Publicidad
Publicidad
Publicidad
Relacionados: Enchúlame la pucha
Ah, la cara. Tal vez más que todas las otras intervenciones quirúrgicas, es la relación de los artistas con su cara la que habla de su sensación de identidad. "Cuando estás en recuperación, tu cara está tan hinchada que no sabes cómo te vas a ver, que de hecho es una experiencia bastante extraña", dijo Francis. "Digo, quizá fue inducida por la morfina. Pero también, como durante varias semanas no puedes sentir físicamente tu cara —mientras tu sistema nervioso se estabiliza—, ni siquiera puedes retomar una relación física con ella. Entonces mi única forma de establecer una relación con mi estética física era viéndome los ojos".En su exhibición, las impresiones de Francis, que muestran su inconsciente cara recostada con una máscara de oxígeno y una perturbadora sonrisa en un allanado cráneo, están colgadas justo a una altura que nos fuerza a observar a través de esos mismos vacíos por los que Alana intentó encontrar su propia sensación de identidad."Tiene que ver con esta idea de la identidad interna a tu rostro", explicó Francis. "Sabes que tienes un cráneo, pero realmente la relación que estableces con tu identidad no tiene nada que ver con tus huesos".Ni con los huesos, ni con la carne, ni con los rollitos de grasa, ni con las líneas de expresión; quizá la fascinación artística con la cirugía estética es en realidad la única que muestra la distancia entre cuerpo e identidad. Tal vez, como dijo alguna vez la fallecida Lady Jaye, el cuerpo es una maleta barata; lo que cuenta es lo que contiene.@NellFrizzell