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La orina humana te salva de morir de sed y también fertiliza cultivos

Algunos agricultores orgánicos de Vermont están fertilizando sus cultivos con orina humana. Los resultados son extraordinarios, los donantes son el problema.
Photo by Abe Noe-Hays

Oh, Vermont. Te amamos por tus bosques prístinos, tu planta de helados Ben & Jerry y por tu larga historia de mentalidad abierta: en los años 80 elegiste a un democrático socialista como gobernador de Burlington; en los años 90 abrazaste legislativamente al matrimonio homosexual; y en los 2000s fuiste el primer estado de Estados Unidos que pidió que las tropas americanas se retiraran de Iraq.

Y, en la actualidad, usas donaciones de orina humana para regar tus cultivos.

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El Instituto Rich Earth, en Brattleboro, está «dedicado a promover el uso de desperdicios humanos como recurso». En 2012, el grupo, fundado por un experto del composting toilet, empezó a coleccionar la orina donada por un grupo de 60 personas. La orina fue entonces transportada por una compañía privada de servicio séptico a Fair Winds, una granja de ganado y vegetales donde la energía para el trabajo se toma de un equipo de cinco caballos.

Allí, el granjero Jay Bailey aplicó la orina humana a sus cultivos de trigo para probar su eficacia como poderoso fertilizador. El proyecto fue tan exitoso que en el 2013 unos cien donantes nuevos se integraron a la autoproclamada «brigada de la orina». De 60, pasaron a ser 175, y en 2014 produjeron 3 mil galones de orina. Este año, dice el cofundador de Rich Earth, Kim Nae, espera que los voluntarios entreguen unos 6 mil galones y que dos granjas más se unan.

«Es una idea novedosa que realmente ha despegado», dice Kim «todo mundo está muy intrigado, pero está dando resultados».

Kim explica que la orina es realmente muy rica en tres sustancias que son claves para la salud del suelo: nitrógeno, fósforo y potasio. Encontrado en los fertilizantes químicos que los graneros orgánicos no quieren usar debido a su toxicidad, entre otras cosas, los elementos básicos son absorbidos por las plantas mientras crecen, llevados a nuestros cuerpos cuando comemos esas plantas, y finalmente son eliminados en la orina cuando nuestra dieta tiene mucha cantidad de ellos. Kim, a quien le han apasionado por mucho tiempo las alternativas sostenibles para la agricultura, dice que el 'meocilísmo', como es llamado a veces, es una opción atractiva para la gente que está preocupada con el medio ambiente, pero siente que no tiene ninguna posibilidad de tomar pasos concretos en sus vidas diarias.

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Seth True saca la orina de un tanque de 275 galones para transferirla a la granja. Todas las fotos son de Abe Noe-Hays. La orina es desinfectada usando un pausterizador solar.

«Este es un proyecto que da mucho empodereamiento», dice. «Generalmente la sustentabilidad conlleva a hacer menos –manejar menos, usar menos energía–, pero esto es algo que ya tenemos, que sale de nuestros cuerpos, que puede ayudar a cerrar el ciclo de nutrientes».

Jay Bailey, el granjero que usa la orina en sus cultivos, está de acuerdo. «Usando un recurso desperdiciado –porque esta sociedad en serio se preocupa por hacer desaparecer su orina– tiene perfecto sentido para mí», dice.

Bailey no tiene que tratar mucho la orina para que sea utilizable, porque es esencialmente estéril –por eso puedes tomártela cuando estás muriendo de sed–. Sin embargo, para eliminar cualquier posibilidad de contaminación de la orina con materia fecal, Bailey la pasteuriza en grandes tanques que se calientan con paneles solares, aumentando su temperatura a 50 grados centígrados durante media hora.

Antes de 2011, cuando empezó el Proyecto de la Orina, Bailey ya usaba los desperdicios, recolectando composta y luego colocando el estiercol de sus caballos en los cultivos de heno. Pero con solo cinco caballos para producir estiercol y catorce acres para fertilizar, Bailey no podía refertilizar sus plantaciones a la mitad de la temporada, luego de su primera cosecha (cuando el heno y la tierra en la que crece fueron drásticamente desposeídos de sus nutrientes). Desde que se unió al Proyecto de la Orina, Bailey ahora usa el agüita amarilla de los voluntarios para fertilizar en ese periodo y dice que los resultados han sido dramáticos».

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Charles Butterfield, un profesor de química retirado que trabajó en la Preparatoria Brattleboro Union por 32 años, es uno de los miembros más entusiastas de la brigada de orina. Supo del proyecto a través de Abraham Noe-Hays, cofundador del Instituto Rich Earth, el experto en compost de toilet que fue alumno de Charles hace ya mucho tiempo. Después de participar de una presentación informal hecha por Abraham y Kim, él y su esposa Nancy fueron convencidos por la idea.

«Para mí tiene sentido: tomar los minerales buenos de nuestro cuerpo y regresarlos a la tierra, de donde los tomamos», dijo. «Firmas y alimentas a tus cultivos, qué genial».

Cada voluntario tiene que llenar un galón que tarda semanas en llenarse. Después, los galones se llevan «a la sede (casa de Kim) y recogen uno vacío para volverlo a llenar».

Charles cuenta que los pocos conocidos que han oído del nuevo hobby de él y su esposa se han mostrado muy interesados en el tema –algunos incluso quieren cooperar–.

«Sin embargo», agrega, «no creo que hayamos convencido a alguien de unirse al grupo aún».

Heno que ha sido fertilizado con orina. Foto de Betty Jenewin.

Actualmente, solo los animales de la granja de Bailey están comiendo cultivos fertilizados con orina. Sin embargo, los fundadores de Rich Earth están investigando si se puede aplicar orín a los cultivos con alimentos para los humanos. Recientemente recibieron dinero de una beca de la Agencia de Protección Ambiental para un proyecto de investigación de dos años y medio, en el que se utilizará orina para fertilizar tomates, lechugas y zanahorias. Después le harán pruebas a los cultivos para ver qué hormonas y farmacéuticos que tomamos y liberamos en la orina llegan a la planta. Kim tiene esperanzas de que esa cantidad será mínima y que esta práctica se extienda a otras partes del mundo.

Cuando esto suceda, Rich Earth se enfocará a su próximo plan de sustentabilidad: fertilizar los cultivos usando heces humanas. La pregunta es cómo se sentirán los donantes al respecto.

Charles piensa que no está seguro de poder incorporar esa tarea a su regimen diario.

«No creo tener el mismo entusiasmo», concluyó.