PobrezaMenstrual_@fridishart_1920x1080px
ilustración de Fridishart
Identidad

Pobreza menstrual: decidir entre comer o comprar tampones

La pobreza aumenta en el mundo y las mujeres tienen que hacer malabares para manejar sus periodos. En España, así como en otros lugares del planeta, un paquete de compresas tiene el mismo IVA que el caviar

Escocia se convirtió en el primer país del mundo en ofrecer tampones y compresas gratis. Estos bienes de primera necesidad de higiene femenina, están disponibles en lugares públicos, como centro comunitarios, farmacias o clubes femeninos.

Parece mentira que solo un país en todo el mundo, tenga esta medida. El costo anual estimado de esta nueva reglamentación para los contribuyentes de Escocia, está calculado en 24 millones de libras (27,8 millones de euros). Tal y como afirmó Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia en el Parlamento, “es una política importante para las mujeres y las niñas”.

Publicidad

“Escocia se convirtió en el primer país del mundo en ofrecer productos de higiene íntima y sin embargo, en España, no contamos con datos sobre si las jóvenes más vulnerables tienen dificultades para comprar compresas o tampones”, analiza Catalina Perazzo, directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Save the Children y continúa señalando que “el Comité del Niño ha señalado a países y en concreto a España por la falta de información del porcentaje de jóvenes que sufren la pobreza menstrual”.

En España, las compresas y los tapones tienen el mismo IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) que el caviar, un 10%. En 2019 se anunció una revisión de este porcentaje a la baja, del 10% al 4%, una promesa del Ministerio de Hacienda en octubre del 2019. En el 2021, esta medida no se completa y no está introducida en el acuerdo de coalición del Gobierno de España.

A principios del 2018, la Comisión Europea declaró su intención de modificar la ley comunitaria para dar más libertad a los estados cuando tengan que cambiar el IVA de productos, a día de hoy no hay fecha exacta de su efectividad.

Graciela Malgesini Rey, responsable de Incidencia Política y Asuntos Europeos de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) responde a mi pregunta sobre la situación de esta ley en España diciéndome que la medida fue introducida en la Cámara gallega –parlamento de la comunidad autónoma de Galicia en España– . “Se solicitó una modificación de la normativa. La proposición aprobada fue emitida al Congreso de los Diputados que deberá posicionarse sobre la reclamación del Parlamento gallego”. “Noa Presas, diputada del partido BNG (Bloque nacionalista gallego) pone acento y exclama durante sus intervenciones en el parlamento gallego en lo inconcebible que es que “productos necesario para la mujeres tengan el mismo IVA que un ramo de rosas o una lata de caviar”.

Publicidad

En la actualidad no hay datos ni informes sobre el número de mujeres que sufren la pobreza menstrual, aunque varias asociaciones demandan un cambio en el IVA y en el precio de los productos de higiene femenina. ‘El Estado de la Pobreza. España 2020 X Informe anual sobre el riesgo de pobreza y exclusión’ realizado por EAPN España, estimó que 11,8 millones de personas (25,3% de la población) vive en riesgo de pobreza o exclusión social.

No soy yo, son mis hormonas

Actualmente el coste en productos de higiene femenina es muy variado y depende del flujo de cada mujer. La Organización de Consumidores y Usuarios en España estimó que una mujer que use compresas gastará entre 13 euros a 59 euros al año, si la mujer recurre a los tampones el precio está entre los 11,5 a 54 euros al año y si usa la copa menstrual teniendo en cuenta que algunas se renueva cada 5 o 10 años, el gasto es de 5 euros al año.

“Un paquete de compresas cuesta casi 3 euros y yo tengo una regla con mucho flujo y con una duración de casi 8 días. Imagina lo que me gasto al mes”, me cuenta Alicia en una entrevista y continúa diciéndome que no comprende el precio que tienen las compresas y espera que esto cambie porque “una compañera de mi trabajo tiene de sueldo 800 euros. Ella tiene dos hijos y tiene que pagar todos los gastos porque es madre soltera ¿Cómo hará los cálculos para tener tampones o compresas cada mes?”.

Publicidad

Tuve la oportunidad de hablar con la compañera de Alicia. Prefiere que no diga su nombre ni edad por vergüenza a su situación. “He tenido que recurrir a centros de ayuda para que me dieran compresas o tampones al igual que he tenido que pedir comida para mis hijos”, describe cómo tuvo que ir oficinas de ayuda a la mujer y me comenta que en alguna ocasión no pudo comprar compresas o tampones “alguna vez fui al trabajo sin compresa para pedir a mis compañeras porque no tenía dinero. Lo pasé muy mal y tuve a las semanas una infección”.

Organizaciones como Mensajeros de la Paz, la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) o Cruz Roja en España alertan del aumento en torno al 30%, en el uso de este tipo de productos por mujeres. Esto levanta la pregunta de por qué si todos los bancos de alimentos son financiados con fondos europeos, y cada país selecciona lo que quiere proteger en España solo se piden alimentos y no se incluyen también productos de primera necesidad.

“He tenido que recurrir a centros de ayuda para que me dieran compresas o tampones al igual que he tenido que pedir comida para mis hijos”.

Luis Marcos de 50 años, voluntario de la Cruz Roja en Sevilla resalta que está aumentando “la demanda de compresas o tampones. Antes eran inmigrantes quienes los requerían, pero ahora también son españolas, en otras palabras, la pobreza ya no entiende de orígenes”. Entre las funciones de Luis, se encuentra repartir comida a las personas que viven en la calle, ir a escuelas para hablar de medidas de protección ante el covid en escuelas marginales y “estamos introduciendo el concepto de pobreza menstrual. Cuando explicamos en las aulas que esto está sucediendo y que no tienen que tener vergüenza en ir a pedirnos productos de higiene femenina, al principio expresan una sonrisa de vergüenza y después preguntan cómo hacerlo”.

Publicidad

Una situación similar ocurre en América Latina. El grupo política fiscal feminista del proyecto FESminismo: el futuro es feminista de la Fundación Friedrich Ebert en América Latina publicó el informe “Impuestos sexistas en América Latina”. En dicho análisis se comprueba y analiza la existencia de políticas fiscales sexistas en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, en concreto sobre los productos destinados a la higiene y salud menstrual.

Carlota Arizmendi, de 16  años estudiante y activista de la pobreza menstrual en las redes sociales, que vive en Celaya, Guanajuato, México, me cuenta la situación de su país en relación a la pobreza menstrual. Describe que “hay personas que no tienen acceso a productos de higiene menstrual y tienen que recurrir al uso de cartón, papel de baño, calcetines o hasta bolsas de basura”. Carlota es muy activa en las redes sociales, sube vídeos a Twitter explicando el problema de la pobreza menstrual y al igual que argumenta en su contenido, exclama ante mi pregunta sobre la situación de este problema en México, que es “una violación a la dignidad lo que está ocurriendo y además es muy peligroso para la salud de las mujeres, que pueden desarrollar infecciones como el síndrome de shock tóxico”.

Publicidad

En México los productos para la salud e higiene menstrual, tiene un impuesto del 16% en casi todo el país, “un impuesto muy costoso para la sociedad de México”, afirma Carlota. La cuestión de la pobreza menstrual es definida como la crisis invisibilizada, “cuatro de cada diez mujeres en México viven en situación de pobreza, ¿Cuántas mujeres imaginas que, en este momento, tienen pedazos de cartón o de plástico en su ropa interior porque no les alcanza para una toalla sanitaria?”, me pregunta Carlota y me hace reflexionar.

“En un hogar que vive en pobreza, se toman decisiones difíciles a la hora de gastar el dinero disponible", expone Malgesini y me pone el siguiente ejemplo “si la familia tiene que decir entre una bandeja de pollo en el supermercado con la que comen cuatro personas y un paquete de compresas, que tienen el mismo precio, se decide comprar los alimentos antes que estos productos” .

Perazzo solicita datos públicos y oficiales a las administraciones públicas e instituciones sobre la pobreza menstrual “de esta forma se podrán hacer políticas para garantizar el acceso a estos bienes", y propone medidas como “un apoyo a la crianza en las familias". Según las estimaciones de Save the Children, el coste de la crianza alcanza de media unos 500€ mensuales, en España.

“Si la familia tiene que decir entre una bandeja de pollo en el supermercado con la que comen cuatro personas y un paquete de compresas, que tienen el mismo precio, se decide comprar los alimentos antes que estos productos” .

Publicidad

Según algunas voces expertas en esta materia, la pobreza menstrual ocurre tanto por la desigualdad de género que hay en la economía como por ser un tema tabú. En muchas culturas, el periodo es síntoma de enfermedad, de burla o humillación, un ejemplo es la sociedad de la India, donde las mujeres no pueden acudir a la escuela, a la iglesia o al banco para hacer gestiones cuando están en el periodo.

En un reportaje publicado en la BBC, Anshu Gupta, fundador de la ONG Goonj explicó que esta situación se debe a que es un “problema de mujeres". Goonj estimó que el 75% de las mujeres que viven en ciudades de la India, compran sus productos sanitarios envueltos en bolsas oscuras o en periódico, para que no se vincule a su menstruación.

Uxía Brasa Peréz, María Carcenal del Peral y Ana Rodríguez Suárez, publicaron en España el Manual de intervención en Gestión de Higiene Menstrual en la escuela. Este manual tiene dos claros objetivos: mejorar el saneamiento de las escuelas para la higiene femenina y la ruptura del tabú o estigmas que hay sobre la menstruación.

Tal y como recoge el manual y además está establecido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), “se tiene que garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las edades. Cuando las niñas no tienen acceso a instalaciones y artículos de higiene femenina seguros, acuden a métodos alternativos no seguros que pueden desembocar en graves problemas de salud".

Publicidad

Toda una contradicción se generó al respecto en el marco de la pandemia, pues durante meses se debatió sobre el precio de las mascarillas “todo el mundo entendía que la mascarilla que nos protege ante el virus tenía que tener un precio más bajo, pero cuando se habla de los productos de higiene femenina, la respuesta es siempre la misma: solo afecta a las mujeres”, comenta Malgesini.

Está visto que los políticos y las políticas no están muy dispuestos a mover ficha en este asunto y por ese motivo, Carlota en México está llevando a cabo una iniciativa con el nombre #MenstruaciónDigna . Durante la recogida de productos de higiene femenina, se logró un total de 300 kits de toallas sanitarias desechables y de tela, y una donación de 84 copas menstruales. Además se impartió un taller sobre educación sexual y salud menstrual, para las niñas y mujeres de Jaralillo (México).

“Todo el mundo entendía que la mascarilla que nos protege ante el virus tenía que tener un precio más bajo, pero cuando se habla de los productos de higiene femenina, la respuesta es siempre la misma: solo afecta a las mujeres”.

Malgesini, por su parte, piensa que la copa menstrual puede ser “una solución para algunas mujeres“. Las mujeres más jóvenes están optando por la copa menstrual, tanto por comodidad y por el coste económico “la copa de Intimina tiene una duración de 10 años de vida y es normal que se esté apostando por la copa antes que por las compresas o los tampones", describe Loreto García, usuaria de copa menstrual aunque tuvo que recurrir a centros de ayuda de mujeres para tener compresas o tampones.

Publicidad

Cocoro o Rudy Cup ambas empresas que producen copas menstruales o bragas menstruales están llevan a cabo iniciativas solidarias para concienciar a la población de la pobreza menstrual. Rudy Cup tiene el programa  ‘Compra una, dona una’, por el cual, por cada copa menstrual vendida, se dona otra a una persona sin acceso a productos de higiene o la campaña #CambiemosLasReglas de Cocoro durante el confinamiento para desestigmatizar la menstruación.

Otra situación que está teniendo gran importancia en la pobreza menstrual según Malgesini es “el aumento de la frustración o vergüenza. Estos dos elementos pueden estar detrás de un incremento puntual del absentismo escolar en los días en que las niñas tienen la regla". UNICEF México señaló que un 43% de las alumnas con período menstrual prefiere no ir a la escuela durante la menstruación y uno de los motivos es el agua potable. Tal y como informa el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2018 no reciben agua diariamente, lo que afecta al derecho al agua, a la salud y a la educación.

La Universidad de Vigo (España) comenzó a repartir compresas y tampones de manera gratuita. Águeda Gómez, directora de la unidad de Igualdad de la UVigo indicó en la presentación de la propuesta que “esta medida es un ejemplo real del compromiso de este equipo de gobierno por hacer una universidad más igualitaria y justa".

Perazzo reflexiona sobre el estigma de la menstruación “queda mucho por hacer en la concienciación social. Es un proceso fisiológico de la mujer que aún genera vergüenza”. A raíz de este pensamiento me di cuenta que nunca me hablaron de la regla en la escuela, que muchas mujeres esconden sus compresas cuando van al baño, del alto porcentaje de mujeres que sufren graves dolores menstruales que les impiden ir al trabajo o la existencia de un miedo cuando se tiene que acudir al  ginecólogo para hablar sobre estos temas. Todos estos factores como el dolor y el miedo se podrían eliminar con educación menstrual y sexual en las escuelas para que tanto niñas como niños sepan qué es la regla y las consecuencias que a día de hoy, en pleno siglo XXI, siguen existiendo.

“Queda mucho por hacer en la concienciación social. Es un proceso fisiológico de la mujer que aún genera vergüenza”.

Si me hubieran contado qué es la endometriosis, el ovario poliquístico o la pobreza menstrual, habría sabido cómo abordarlo desde mucho antes y no ahora con 28 años. Al igual que la pobreza menstrual y el dolor siguen siendo tabúes en la sociedad, con información de expertas tanto en escuelas o en redes sociales, habrá una mayor comprensión de dichos problemas. Nuevas generaciones de mujeres están rompiendo estos estigmas como Irene Aterrido, al frente del trabajo 'Me duele la regla'.

Sin embargo, muchas mujeres mayores no tienen acceso a estas redes y siguen ocultando sus problemas tanto de salud y económicos en sus menstruaciones y ve como normal que “la regla duela” o que “las compresas o tampones tienen un coste elevado porque no son de primera necesidad”. ideas normalizadas que no deberían ser reglas asumidas.