'El hombre es una mujer inacabada': el movimiento por la supremacía femenina
Illustration by Shawna X

FYI.

This story is over 5 years old.

Identidad

'El hombre es una mujer inacabada': el movimiento por la supremacía femenina

La supremacía femenina es la creencia de que las mujeres son innatamente superiores a los hombres y que deberíamos construir una sociedad que refleje ese hecho.

Cuando Madame Caramel, una dominatrix profesional de 39 años de edad residente en Londres, contestó a mi llamada por Skype, parecía distraída. "Disculpa, cuando enciendo el Skype todos mis esclavos empiezan a enviarme mensajes", me dijo. Llevaba el cabello elegantemente recogido y su sonrisa, amplia y cálida, brilló cuando le pregunté qué significaba para ella la supremacía femenina.

"El patriarcado debe terminar. Para que podamos sobrevivir como especie, las mujeres deben asumir el mando", dijo. "El modo en que lo han hecho los hombres durante todos estos años… No es correcto. Si las mujeres asumen el liderazgo, tendremos muchas más probabilidades de que no haya guerras ni otros problemas. Los hombres piensan con la polla. Son fáciles de manipular".

Publicidad

Te puede interesar: Cómo conseguir el tipo de sexo duro que deseas

Dicho de forma más sencilla, la supremacía femenina es la creencia de que las sociedades deberían estar dirigidas por mujeres y que los hombres, siendo inferiores, deberían dejar siempre que las mujeres tomaran las decisiones. Esta ideología no es en absoluto nueva, aunque sí extrema: en las décadas de 1960 y 1970, teóricas feministas radicales como Andrea Dworkin, Monique Wittig y Mary Daly defendían la creación de sociedades en las que gobernaran las mujeres, aunque la mayoría de estas utopías imaginadas eran de carácter separatista. Valerie Solanas afirmaba en su Manifiesto SCUM que la sociedad contemporánea era totalmente irrelevante para las mujeres, de modo que las féminas "dotadas de una mente cívica, de sentido de la responsabilidad y de la búsqueda de emociones" debían "destruir el gobierno, eliminar el sistema monetario, instaurar la automatización total y destruir al sexo masculino". (Más tarde Solana dijo al Village Voice que el grupo que tenía en mente al escribir el texto, la Sociedad para Cortar a los Hombres o SCUM, por sus siglas en inglés, era "simplemente un recurso literario").

"El hombre es una mujer inacabada, un aborto ambulante, un aborto en fase gene", escribió Solanas en la introducción del Manifiesto SCUM. "Ser hombre es ser deficiente; un deficiente con la sensibilidad limitada. La virilidad es una deficiencia orgánica, una enfermedad; los machos son lisiados emocionales".

Publicidad
Madame Caramel

Aunque Madame Caramel comparte ese deseo de instaurar una sociedad matriarcal y también un profundo conocimiento de los errores de los hombres, practica la supremacía femenina a un micro-nivel, solo en sus relaciones personales. Para ella, la supremacía femenina existe entre dos personas que acuerdan toda una serie de normas, todas ellas concentradas en una: la mujer es la que manda. Mantiene desde hace cuatro años una relación amorosa de dominatrix-sumiso con su pareja, que se le declaró el año pasado en los Jardines de Luxemburgo. Su anillo es enorme.

"El modo en que decidimos que esta relación podría funcionar para mí fue que yo estuviera al cargo de todo", afirmó. "Es mucho mejor cuando arrebatas las responsabilidades al hombre. Mi pareja es un hombre muy inteligente ―está a mi disposición para todo lo que necesito―, pero el control es solo mío. Yo compro los muebles que quiero. Compro el coche que quiero. Viajo donde quiero. Él solo tiene que limitarse a seguirme y disfrutar del viaje. Está encantado".

La supremacía femenina no es para todo el mundo, indica Madame Caramel, incluso aunque sea la mejor forma de vivir y de follar. La idea subyacente ―que las mujeres son superiores― estructura su relación con su pareja y con sus esclavos, de los que tiene dos tipos: los que le pagan y los que lo hacen para que ella pueda llevar ese estilo de vida. Los primeros pagan sesiones que pueden durar desde una hora a toda la noche, mientras que los últimos ofrecen algo más íntimo. Este último tipo de sumisos ―"y ahí es donde mi supremacía femenina hace acto de presencia"― le pagan para que pueda mantener su extravagante estilo de vida, aunque la relación no es transaccional. Dice que siente un profundo amor por ellos. Son los que la tratan como una diosa, los que ella alecciona para que le proporcionen sexo oral adecuadamente, los que reconocen que su placer es lo más importante.

Publicidad

Sadie Synn, dominatrix tanto en su día a día como en el ámbito profesional, lleva cuatro años y medio formando parte de la comunidad BDSM. Hace una distinción similar entre estilo de vida y relaciones remuneradas con clientes, de carácter más profesional. "Existen relaciones dentro de mi estilo de vida que son relaciones basadas en la supremacía femenina, en las que el hombre es un esclavo", explicó. "He conocido individuos que mantienen relaciones en las que entregan su sueldo íntegro a su mujer. Ella les domina, ellos no poseen nada y hacen muchas de las tareas del hogar. La mujer toma todas las decisiones. Cuando te adentras en el mundo de las dominatrix, ahí es donde se convierte en una interpretación. Mientras que las dominatrix que lo viven como estilo de vida aportan una gran carga emocional, las profesionales interpretan algo así como un papel".

Sadie Synn

Synn es una mujer trans, lo que le proporciona una perspectiva muy especial sobre la ideología de la supremacía femenina. "Irónicamente, yo empecé en la comunidad como sumiso masculino o esclavo", recordó. "Mucho de ello tenía que ver con mi propia transición personal; me sentía muy atraída por la dominación femenina".

Synn empezó a hormonarse en 2014. Conforme incrementaron los niveles de estrógeno en su cuerpo, afirma, se dio cuenta de cuánto más era capaz de sentir. Empezó a creer que la testosterona la había "silenciado emocionalmente". Esa sensación de inteligencia emocional amplificada, así como su creciente involucración en la comunidad BDSM, sentaron las bases de su visión supremacista femenina, que según ella se encuentra en el lado más tolerante del espectro.

Publicidad

Esta ideología tiene sentido para Synn a nivel intuitivo, porque ella se considera a sí misma como una feminista interseccional. "Para mí todo gira en torno a reconocer el valor de sentirse más emocional y cómo eso puede desembocar en pensamientos racionales. Si miras a tu alrededor, ¿qué porcentaje de todos los crímenes son cometidos por hombres y qué porcentaje por mujeres?", indicó. "Resulta obvio que los hombres siguen actuando como animales debido a su testosterona. Muchas de nuestras figuras políticas hacen mierdas estúpidas y normalmente las mujeres actúan mejor, gestionan mejor las cosas. No hago sino guiarme por esas observaciones. Las mujeres hacen las cosas mejor".

Fuera de la comunidad BDSM, la idea de la supremacía femenina no está demasiado extendida. Esa filosofía está íntimamente conformada por la dinámica entre esclavo y ama y la cultura dominatrix, oscilando entre lo fetish y una visión del mundo, si es posible separar ambas cosas. Para complicar todavía más las cosas, los debates en torno a la supremacía femenina existen casi exclusivamente en internet y en los espacios privados; no hay una "voz" para el movimiento, lo que dificulta la labor de determinar su finalidad. El grupo de Facebook "The New World Order of Female Supremacy" (El nuevo orden mundial de supremacía femenina) cuenta tan solo con 110 miembros y en cierto modo resulta desconcertante, porque sus dos administradores son hombres. La descripción del grupo es la siguiente:

Publicidad

Nuestro movimiento apoya la idea de la paz mundial a través de la ginarquía, es decir, el gobierno de las mujeres. En nuestros grupos presuponemos que todas las mujeres son fuertes. Nos dirigimos a ellas como Mistress ("ama"). Los Sissies ("maricas") son sirvientes de las miembros femeninas y los hombres son sirvientes de las miembros femeninas y de los Sissies. Recibimos con agrado imágenes de mujeres de buena calidad y cualquier otra cosa que no contravenga los términos y condiciones de Facebook.

¿Hasta qué punto defenderían estos dos hombres ―y los otros 108 miembros del grupo― la "ginarquía" en la vida real?

Según Sue Storm, experta en temas fetish y presentadora del podcast In Bed with Dr. Sue que trabajó como dominatrix profesional durante cuarenta años, la mayor parte de la defensa de la supremacía femenina online es "una fachada". "Todo está dirigido a ganar dinero", explicó a Broadly. "De todas las mujeres que afirman defender la supremacía femenina, solo entre un dos y un tres por ciento lo sienten de verdad".

Resulta obvio que los hombres siguen actuando como animales debido a la testosterona

Anteriormente se identificaba como defensora de la supremacía femenina, añadió, pero ha acabado desencantada con las disputas y el bullying que practican las dominatrix más jóvenes, que según ella son el motivo por el que la materialización de la supremacía femenina es imposible. "Toda la hermandad femdom es una basura. No estamos suficientemente implicadas", afirmó, destacando que el incremento de la dominación financiera, o "findom", ha hecho que las dominatrix más jóvenes adopten personajes de supremacía femenina para atraer sumisos dispuestos a bañarlas en regalos y dinero. "La mayoría de mujeres que entran en este negocio lo hacen para ganar dinero fácil, así que hay un montón de luchas internas. Resulta extraño ver a dos mujeres que no se estén peleando. ¿Qué clase de comportamiento de supremacía es ese?".

Publicidad

En julio de 2013, una dominatrix poliamorosa de 30 años de edad que responde al nombre de Domina Jen escribió una entrada en su blog titulada "Por qué ya no creo en la supremacía femenina", en la que expresaba reservas similares acerca del confuso movimiento. Aunque sigue creyendo que "las mujeres son biológica y físicamente superiores a los hombres", escribió, se siente incómoda haciendo generalizaciones sobre la esencia de cada uno.

"No quiero que me respeten solo por ser mujer", escribió. "Eso suena falso y vacío. Quiero ser respetada por mis acciones, por ser quien soy. Hay innumerables mujeres con voluntad débil, débiles de mente, egoístas y crueles. He conocido a demasiadas mujeres que no merecen ningún tipo de respeto. Y la idea de que esas mujeres estén al cargo de algo o de alguien me resulta jodidamente aterradora".

¿Creo que es preciso que las mujeres asciendan al poder? Al cien por cien. ¿Creo que somos superiores a todos los demás? Absolutamente no

La Dra. Sue también es decididamente contraria a la supremacía femenina, pero piensa que es preciso que los hombres se pongan las pilas. "¿Creo que hay una jerarquía y que los hombres lo han jodido todo? Por supuestísimo. Los hombres blancos han sido una cruz para la existencia de todos. ¿Creo que es preciso que las mujeres asciendan al poder? Al cien por cien. ¿Creo que somos superiores a todos los demás? Absolutamente no. No hay ninguna raza mejor, ningún género mejor ni nada mejor. Todos somos iguales. Y es necesario que cuidemos los unos de los otros siguiendo esa premisa".

Y aun así, hay algo que resulta muy atractivo de una relación amorosa consensuada que se estructure sobre el modelo de la dominación femenina. Todos los viernes, Madame Caramel y su prometido celebran lo que ellos llaman "Viernes FemDom". Ella se queda en la cama mientras él arregla la casa y comienza con los preparativos: sacar el vestido que ella eligió la noche anterior, cocinar, preparar la bañera, complacerla. Su prometido dedica el día entro a sus necesidades y deseos. Suena idílico.

Madame Caramel tiene intención de jubilarse en abril, después de 14 años como dominatrix profesional, para poder pasar más tiempo con el que pronto será su marido. "Aunque tengo otros esclavos y continuaré prestándoles atención, ahora mismo estoy concentrada en mi pareja", afirmó. "Porque quiero enseñarle a que haga mejor que yo las cosas que a mí se me dan bien. Hay algunas cosas que todavía no sabe hacer correctamente, como la repostería. ¡Y a mí me encantan los pasteles! Hace trampas, compra esos paquetes que ya tienen los ingredientes preparados. No, no, no, no. Quiero que lo prepare desde cero".