FYI.

This story is over 5 years old.

literatura

"La novela no es el papel, es la obra literaria": la cruzada por los ebooks en Colombia

Iván Correa, cabeza de la editorial eLibros, nos cuenta de los desafíos y los éxitos de los libros electrónicos en Colombia.
Foto: Santiago Mesa

La publicación digital parece ser un terreno próspero para las editoriales independientes. En Colombia, Lua Books, una editorial infantil, comenzó publicando solo en digital hasta que se vio tentada a pasar al impreso. Manuvo es una editorial digital que también presta asesorías editoriales, aunque es una iniciativa colombomexicana.

Por último, eLibros editorial se ha mantenido en lo estrictamente electrónico aunque Iván Correa, la cabeza visible del proyecto, confiesa que a veces siente el impulso de traicionar su propósito cuando un libro vende mucho.

Publicidad

eLibros nació en 2012 y su catálogo ya agrupa más de 100 títulos. La colección 800 está compuesta por obras clásicas de Colombia y Latinoamérica de finales del Siglo XIX y comienzos del XX. Sur es una compilación de contemporáneos que publicaron desde mediados del siglo pasado. Lang es la colección más incipiente, con apenas tres títulos traducidos al inglés. También hay una colección de interés general que pretende abarcar no solo literatura sino periodismo y medicina.

Es común que durante ferias del libro los padres se acerquen a Iván preguntándole cómo hacer para que sus hijos lean en Ipads y tabletas. Para no desaprovechar ese potencial nicho, eLibros incluyó en su catálogo obras de literatura infantil y juvenil. Los títulos que editan solo ellos corresponden al 50% del catálogo y el 50% restante son coediciones con El Peregrino, Laguna Libros y Luna Libros, de Bogotá, y Sílaba Editores, de Medellín.

Hasta la diagramación del libro, los costos de producción del digital son los mismos que del físico porque el trabajo es idéntico: corrección ortotipográfica y de estilo, diseño de carátulas e ilustraciones. Sin embargo, los costos del primero se reducen significativamente porque diagramar un libro que no necesita imprimirse ni distribuirse es más barato.

Uno de los principales propósitos es ahorrar papel. Según Correa, "no hay un estudio al respecto, pero yo creo que el 95% de la gente que compra un libro físico lo lee una vez y no lo vuelve a tocar".

Publicidad

Impulsores del éxito indiscutido de Laguna Libros (una de las independientes colombianas a las que mejor le ha ido), coeditan sus títulos. Mientras que un libro impreso de Laguna (por ejemplo Ximénez, de Andrés Ospina) cuesta casi 40 mil pesos, el digital cuesta 18 mil. Cuando eLibros coedita con las independientes, tanto los costos de producción como las utilidades se parten a la mitad con el socio.

Una señal inequívoca del renombre adquirido por Laguna Libros en los últimos años es el "milagro editorial" que resultó ser Memoria por correspondencia, de Emma Reyes. El libro es un compendio de cartas en las que la pintora colombiana narra las dificultades que atravesó durante su infancia.

Cuenta Felipe González, editor de Laguna Libros, que el libro se publicó en 2012. Sin embargo no tenía muy claro cómo iba a ser su difusión. Durante los primeros seis meses se vendieron 500 ejemplares, resultado que González recibió con agrado. Luego estuvo reseñado en El Espectador, Arcadia y Semana. En menos de dos semanas se vendieron los 500 ejemplares restantes de la primera edición.

Dice Felipe que Memoria por correspondencia tiene vida propia. "Está en 17 países y se ha traducido a 15 lenguas. Está en México, España, Israel e Italia. Está próximo a salir en Estados Unidos, con la editorial Penguin Classics, y en Francia, con Fayard. En Suecia va a salir publicado con Nordest, una editorial fundada en 1832".

Publicidad

El libro alcanzó también China, Taiwán, Noruega, Dinamarca, Brasil y Holanda. Todo ocurrió en menos de tres años. A pesar de la lentitud en las negociaciones, de que los contratos deban ir y volver, de que la traducción y publicación del título tome su tiempo, el ruido que ha generado el libro es indiscutible.

"Ha sido un efecto bola de nieve: Penguin no se habría interesado si no hubiera estado en otros países. En México salió en la editorial Almadía en noviembre de 2014. En España e Italia se publicó en marzo de 2015, con Libros del Asteroide y Sur, respectivamente", agrega González. De los 17 mil ejemplares que se habían vendido hasta finales de 2015, aproximadamente mil ejemplares se vendieron en digital, lo cual representa casi el 6% de las ventas.

Iván Correa | Foto: Santiago Mesa

Los libros de la editorial se adquieren mediante dos formas: la compra en línea y en librerías. ¿Cómo así, no que el propósito de Correa es ahorrar papel? Por supuesto: no son libros convencionales, son tarjetas que hacen las veces de libro, pues se aprovecha la noción de lo físico para promocionar lo digital.

El formato del libro digital se conoce como epub. Son textos adaptables para todos los dispositivos: Ipod, Iphone, Mac, tabletas, dispositivos Android, Smartphones y computadores. Se consigue en las tiendas de Apple o de Google asociando la cuenta del comprador y de una vez se descarga al aparato. También se obtiene directamente en www.tarjetasebook.com, la tienda digital de eLibros, que genera un código del libro deseado, el cual se puede descargar hasta en tres dispositivos distintos.

Publicidad

Otra de las ventajas de la edición digital es que no hay costos extra por bodegaje ni distribución, el cual es un riesgo alto para las editoriales tradicionales. "Una vez un librero se quejaba de que tenía este montón de tarjetas y no sabía qué hacer con ellas. Pero es mucho más práctico tener estas tarjetas en un cajón que un montón de libros en una bodega", asegura Correa.

Al entrevistar a Iván me surgió la duda respecto a si un epub, no era, en últimas, un pdf con un nombre bonito. De ninguna manera: la principal diferencia es que el epub es un texto adaptable. El pdf, en cambio, es la fotografía del libro impreso. Ahí es cuando el epub cobra importancia: al ser adaptable, la letra se puede acomodar al gusto del lector, por lo que no existe un número de páginas fijo.

También hay funciones similares al pdf: es posible resaltar el texto y hacer comentarios sobre un párrafo en específico, pero además el epub tiene un diccionario incorporado, que varía dependiendo del dispositivo donde se lea, para buscar las palabras que al lector le resulten desconocidas.

Antes de ser competencia, el formato digital quiere complementar al análogo

Según el último informe de la Cámara del Libro, en 2015 se publicaron 4.230 libros digitales en el país, el 24% de los 17.723 títulos que se publicaron ese año. 1.504 títulos fueron publicados por una empresa editorial, 1.422 por universidades, 515 por una entidad pública, 281 por persona natural, 278 por fundaciones, asociaciones e institutos, 166 por empresa privada no editorial, 72 por oenegés y los 2 restantes por alguna institución religiosa.

Publicidad

A pesar de contar con el 24% del total de los títulos publicados, la Cámara del Libro le envió un reporte a Iván en el cual las ventas digitales apenas alcanzaron el 3%. Correa le atribuye la razón, en parte, al hecho de que no hay mucha gente en Colombia con acceso a tarjeta de crédito, la única manera de comprar sus libros en internet.

"Todavía nos falta", afirma. "En España las ventas digitales representan el 5%, pero es porque el iva del libro digital es del 20% mientras que el del impreso es del 4%. Solo Estados Unidos tiene un nicho digital consolidado: aproximadamente el 25% del mercado del libro es digital", concluye.

A pesar de que ya es reconocida en Iberoamérica como una editorial digital importante, eLibros no ha podido consolidarse del todo porque su primer problema es que la gente se resiste a hacer la transición a digital. "A pesar de que existen las herramientas la gente prefiere seguir leyendo en impreso, así lo electrónico valga menos".

La hipótesis de Iván es que el libro digital no va a destruir al libro impreso de la noche a la mañana. Antes de ser competencia, el formato digital quiere complementar al análogo. La prueba es que en las segundas ediciones de Tú que deliras, de Andrés Arias, y Ximénez, de Andrés Ospina (ambos de Laguna Libros), se incluyó un desprendible con el código del libro digital totalmente gratis.

Correa, que antes de editar era músico, establece la siguiente analogía: "desde hace 10 años, los CD's y las disqueras han ido desapareciendo porque el modelo de negocio mutó hacia lo digital. Es una transición: el libro impreso lleva 500 años, desde la invención de la imprenta, el digital apenas cinco. Es cuestión de tiempo para que el impreso, antes de dejar de existir, se convierta en artículo de lujo".

Publicidad

Otro inconveniente que ha tenido la editorial es con la parte administrativa. La Ley del Libro en Colombia dice que toda editorial que publique libros tiene que hacer depósito legal de los mismos a la Biblioteca Nacional, a la Biblioteca del Congreso y a la Biblioteca de la Universidad Nacional. Ante la falta de iniciativas digitales, no existía un espacio para que estas cumplieran el requisito.

"El libro no es el papel sino la obra literaria, el contenido", afirma molesto. El problema se sorteó a medias: Correa entregó un CD, que "a lo mejor está guardado en un cajón". Aunque la reglamentación es ambigua, al menos ya existe un depósito voluntario para quien publique libros digitales.

En 2014, el Ministerio de Cultura se volvió un obstáculo para eLibros. Durante la edición de ese año del Premio Nacional de Novela, eLibros envió una novela inédita, Voto de tinieblas, de Rodrigo Parra Sandoval. Cuando lo recuerda, Iván todavía se llena de impotencia. Le dijeron que no recibían novelas digitales. Aunque fue un asunto menor, para Correa "este es un problema que solo nace de la ignorancia" porque, de nuevo, "la novela no es el papel, es la obra literaria".

Cuando el autor ve su libro en digital no se siente publicado

María Orlanda Aristizabal, coordinadora del grupo de Literatura y Libro del Ministerio de Cultura, aclara el malentendido: según ella, ese año solo se recibieron novelas impresas porque el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y el Ministerio de Cultura reabrieron la convocatoria "Crea Digital 2014".

Publicidad

El estímulo, creado en 2012, fue "un esfuerzo por incentivar la industria de contenidos digitales en Colombia en reconocimiento a las TIC como herramientas esenciales para la consolidación de nuevos procesos comunicativos y educativos, y el desarrollo de la cultura en una sociedad globalizada", respondió María Orlanda. "Crea Digital" pretende ser una oferta complementaria a los estímulos físicos que apoye a los creadores en sus diversas formas creativas.

Resulta paradójico que Voto de tinieblas, un libro que solo se consigue en digital, esté ambientado en el Siglo XIX, en plena transición entre la colonia y la modernidad en Latinoamérica. La novela narra la historia de una monja que, enclaustrada en un convento, hace votos de silencio. Mientras, América Latina atraviesa un cambio brusquísimo y la protagonista, movida por la necesidad de saber qué pasa afuera en el mundo, escribe en su cuerpo símbolos de lo que cree que está pasando.

Además de Voto de tinieblas, eLibros publicó los nueve libros que componen la obra completa de Parra Sandoval. "Cuando el autor ve su libro en digital no se siente publicado. Uno cumple con enviarle el correo notificándole que el libro ya está listo y le envía el link para que lo comparta en redes sociales, pero para el autor es como si no estuviera listo", declara Correa, afligido. "Hubo por ejemplo un autor que se mandó a hacer 100 ejemplares impresos porque no sentía que sus libros en realidad existieran."

Hay otro contratiempo que, de sortearlo, se convertiría en un beneficio para el sello: la inexistencia de compras institucionales para libros digitales. Iván quiere que el gobierno incluya sus títulos en la iniciativa Tabletas para educar, que se desprende del programa Computadores para educar. Durante 2014, Tabletas para educar repartió 330 mil tabletas en todo el país. El inconveniente, dice Iván, es que esos dispositivos se entregan sin libros.

"Sería una oportunidad buenísima para que esos muchachos reciban una tableta con una biblioteca virtual de 50 o 100 libros", relata entusiasmado. "Si el Gobierno negocia 200 mil ejemplares de un título impreso que valga 50 mil pesos cada ejemplar, saldría mucho más barato porque es una compra al por mayor. Ahora imagínese si no hay papel de por medio: podríamos negociar precios muy bajos para que el Gobierno entregue sus tabletas con biblioteca incorporada de 10, 20 o 50 títulos", insiste.

Aunque el catálogo es sólido y no se arrepiente de publicar nada, todos los días se pregunta en qué se metió. "Es un negocio muy difícil y los resultados me cuestionan. La editorial recién cumple cinco años y todavía hay mucha incertidumbre". Sin embargo, aclara, el panorama no es desolador para lo digital sino para la industria editorial en general. "Es una cuestión de resistencia y persistencia. De pronto –estima- en cinco años se vean resultados más claros".