FYI.

This story is over 5 years old.

viajes

La Guía VICE para la Operación Salida

Unos cuantos consejos para soñar con una vida mejor mientras tu vida pasa dentro de un atasco, autobús o aeropuerto.

Imagen vía

Si entras en la página de la DGT leerás un menaje de despedida muy contundente: "Evite viajar las horas desfavorables y muy desfavorables". Un eslogan que dice lo mismo (en cuanto a profundidad) que "la verdad está ahí fuera" o "sin tele y sin cerveza, Homer pierde la cabeza". Las buenas intenciones de la Dirección General de Tráfico avisando sobre puntos conflictivos, lugares especialmente dados a los atascos o rutas alternativas para este finde del diablo (perdón, de comienzo de las vacaciones) se quedan escasas ante el apocalipsis que se nos viene encima. Vamos a ver de verdad cómo hacer más feliz la salida de casa, dependiendo del medio de transporte utilizado.

Publicidad

COCHE PROPIO

Aunque hayas hecho todas las revisiones posibles al coche y le hayas metido 200 euros para dejarlo como nuevo, como está viejo y es heredado o prestado, es más que probable que te deje tirado en mitad del trayecto. Cuenta con eso y lleva entretenimiento hasta que llegue la grúa y te rescate, luego te vas a poder subir con ellos en el asiento del copiloto. Si lo piensas, tiene su parte divertida.

Nunca llenes el depósito en la gasolinera de debajo de tu casa, apura la reserva, que mola más y siempre le da emoción al trayecto. Ves hasta la que te marque la App de las gasolineras baratas. Tiene riesgo, sí, pero te ahorrarás unos eurillos.

Es básico llevar el menú musical cerrado y establecer ciertas normas. La música la pinchas tú, y nadie se salta la lista de Spotify que has confeccionado con mimo durante una semana entera. Al que no le guste, que se joda. Se para hacer pis cuando tú quieres y está prohibido que los que conducen se tomen una birra en la primera parada técnica que hagáis. Luego no hay quién los soporte. Por cierto, el aire acondicionado lo regula tu termostato, el que tenga frío que se vaya tapando con una toallita de playa.

Todos estos son consejos (obligatorios) para el conductor, aunque los pasajeros se los pueden aplicar en el sentido inverso. Su función es fácil: dar conversación y mirar el mapa. Recordando que el conductor nunca se equivoca de salida en las autopistas, prueba rutas alternativas por el bien de los que van con él en el coche. Y respecto a esa manía de elegir la hora de salida, aunque sean las 3 de la tarde y haya 40 grados en la calle, él siempre tendrá la razón. Esto es así.

Publicidad

COCHE COMPARTIDO

Nos referimos a Bla-Bla Car, por ejemplo. Se ha popularizado tanto esta forma de transporte, está tan extendida por sus evidentes beneficios económicos, que también merece tener su propio capítulo de consejos. Aquí entramos directamente en el espinoso terreno de las relaciones socio-personales. Explicamos: vas a compartir entre 5 y 6 seis horas con desconocidos. Es probable que buena parte del tiempo estéis parados, así que lo de ver el paisaje no sirve esta vez ni como socorrida coartada.

Toma nota, porque tienes dos opciones. O entras en plan el rey de la fiesta, con chucherías para todos, un periódico, refrescos, una botella de agua congelada que has tenido toda la noche en la nevera y pastillas anti-mareo, o vas de antisocial y no abres la boca. La primera opción no es recomendable, lo más cómodo es optar por la segunda. No hablar, fingir resaca (es mejor tenerla realmente para que la cosa sea más creíble), agazaparte sobre ti mismo, ponerte un antifaz de esos de los aviones y tapones en los oídos. En plan aislamiento sensorial en Guantánamo. Quedarás como un auténtico gilipollas, porque un poco lo eres, pero te evitarás conocer a otros gilipollas. Evita la tentación de ligar, se puede convertir en una pesadilla si te dan calabazas de primeras.

Imagen vía

BUS

El autobús es un medio de transporte que se puede considerar arcaico, pero también es barato y suele ser el único que te lleva (con paciencia) hasta el pueblo más recóndito de la geografía del país. Sí, justo, en el que viven tus abuelos. Se trata de salir de una estación casposa y mugrienta (por alguna razón todas las terminales de autobuses del mundo lo son) para llegar a un apeadero. ¿La cosa pinta muy bien, eh? Esto es solo el principio y el final de la aventura.

Publicidad

Te vas a zampar el mismo atasco que si fueras en coche, pero lo vas a hacer tocándole el codo a un desconocido. A centímetros, piel con piel, de alguien que a) puede roncar, b) oler mal, c) intentar darte conversación, d) no parar de hablar por el puto móvil durante las cuatro horas que dura tu tortura sobre ruedas o incluso todas las anteriores. Así que ármate de paciencia. No tienes escapatoria, estás en una cárcel de máxima seguridad, en el Guantánamo de los transportes. Cada año piensas lo mismo: será la última vez. Esto sí que es un punto negro en la operación salida. Consejos: casi no hay. Llevar música atronadora en tu Mp3 e intentar recibir la visita de Morfeo con algún tipo de droga legal.

TREN

En teoría, y si hablamos del AVE, es el medio de transporte más fiable en cuanto a horarios y su cumplimiento. De los de media distancia nos fiamos menos. ¿Problemas? Las obras. Cuando llegas a un punto en mitad de la nada y te suben en autobús para completar el resto del trayecto. Eso pasa, pero con investigar antes se puede solucionar. Puedes estirar las piernas, visitar el coche-bar y tomarte unas cervezas (a precio de discoteca a las 6 de la mañana) sin ningún problema. Eso sí, tienen el aire acondicionado siempre puesto a toda hostia. Lleva guantes y bufanda aunque estemos en plena ola de calor.

AVIÓN

Esto es básicamente igual que el resto del año, solo que con alguna huelga, paro indefinido o protesta de los trabajadores de limpieza. Bueno, como el resto del año. Es decir, llegar 2 horas antes, esperar pacientemente, no tener asignado asiento (si vas en low-cost), que el vuelo llegue con retraso, que pierdas el transfer que tenías, etc, etc, etc. Lo que es volar, vamos. El consejo aquí es claro, saca tu aplicación para ligar y ponla a funcionar a todas las revoluciones que dé. Es la única manera que tienes para soñar con una vida mejor dentro de un aeropuerto.