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Los ratones se deprimen al ver sufrir a otros, según estudio

Los ratones que experimentan estrés indirectamente no disfrutan del placer y evitan las interacciones sociales.
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Foto: AP Photo / Robert F. Bukat

El simple hecho de presenciar una situación estresante puede causar depresión, según un nuevo estudio.

Investigadores de la Universidad de Ciencias de Tokio llegaron a esta conclusión simulando lo que se conoce como “modelo de derrota social” en ratones. Primero, pusieron a dos ratones, uno más grande que el otro, en una jaula. Luego, obligaron al ratón más pequeño a invadir el territorio del ratón más grande, lo que provocó que el roedor más grande defendiera agresivamente su espacio.

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Sin embargo, a los científicos realmente no les importaba la acción dentro de la jaula; querían saber cómo se sentía el tercer ratón, que observaba el intercambio desde un compartimento contiguo. Descubrieron que el testigo desarrolló síntomas de depresión, probablemente porque sentía empatía por la difícil situación del ratón más débil. Los hallazgos fueron publicados el mes pasado en la revista Behavioral Brain Research.

"Quiero que la gente reflexione en cómo el estrés no solo puede cambiar el cerebro de las personas con depresión, sino también el de los que somos testigos [del sufrimiento ajeno]", le dijo a VICE World News Akioshi Saitoh, autor principal del estudio y profesor de ciencias farmacéuticas.

Después de 10 días de experimentar estrés de manera indirecta, el ratón que presenció la violencia se puso "casi como un hikikomori", dijo Saitoh, refiriéndose a un término japonés para describir a las personas con un problema agudo aislamiento social.

"No le interesaban otros ratones, lo cual es inusual, porque los ratones son seres sociales", dijo.

El ratón testigo también mostró síntomas de anhedonia, incapacidad para disfrutar. “Si a los ratones les das la opción de beber agua dulce o agua simple, casi siempre escogen la bebida dulce porque es más agradable. Pero el ratón que presenció la derrota social no la quiso, lo que indica una disminución del deseo de placer”, dijo.

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Además, el tercer ratón tenía menos neuronas en el hipocampo, el área del cerebro que regula el aprendizaje y las emociones. Los investigadores creen que este es un factor que contribuye al desarrollo de la depresión.

Si bien el modelo del ratón no es una analogía perfecta para los humanos, técnicas como el modelo de derrota social brindan información sobre el bienestar mental de las personas.

“Este modelo es importante porque permite a los investigadores descartar los efectos de la inflamación, el dolor físico, etc. al mirar el impacto de la derrota social, ya que los ratones observan la derrota social desde jaulas de vidrio que evitan que se lastimen", dijo Brandon Warren, profesor asistente en el programa de estudio de farmacodinámica de la Universidad de Florida que no participó en el estudio.

Sin embargo, según Warren, esta investigación no es "revolucionaria".

"Sabemos desde hace décadas que la neurogénesis disminuye después de un estrés severo y los antidepresivos revierten este efecto. Realmente no entendemos cómo (o si) esto causa la depresión, pero sabemos que está involucrado en el trastorno", dijo.

Saitoh espera que una mayor investigación conduzca a mejores opciones para ayudar a quienes luchan con problemas de salud mental en el mundo del trabajo y la sociedad.

“Los ratones que experimentaron la derrota social no se recuperaron por completo después de ser liberados de la situación estresante, regresaron a su entorno normal y fueron tratados con antidepresivos. Algunos volvieron a desarrollar síntomas cuatro semanas después, lo que es preocupante", dijo Saitoh.

Cuando un empleado tiene problemas de salud mental, es común que los empleadores ofrezcan tomarse una o dos semanas libres, dijo Saitoh. Pero este estudio muestra cuán ineficaz puede ser esta solución, ya que los síntomas pueden regresar o incluso empeorar, dijo.

Añadió además que el daño cerebral causado por el estrés persiste durante mucho tiempo y, si no se trata, puede continuar durante semanas después de haber sido liberado de un entorno lleno de ansiedad.

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