titulado "¿El matrimonio acaba con la diversión? Un Estudio de Gemelos sobre el Estado Civil y el Consumo de Alcohol", un equipo de investigadores comparó la frecuencia y cantidad de borracheras entre gemelos casados y sus hermanos solteros, divorciados y que viven juntos.

Los gemelos comparten los mismos genes y el mismo ambiente de crecimiento, eso le permite a los científicos descartar "bastantes variables terceras o explicaciones alternativas respecto a la hipótesis de que el matrimonio conduce a menos borracheras".

Lo que descubrieron fue que el anillo no era, de hecho, el factor más influyente en los hábitos para beber. Resultó ser el vivir juntos, ya que no había diferencia reconocible en las prácticas etílicas entre parejas casadas y quienes vivían juntos. Y quizá el descubrimiento más significativo fue que los gemelos casados bebían mucho menos frecuentemente que sus gemelos divorciados o solteros, y menos que sus gemelos que viven acompañados.

En otras palabras, estar soltero o divorciado podrá liberarte de las cadenas de la monogamia, pero también puede hacer que tu relación con el alcohol sea un poco (o mucho) más íntima.