Los 10 arrestos que evidencian la gravedad de la amenaza yihadista en Brasil

Un total de 10 detenidos en los estados de São Paulo y Paraná es el balance de los operativos contra supuestos integrantes de un grupo vinculado a Estado Islámico (EI) en Brasil y dispuesto a atentar de forma inmediata en el país, según las autoridades. Los jóvenes, uno de ellos menor de edad, estaban buscando armas, algo que convierte su amenaza en la mayor que han enfrentado hasta la fecha los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Los arrestados se comunicaban a través de redes sociales y habrían recibido instrucciones de cuentas relacionadas con EI. Alexandre Moraes, ministro de Justicia del Gobierno interino, asegura que los detenidos habrían recibido instrucción militar online e iban a comprar una ametralladora AK-47 a través de una web alojada en Paraguay.

Moraes indicó también que, a pesar de su disposición de viajar al extranjero para unirse a los tropas de EI, acabaron dirigiendo sus esfuerzos contra los atletas extranjeros en Brasil, en sintonía con la nueva estrategia del grupo, que alienta a cometer atentados en los lugares de origen de sus acólitos cuando está sufriendo graves derrotas militares sobre el terreno.

Las detenciones son resultado de las indagaciones de la llamada Operación Hashtag, en la que otra decena de supuestos integrantes del terrorismo autodenominado yihadista fueron arrestados. Entonces se calificó a los detenidos de integrar una célula "aficionada" y "desorganizada".

La Triple Frontera

La Triple Frontera, el espacio comprendido entre Brasil, Argentina y Paraguay, es la región en la que existe la mayor comunidad musulmana del continente, integrada por unas 20.000 personas. En la primera oleada de detenciones, 4 de los 10 detenidos lo fueron en estados colindantes con los mencionados países. Esta vez también cayeron otros tantos en Paraná.

En 2012 la revista Foreign Affairs ya señalaba esta amenaza, estableciendo como factores facilitadores la porosidad de las fronteras y un crecimiento urbano desordenado. A principios de la década del 2000 era el grupo chií Hezbollah el que tenía mayor presencia en la zona, pero con el tiempo fueron primero Al-Qaeda y luego el EI los que le tomaron el relevo.

Pero la de la Triple Frontera no es la única contribución de latinoamericanos a la yihad global.

El caso de Bastian Alexis Vasques, ciudadano noruego de ascendencia chilena que dio la cara por EI en un vídeo detectado por las fuerzas de seguridad del país escandinavo, fue uno de los más mediatizados. Abandonó su localidad natal, Skien, para unirse a EI tomando el nombre de Abu Safiyya.

El Instituto Británico de Defensa IHS Jane's llamaba a estos combatientes "yihadistas exóticos", un grupo en el que habría brasileños, colombianos, costarricenses y hondureños.

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