Cuando se estrenó The Office, yo iba a séptimo de primaria, por lo que era demasiado joven para captar la estremecedora verdad que se esconde detrás de sus diálogos y chascarrillos.No fui consciente del realismo con que la serie retrataba las humillaciones diarias que se dan entre las paredes de las oficinas de todo el mundo hasta que las sufrí en mis propias carnes trabajando en una durante trece meses. A continuación os presento las lecciones que se pueden extraer de The Office y que me habría gustado conocer antes de entrar en el mundo laboral.
Publicidad
Los empleados no trabajan
Los jefes tampoco trabajan
Publicidad
Una vez estuve a cargo de una campaña de publicidad totalmente ineficaz para el departamento de contratación para la que ya se habían gastado 30.000 dólares y con la que solo se había logrado contratar a un empleado. Tuve varias reuniones urgentes con mi jefa, que me tranquilizó y me instó a que siguiera con la campaña. Cuando finalmente decidí que era hora de cortar el grifo, mi jefa se cabreó conmigo por no haberlo hecho antes. Me recomendó la lectura de un libro sobre feminismo y que escuchara una charla de Sheryl Sandberg en TED, todo ello mientras daba sorbos a su café helado, terminaba de hacer su pedido de zapatos en Nordstrom.com y el mundo ardía a su alrededor.
Pertenecer a una minoría no es bueno
Publicidad
De los 300 empleados de mi oficina, más o menos tres y medio de ellos eran negros (yo era el medio). Mi primera cagada monumental fue empezar a trabajar coincidiendo con los desórdenes de Ferguson, y la segunda fue seguir por internet una de las sesiones judiciales en horas de trabajo. Mi jefa me pidió que desconectara los auriculares para que todos pudieran oírlo. Durante varias semanas, la mujer me estuvo enviando un mínimo de un artículo al día del New York Times sobre racismo y mis compañeros de trabajo me hacían partícipe de su sentimiento de culpa por haber nacido blancos. Esa actitud se prolongó hasta que manifesté públicamente mi apoyo a la presidencia de Donald Trump.Ya sea con motivo de las fiestas navideñas, comidas y picnics de negocios, noches de casino, horas felices, la convención anual de la empresa o de un crucero de borrachera, el alcohol es un elemento muy destacado en The Office. Sin embargo, aquello no me preparó para la sorprendente cantidad de alcohólicos que encontré en mi oficina.Nunca había visto una nevera solamente llena de cervezas hasta que empecé en ese trabajo. Pues había ni más ni menos que cuatro de esas neveras. No estaba mal visto empezar a beber antes de las 16:30, pero en cuanto llegaba esa hora, la gente empezaba a ponerse ciega sin molestarse ni en disimularlo. A uno de mis compañeros, eso de las neveras no le pareció muy buena idea y compró un carrito de bebidas con su decantador de whisky y todo a cuenta de la empresa, bajo el concepto de "material de oficina". Fuera del trabajo, se organizaban horas felices bajo cualquier pretexto imaginable: nuevas contrataciones, nuevos despidos, cumpleaños, por ser martes, etc.
Hay alcohol. Mucho alcohol
Publicidad