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Alabemos a Agatha Christie, pionera de la novela policíaca

Broadly rinde tributo a la "Reina del crimen" días después del estreno de varias adaptaciones —incluyendo 'Murder on the Orient Express'— y dos películas biográficas en desarrollo.
Foto de Hulton Archive vía Getty Images

Nunca se te olvida la primera vez que lees a Agatha Christie. Al menos a mí no. Tenía 12 años y mi mamá me había sugerido tomar un libro de Christie de la biblioteca, puesto que había desarrollado un peculiar apetito por las historias de crímenes y suspenso. Escogí Evil Under the Sun al azar —era verano y me encantó la naturaleza dramática y siniestra del título—. Me quedé despierta toda la noche devorando página tras página, muriendo por averiguar quién había cometido el asesinato. En toda mi vida jamás había encontrado un libro tan adictivo. A partir de ese punto, quedé fascinada con Agatha Christie, particularmente con las novelas donde aparece el excéntrico bigotón Hercule Poirot, uno de los principales detectives de Christie. Existe una cualidad adictiva en toda la obra de Christie, y me enamoré rápidamente de todos los libros donde aparece Poirot, incluyendo Murder on the Orient Express, Death on the Nile, y uno de mis favoritos, The Murder of Roger Ackroyd.

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Ha habido innumerables adaptaciones de las novelas de Christie —en cine y televisión– y, una vez más, la "Reina del crimen" está en boca de todos gracias al estreno de la cinta Murder on the Orient Express, a la adaptación de Crooked House a estrenarse en diciembre y siete adaptaciones para televisión, aprobadas por la BBC, incluyendo el lanzamiento de Ordeal By Innocence de Sarah Phelps en Navidad. La fascinación por Agatha Christie es atemporal, pero su popularidad ha alcanzado nuevas alturas gracias a que las historias de crímenes se han vuelto cada vez más populares en la pantalla chica y grande.

La producción más vistosa de las próximas adaptaciones de la obra de Christie es, sin duda, Murder on the Orient Express de Kenneth Branagh —la nueva versión plagada de estrellas como Johnny Depp (asco… Al menos es uno de los personajes asesinados), Michelle Pfeiffer, Judi Dench, Willem Dafoe, Daisy Ridley, Leslie Odom Jr., Josh Gad, Penelope Cruz, y el mismísimo Branagh haciendo el papel del famoso investigador privado belga, Hercule Poirot—. Branagh hace un excelente trabajo dirigiendo Orient Express —y en 70 mm, no menos—, pero al igual que sus predecesores, la película no hace justicia a las palabras escritas de Agatha Christie. Quizás esta historia en particular es difícil de trasladar a la pantalla grande, dada su locación y verbosa —y por ende excesiva— revelación culminante. Sidney Lumet dirigió una versión mejor de esta película en 1974, pero aún así no le hace justicia al libro.

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Por lo general, las novelas de Agatha Christie no son tan difíciles de resolver; al menos en cuanto al culpable se refiere. Su modus operandi es darle al lector un puñado de personajes posiblemente culpables del crimen, mientras que sus detectives (casi siempre Poirot o Jane Marple, la mujer detective) detectan los motivos y la identidad del asesino. Lo que hace la obra de la escritora inglesa tan brillante es la manera en que construye el "porqué" y no el "quién". Edward Ratchett (Depp) fue asesinado en el Orient Express, y ahí tienen al culpable, pero nunca sabrán por qué. Esta estructura en el misterio detrás de un asesinato nos resulta familiar en nuestros días, pero debemos recordar que Agatha Christie, la "Reina del crimen", es a quien debemos agradecer. Christie perfeccionó este método a lo largo de sus 66 novelas policíacas, y en la actualidad es la escritora con más ventas en el mundo.

Además de la perenne fascinación por las historias de Christie, existe también hay un velo misterioso que cubre la vida de la escritora. El año pasado corrió el rumor que las ganadoras del Oscar, Emma Stone y Alicia Vikander, se encontraban en pláticas para interpretar a Agatha Christie en dos películas biográficas diferentes. Sony buscó a Vikander para una versión más general de la vida de la escritora inglesa (titulada Agatha Christie), mientras que Paramount Pictures mostró interés en Stone para Agatha, la cual se enfocaría en algunos extraños episodios de la vida de la peculiar mujer.

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La última propuesta me parece mucho más interesante, ya que se explorarían los 11 días de 1926 en los que Christie se convirtió en el tema de su propio misterio; quizás el más grande de toda su carrera. Hay varios recuentos escritos sobre este incidente, e incluso una película (Agatha de Michael Apted de 1979 con la participación de Vanessa Redgrave), pero para aquellos que no lo saben, la escritora fue una Gone Girl de la vida real mucho antes que apareciera la exitosa novela de Gillian Flynn o la aclamada cinta de David Fincher.

El 3 de diciembre de 1926, Agatha Christie, de 36 años, desapareció. Encontraron su auto cerca de un lago, y una bolsa de ropa y una licencia de conducir expirada en la escena. Para entonces, Christie era una escritora de alto perfil y su desaparición levantó la sospecha de una estafa que provocó una búsqueda con 15 mil voluntarios, biplanos y sabuesos.

Ya que su desaparición sucedió precisamente después del estreno de The Murder of Roger Ackroyd, muchos especularon que se trataba de un truco publicitario de Christie para aumentar las ventas de sus libros, pero la versión más aceptada (y la que más me gusta) dice que la escritora intentó vengarse de su esposo, Archie Christie, por engañarla con Nancy Neele. Se dice que Agatha quería darle una lección a su esposo arruinando el fin de semana de vacaciones que Archie había planeado con la joven Neele. Imaginen el número de personas que asumió, durante 11 días, que Archie había asesinado a Agatha para deshacerse de ella.

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Por otra parte, Agatha no hizo un buen trabajo escondiéndose. Se registró en el Old Swan Hotel de Yorkshire y, a pesar de dar un nombre falso (Teresa Neele, curiosamente tomó el apellido de la amante de su esposo), se dice que ni siquiera se esforzó para ponerse un disfraz mientras recorría el hotel de arriba a abajo. Poco más de una semana después, dos clientes del hotel la reconocieron y avisaron a la policía. Archie reportó la desaparición de Agatha como amnesia —es difícil demostrar que en efecto tenía pasajes de pérdida de memoria—. Poco tiempo después, en 1928, Archie presentó el divorcio y se casó con su amante.

Aunque la intención detrás de la desaparición de Agatha en 1926 sigue siendo un misterio, queda claro que sus novelas policíacas muestran gran precisión e imaginación. Agatha Christie no sólo escribió los prototipos de este género, también los perfeccionó. No por nada sus historias continúan emocionando a nuevas generaciones de lectores.